Una zona de inestabilidad en el océano Pacífico ha incrementado su potencial de desarrollo y podría convertirse en las próximas horas en el ciclón tropical “Sonia”, informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El sistema se localiza aproximadamente a 415 kilómetros al sur de Boca de Pijijiapan, Chiapas, y presenta 10% de probabilidad de desarrollo ciclónico en las próximas 48 horas, cifra que aumenta a 50% en un periodo de siete días. Según el reporte oficial, el fenómeno podría evolucionar a ciclón tropical hacia el final de esta semana, manteniéndose bajo vigilancia constante debido a su cercanía con las costas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
La Conagua recordó que un ciclón tropical es una masa de aire cálida y húmeda con vientos intensos, que gira en forma de espiral alrededor de un centro de baja presión. Estos sistemas se originan en aguas tropicales con temperaturas superiores a los 26 grados Celsius, donde se genera una circulación organizada y definida en superficie. En el hemisferio norte, los vientos giran en sentido contrario a las manecillas del reloj.
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Temporada de huracanes 2025 en México
Hasta el momento, la temporada de ciclones tropicales 2025 ha sido especialmente activa en el Pacífico, con 17 sistemas formados: 10 tormentas y 7 huracanes. En las últimas semanas, el país ha resentido los efectos de Priscilla y Raymond, cuyos impactos causaron daños significativos en entidades como Veracruz, Hidalgo y Puebla.
La temporada concluirá en noviembre, y de acuerdo con las previsiones oficiales, aún podrían formarse tres sistemas más, dentro del rango estimado de entre 16 y 20 ciclones tropicales.
Las autoridades federales exhortaron a la población a mantenerse atenta a los avisos meteorológicos y seguir las recomendaciones de Protección Civil, especialmente en las zonas costeras del sur del país, donde podrían registrarse lluvias intensas y oleaje elevado en los próximos días.
El paso de Priscila y Raymond
La temporada ciclónica de 2025 en México ha mostrado una actividad notablemente intensa, particularmente en la cuenca del Pacífico, donde se han registrado múltiples tormentas tropicales y huracanes con impactos severos. En este escenario, los fenómenos Priscila y Raymond han sobresalido por las lluvias torrenciales, inundaciones generalizadas y efectos devastadores sobre comunidades vulnerables.
El paso de estos sistemas ha exacerbado una crisis hídrica en varias entidades del país, al combinarse con sistemas atmosféricos locales que intensifican los desprendimientos de humedad.
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Las huellas de destrucción son ya palpables: Priscila, después de alcanzar la categoría 2, se degradó pero extendió bandas nubosas que azotaron amplias regiones costeras y del interior, provocando lluvias intensas en estados como Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit y Jalisco.
En tanto, Raymond (o sus restos) ha contribuido al colapso hídrico en el centro del país, generando inundaciones, desbordamientos de ríos e incluso cortes masivos de comunicación y energía eléctrica.
En conjunto, estos ciclones tropicales han dejado al menos 64 personas muertas y numerosos reportes de desaparecidos a lo largo del territorio nacional.
Entre los principales impactos:
- Zonas rurales y urbanas sufren aislamiento por derrumbes, carreteras colapsadas o vías inundadas.
- Miles de viviendas han sido dañadas o sufren pérdida de servicios esenciales (agua, luz, drenaje).
- Centros de salud, escuelas y bienes públicos han quedado afectados, impidiendo la operación normal en comunidades afectadas.
- Las autoridades han activado protocolos de emergencia (incluido el plan DN-III-E) y desplegado brigadas de rescate, aunque la magnitud de las afectaciones ha rebasado las capacidades locales.
- Las lluvias persistentes también han producido efectos secundarios como contaminación del agua, riesgo sanitario y pérdidas en agricultura.
djh