La licitación para compra de medicamentos e insumos médicos más grande en la historia de México, con valor estimado de 464 mil millones de pesos, enfrenta serios retos logísticos y de tiempo, de acuerdo con Juan de Villafranca, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF).
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El proceso de licitación que se anunció el viernes por la tarde y cuya junta de aclaraciones se llevaría a cabo este lunes, está marcado por el poco tiempo de que se dispone para hacer ofertas, agrega.
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La licitación se dio a conocer 18 días antes de que termine el año porque el gobierno modificó los lineamientos para permitir que fabricantes y distribuidores internacionales avalados por las agencias reguladores de sus países, y no la Cofepris, puedan participar en el concurso.
“Es una agenda muy apretada, tanto para el gobierno como para nosotros los laboratorios, sin embargo, hay que echarle ganas, que se haga lo mejor posible para estar en condiciones de que haya abasto de medicamentos el año que entra”, dijo Villafranca en entrevista con La Silla Rota.
“Es un proceso que se está haciendo en muy poco tiempo, un tiempo récord comparado con los procesos que habitualmente se seguían para licitaciones consolidadas”, añadió.
Fabricantes y distribuidores
Además de la enorme magnitud de la licitación, que incluye medicamentos, vacunas, dispositivos médicos y materiales de curación, los laboratorios tienen que comprometerse a entregar los productos en 60 puntos distribuidos por todo el país, lo que eleva la complejidad logística.
“Los laboratorios tendrán que contratar algún operador logístico que lleve físicamente el producto a los 60 puntos. Después, desde esos 60 puntos, es un tema que tendrá que resolver Birmex; es decir, lo que llaman la última milla”, explica el empresario, quien señaló que la licitación contempla una apertura de proposiciones el 26 de diciembre, con fallo previsto para el 4 de enero de 2025.
Tiempos de entrega, un desafío
Aunque la licitación está diseñada para ser la solución al desabasto de medicamentos, los tiempos de entrega son un desafío. Villafranca señala que la primera entrega de medicamentos podría concretarse entre febrero y marzo de 2025, pero aclara que la rapidez del proceso podría dejar fuera a ciertos productos.
"(Los laboratorios) están revisando y, si la entrega es muy apresurada, va a ser difícil que se comprometan a entregar algunos productos, ya que en lo que se trae la materia prima, se importa y se procesa, pues estamos hablando de cuatro meses. Entonces, algunos van a cuidar el no participar si hay riesgo de no entregar a tiempo porque, si no, se hacen acreedores de multas y sanciones”.
El proceso se complica aún más por las deudas pendientes que el gobierno tiene con la industria farmacéutica, que ascienden a cifras millonarias, entre 900 millones y hasta 9 mil millones de pesos. "Es un tema que preocupa mucho. Algunos laboratorios están dispuestos a participar en la licitación, pero otros podrían optar por no hacerlo debido a los pagos pendientes", expresó el presidente de AMELAF.
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Esperan contribuir al ahorro
A pesar de esto, los productores nacionales tienen la esperanza de que esta licitación permita generar los ahorros prometidos por el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, y de que la participación de laboratorios nacionales se vea favorecida frente a las ofertas internacionales.
La licitación abre la puerta a la participación de empresas internacionales, especialmente en productos genéricos, pero Villafranca subrayó la importancia de que cuenten con registros sanitarios válidos ante la Cofepris para garantizar la seguridad de los medicamentos que lleguen a los hospitales y farmacias del país. "Preferimos que los productos tengan registro en México, pero la licitación ha abierto la puerta a medicamentos de países como Estados Unidos y Singapur, además de Europa, y Australia", comentó.
De acuerdo con Juan de Villafranca, el compromiso de los laboratorios mexicanos es claro: asegurar la cobertura del abasto sin dejar de lado la calidad. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es si los tiempos y las condiciones logísticas permitirán cumplir con este ambicioso proyecto que está llamado a transformar la compra pública de medicamentos en el país.