El turismo de élite, un sector de lujo y exclusividad, ofrece experiencias que van desde la exploración submarina y los viajes espaciales hasta visitas a áreas conflictivas y safaris de caza en grandes reservas naturales. Estas actividades, accesibles solo para quienes pueden costear sus altos precios, están moldeando una nueva tendencia en la industria turística mundial.
El sumergible que transportaba a cinco turistas hacia los restos del Titanic, a unos 600 kilómetros al sureste de la costa de Newfoundland en Canadá, es solo un ejemplo de cómo el turismo subacuático se ha convertido en un atractivo de alta gama. Esta forma de turismo no solo incluye inmersiones en sitios históricos, sino también lujosas estadías en submarinos con paredes de cristal.
Los viajes al espacio han surgido como otra opción para aquellos que buscan experiencias fuera de lo común. Desde que el multimillonario estadounidense Dennis Tito pagó 20 millones de dólares para un viaje espacial con Rocosmos, la agencia espacial rusa, en 2001, el turismo orbital ha florecido. Compañías como Blue Origin y SpaceX están liderando el desarrollo de este sector, anticipándose a una industria de vuelos comerciales al espacio exterior valorada en 23,000 millones de dólares para 2030.
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Paralelamente, el turismo de guerra y conflicto atrae a aquellos deseosos de emociones extremas, ofreciendo viajes a zonas de conflicto o sitios de desastres naturales recientes. Vietnam y algunas áreas de Colombia son solo dos ejemplos de destinos que las empresas de turismo ofrecen para experimentar las "cicatrices" de conflictos anteriores.
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La escalada de las grandes cimas también se ha vuelto una atracción popular, a pesar de los riesgos y el costo, que puede variar entre 35,000 y 135,000 euros por persona. Los safaris de caza también forman parte de este sector, con paquetes de caza de elefantes disponibles en Botsuana, el país con la mayor población de elefantes del mundo.
Finalmente, el turismo de superlujo lleva a los visitantes a los destinos más costosos del mundo, como Mónaco, la isla caribeña de San Bartolomé y Gstaad, una localidad turística en los Alpes suizos. Con costos elevados y experiencias exclusivas, estos destinos representan el epítome del turismo de élite.
Los viajes espaciales, el nuevo lujo de los multimillonarios
El espacio, frontera final del turismo. Ese es el objetivo del multimillonario Richard Branson y su compañía Virgin Galactic, que hoy a las 09:00 horas, marca un hito en la historia de los viajes interplanetarios. Esta hazaña es el resultado del lanzamiento de Galactic 01, su primer cohete comercial espacial, que romperá las barreras celestiales.
La ambición de Virgin Galactic no tiene límites y se evidencia con la conclusión exitosa de su primer trayecto comercial que duró aproximadamente 90 minutos. Esta prueba partió desde Spaceport America, la base espacial de Virgin Galactic, ubicada en Nuevo México. En su ascenso hacia los confines de la atmósfera, la nave VSS Unity se desligó de su matriz, la VMS Eve, y prosiguió en solitario el resto del viaje.
Una vez en solitario, la VSS Unity encendió sus motores durante un minuto, permitiendo que la nave alcanzara la impresionante altura de 85 kilómetros y rozara los bordes del espacio suborbital. La travesía fue dirigida por el veterano astronauta Mike Masucci, acompañado por Nicole Pecile, exmiembro de la Fuerza Aérea Italiana y ahora piloto de Virgin Galactic.
La tripulación de la VSS Unity incluía a Colin Bennett, exastronauta, y a los italianos Walter Villadei y Angelo Landolfi, de la Fuerza Aérea Italiana, así como al ingeniero Pantaleone Carlucci, del Consejo Nacional de Investigación de Italia. Este grupo fue el encargado de ejecutar 13 experimentos en condiciones de microgravedad.
Este acontecimiento histórico es fruto de un contrato firmado en 2019 entre Virgin Galactic y el Gobierno italiano. La misión, bautizada como Galactic01, también contó con la participación de Kelly Latimer y Jameel Janjua, comandante y piloto de la VMS Eve, respectivamente.
Esta empresa espacial ofrece la oportunidad única de viajar al espacio por un monto que podría llegar hasta los 450,000 dólares (414,000 euros), según algunos informes. Esto abre una nueva era en el turismo, donde las estrellas no solo serán un espectáculo nocturno, sino también un destino alcanzable para aquellos que se atrevan a explorar la última frontera.
Con información de EFE
DJC