VIOLENCIA EN CHIAPAS

¿Dónde están? Cumplen 10 guatemaltecos 7 semanas desaparecidos en Chiapas

La violencia se ha recrudecido en varios municipios de Chiapas, incluso, negocios se han quedado sin mercancía, pues el acceso al territorio es controlado por grupos criminales

La violencia se ha recrudecido en varios municipios de Chiapas; incluso, negocios se han quedado sin mercancía, pues el acceso al territorio es controlado por grupos criminales
Frontera Comalapa, el “Triángulo de las Bermudas” que se tragó a 10 guatemaltecos.La violencia se ha recrudecido en varios municipios de Chiapas; incluso, negocios se han quedado sin mercancía, pues el acceso al territorio es controlado por grupos criminalesCréditos: Especial
Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Hace varios años, Dan Josué comenzó a trabajar con su suegro en la venta de pollitos de traspatio; sin embargo, buscó la forma de independizarse y hacer su propio negocio, pero de la misma “línea”. Tras lograrlo, reunió a hombres de su poblado Cuyotenango, Suchitepéquez, en Guatemala, y les ofreció trabajo.

Al principio, su ruta de reparto sólo contemplaba pueblos y ciudades de su país natal, pero al ver que no le iba como esperaba decidió viajar a Chiapas y “extender” su negocio en municipios como Frontera Comalapa, Siltepec, Motozintla y Chicomuselo. En estos lugares, las ventas eran buenas y los 3 mil o 4 mil animales que llevaba en una camioneta rentada, se le terminaban.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

Sin embargo, el pasado 16 de noviembre el viaje se tornó raro: Dan Josué Rosales Tzunún y 9 empleados que lo acompañaban desaparecieron. De acuerdo con la versión de Déborah Rosales, su hermana, ellos pasarían por otros dos trabajadores que esperaban en una estación de gasolina antes de retornar a Frontera Comalapa, donde también alquilaban una casa para pernoctar los días que estuvieran trabajando en territorio mexicano.

“En total viajaron 12 personas, incluido mi hermanito; de hecho, ellos salieron de Guatemala el lunes 13 de noviembre y él dijo que regresarían el jueves, o sea que sólo estarían allá como cuatro días, si mucho”, recuerda la mujer entrevistada por La Silla Rota, quien agrega que siempre ha sido apegada a Dan Josué, uno de sus 12 hermanos.

Según ella, Dan Josué, de 30 años de edad, se graduó como profesional en Electricidad en Panamá (donde incluso laboró 6 años), pero encontró en la venta de aves una mejor opción para vivir y mantener a sus dos hijos, uno de ellos recién nacido.

Advierte que su hermano siempre ha visto por los demás y, por ello, trataba bien a sus colaboradores, a quienes, luego de cada jornada laboral, les preguntaba cuántos días querían descansar para después emprender el viaje.

ZONA DEL MIEDO

En los últimos 3 años, la situación en Frontera Comalapa y otros municipios vecinos se ha complicado por la disputa del territorio entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa; incluso, uno de Guatemala que opera en esa línea fronteriza, “Los Huistas”, también se hace presente.

En esta región se han incrementado e intensificado los enfrentamientos, las desapariciones, los éxodos de miles de personas, asesinatos, feminicidios y otros delitos de alto impacto, como el “cobro de piso”.

De hecho, la misma población circula videos para evidenciar la escasez de clientes en diversos negocios, como le ocurrió hace poco al único “Aurrerá” con el que cuenta Frontera Comalapa.

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta este 30 de diciembre de 2023, hay 113,048 personas desaparecidas en México, de las cuales 1,043 son de Chiapas.

La situación de violencia en el país preocupa a autoridades y sociedad. Con base en datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), durante el año pasado fueron registrados 31,532 homicidios en todo el territorio nacional. Chiapas, en esta lista, aparece en el puesto número 20 con 486 casos, es decir más de uno diario; de hecho, está entre Tamaulipas (433) y Sinaloa (572). El primer lugar lo tiene Guanajuato, con 4,041.

De todos los casos contabilizados en la entidad chiapaneca, los municipios donde hay más asesinatos son: Tapachula (56), Tuxtla Gutiérrez (38), Suchiate (32), San Cristóbal de Las Casas (19), Tonalá (16), Palenque (16) y Frontera Comalapa (15).

EL SUFRIMIENTO NO TERMINA

Déborah Rosales recuerda que Dan Josué hacía viajes de 8 o hasta 10 días a Chiapas y se regresaba a su pueblo. Descansaba cerca de 72 horas y emprendía de nueva cuenta su viaje de ventas.

Según ella, en ninguna ocasión su hermano le mencionó de algún problema en la frontera de la entidad chiapaneca. “Y si algo le pasó, nunca decía nada; no sabemos si ya le cobraban piso, como dicen, aunque sí estaba algo consciente de la situación ahí, que estaba un poco feo, pero él buscaba rutas dónde vender”.

Josué y sus trabajadores tenían un itinerario, aunque en ocasiones tenía que “alargar” la agenda porque no se vendían sus miles de pollos tan rápido, por lo que visitaban más poblados.

“Por lo regular siempre lo acompañaban 6 o 7 trabajadores, a veces eran más, y esto le convenía porque acababan más rápido y les iba muy bien”.

Tras cada jornada en esos municipios, Josué y su equipo descansaban en la vivienda que rentaba en Frontera Comalapa. De hecho, el jueves 16, el joven guatemalteco le dijo a su esposa, a través de un mensaje de WhatsApp, que ese mismo día regresaría, pero más noche.

Además, le advirtió que, a la zona donde entraría, la señal era mala, por lo que, hasta que estuviera en otro lugar le marcaría. Pero esa llamada nunca llegó.

Hasta el momento, dice, la Fiscalía del Estado de Chiapas sólo ha emitido tres fichas de desaparecidos, incluida la de su hermano, por lo que aún faltan las de los demás.

“Confiamos en Dios que él volverá, nosotros somos cristianos y ponemos todo en manos de nuestro Señor Jesucristo”, externa Déborah, quien recuerda que la denuncia la interpusieron su papá y otro hermano desde el pasado 20 de noviembre, en Tapachula, Chiapas.

Después, reunieron a todas las familias de los 10 desaparecidos para explicarles la forma en deberían presentar las denuncias, pero el trámite se complicó porque no todos cuentan con documentos para pasar a México, por lo que sólo esperan que el Consulado de Guatemala en Tapachula los apoye.

Pese a este panorama, y tras advertir que ya les han llamado para extorsionarlos (incluso les enviaron imágenes de los desaparecidos supuestamente golpeados), Déborah Rosales tiene la esperanza de que todo saldrá bien. “Hemos pasado cosas peores en mi familia y hemos visto milagros”.

LOS DESAPARECIDOS

En la lista de desaparecidos están:

  1. Dan Josué Rosales Tzunún, de 30 años
  2. Juan Carlos Calle de León, 30
  3. Jorge Luis de León, 33
  4. Juan Francisco Tupul García, 21
  5. Leonardo Morales Álvarez, 58
  6. Julio César Vásquez Pérez, 27
  7. Luis Alberto Vásquez Sarat, 17
  8. Amílcar Isaac Enríquez Villatoro, 41
  9. Francisco Morga de León, 46
  10. Mayco Josué Morga Enríquez, 30

El primer cruce

Lilian Sarat, madre del menor Luis Alberto, no se cansa de contar las horas para ver de nuevo a su hijo quien, por primera vez, viajaba con el grupo de Dan Josué. “Pero fue a invitación de mi sobrino Julio César Vásquez”, quien ya llevaba tiempo de trabajar en ese giro.

Según ella, Luis decidió salir de su aldea de la localidad San Francisco Zapotitlán Suchitepéquez, en tierra guatemalteca, para ganar dinero y continuar con sus estudios, el segundo nivel de Básico; de hecho, aprovechó que en estos momentos está de vacaciones.

El joven, cuenta, ya está acostumbrado a laborar para sostenerse, y no desaprovechó la oportunidad para viajar a Chiapas, aunque nunca se imaginó que desaparecería.

Al igual que Déborah, dice que ya acudieron al Consulado Guatemalteco porque no cuentan con permiso para entrar a México; ahí, rindieron una declaración, la cual sería presentada ante las autoridades mexicanas. Días después regresaron a Ciudad Hidalgo, Chiapas, para interponer su denuncia formal.

UNA “LUZ DE ESPERANZA”

De acuerdo con su relato, desde la última semana de noviembre pasado pudo contactarse con su sobrino e hijo, pero de ahí perdió la comunicación. Sin embargo, dice que no dejó de insistir y el jueves pasado logró ver que “alguien estaba en línea” en el número de celular de Luis.

Por ello, Lilian aprovechó para pedirle que le contestara, porque estaba desesperada. Pero a partir de ahí, el teléfono “se murió”. Según ella, si hubiera sabido que esa ruta era muy peligrosa, le hubiera dicho a su hijo que no viajara. “Hasta ahora me doy cuenta de eso”.

El sueño de Luis, cuenta, era terminar el tercero de Básico y buscar otro empleo, como en un taller mecánico, y así no dejar de aprender, pues su intención es unirse al Ejército.

“Estoy muy angustiada, me da mucha tristeza no saber nada de él, pero le suplico a Dios que me haga el milagro, tengo toda mi fe puesta en Él… que quienes tengan a mi hijo y sobrino, que se toquen el corazón y que los dejen libres”, externa Lilian quien, hasta la fecha, no ha recibido una llamada de extorsión.

COMALAPA, “BORRADO” DEL MAPA

Pese a la situación de violencia en Chiapas, y en especial en Frontera Comalapa, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue minimizando la problemática, cuando tiene la oportunidad, en sus conferencias de prensa matutinas. No obstante la realidad supera sus discursos.

En entrevista, Santiago Santana, presidente de la Asociación de Constructores Electromecánicos del estado, asevera que uno de los temas que les preocupa es la inseguridad y, sobre todo, lo que ocurre en la zona de Frontera Comalapa, Chicomuselo y Motozintla, entre otros.

“En esos lugares hay ingobernabilidad, hay muchos casos de problemas con personal de nosotros y de la Comisión Federal de Electricidad, por eso ya evitamos entrar a esas regiones, es imposible trabajar ahí”, alerta.

A pesar de que han sostenido reuniones con autoridades de todos los niveles, advierte que no ha pasado nada positivo. “El estado se nos contaminó con todo lo que sucede con el país, no tenemos una estadística de desapariciones, pero sí de que los tratan de extorsionar”.

Antes, recuerda, se enfrentaban a bloqueos o a inconformidades sociales, pero con diálogo, dice, lograban resolver las molestias, “pero la inseguridad ya escaló a niveles de otro tipo, a cuestiones de vida y muerte, y lo mejor es evitar esas zonas”.