Las cafeterías en la Ciudad de México surgieron en el siglo XVIII, influenciadas por la tradición europea. Inicialmente, eran puntos de reunión para intelectuales y políticos, donde se discutían ideas ilustradas y temas sociales. Durante el Porfiriato, el café se consolidó como una bebida popular, y los cafés adoptaron una estética afrancesada.
En el siglo XX, las cafeterías evolucionaron con la modernización de la ciudad. Destacan espacios icónicos como el Café La Habana, donde escritores y revolucionarios se reunían. Con el auge del café de especialidad en el siglo XXI, han proliferado cafeterías que rescatan métodos artesanales y granos mexicanos, revitalizando la cultura cafetera local.

Aquí te contamos, la historia de una cafetería que no solamente salvo a una familia de exiliados españoles, sino que, con el pasar de los años se volvió un emblema del Centro Histórico de la Ciudad de México.
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¿Cuál es la historia detrás de la cafetería de CDMX fundada por refugiados españoles?
Se trata del Café Villarías, un emblemático negocio ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, cuya historia se remonta a varios acontecimientos del siglo XX. Fue fundado en 1942 por la familia Villarías, refugiados españoles que llegaron al país escapando de la Guerra Civil Española; esta cafetería se ha convertido en un símbolo de tradición y resistencia.
Procedentes de España, los Villarías tenían una fábrica de conservas que operó hasta 1937. Con el avance del conflicto bélico, la familia se vio obligada a huir, pasando por Asturias, Barcelona y Francia. La ideología nazi en Europa los llevó a embarcarse hacia América, llegando a Veracruz y posteriormente a la Ciudad de México.
En la capital, se establecieron en la calle de López, conocida por albergar a numerosos refugiados españoles. Leoncio y Juan Villarías comenzaron a trabajar en un expendio de café llamado Cafemex, ubicado en la esquina de López y Ayuntamiento. Cuando el dueño decidió traspasar el negocio, Leoncio padre lo adquirió, marcando el inicio del Café Villarías.
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Contexto: lo que hace especial a esta cafetería mexicana
La cafetería fue un esfuerzo familiar en el que participaron Leoncio, su esposa Juliana y tres de sus hijos: Leoncio, Juan y Julián. Además de dedicarse al café, la familia mostró una profunda solidaridad con Europa, enviando víveres a quienes enfrentaban las dificultades de la Segunda Guerra Mundial.
Tras el fallecimiento de Leoncio padre en 1949, sus hijos asumieron la administración del negocio. Leoncio hijo, en particular, destacó por su participación en actividades políticas y culturales del exilio español en México. Debido a su cercanía con el CREM, el Café Villarías se convirtió informalmente en el "Consulado de la República Española", sirviendo como punto de encuentro para refugiados y exiliados.
A lo largo de los años, el Café Villarías ha mantenido su compromiso con la calidad y la tradición, ofreciendo café 100% mexicano proveniente de regiones como Chiapas, Puebla y Veracruz. Desde hace 80 años, se han convertido en uno de los expendios cafeteros más importantes de la Ciudad de México.
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Hoy en día, el Café Villarías sigue siendo un referente en la Ciudad de México, impregnando con su aroma de café tostado las calles del Centro Histórico. Su legado perdura, recordándonos la importancia de la resiliencia, la solidaridad y la preservación de la historia en cada taza servida.