Las taquerías de la Ciudad de México guardan decenas de historias dignas de contarse a través de un libro o una película. Estos espacios gastronómicos han llamado bastante la atención debido no solamente a la preparación de los tacos, un platillo característico de la cultura culinaria mexicana, sino también por los secretos que guardan sus cuatro paredes.
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Muchas de las taquerías que podemos encontrar en la capital del país no solamente fueron inauguradas por necesidad, sino también por el amor que sus dueños le tenían a los tacos, donde su talento, cariño y pasión se siente en cada mordida que se le da a este alimento, que usualmente es acompañado por un refresco frío, cebolla, cilantro y una salsa roja (o verde).
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Con anterioridad te hemos platicado de la primera taquería de la Ciudad de México; el negocio que de día es taller mecánico y de noche un local, así como la mejor de la capital, de acuerdo con la Guía Michelin. Ahora te contaremos de este establecimiento que comenzó gracias a un luchador profesional.
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¿Cuál es la historia detrás de la taquería reconocida por preparar los mejores tacos norteños de la capital?
Se trata de Tacos La Tonina, una taquería que comenzó en 1946 como un pequeño puesto en la calle Serapio Rendón que en sus inicios se llamó “La ToninAAA” (una referencia a la organización de lucha libre más famosa de México) y donde actualmente está ubicado el restaurante favorito de los capitalinos.
La taquería fue fundada por Héctor Garza, conocido en el mundo de la lucha libre como “La Tonina Jackson”, quien junto a su hermana mantuvieron por más de ocho décadas la viva tradición de la cocina norteña, ofreciendo a sus clientes una auténtica experiencia culinaria del norte de México.
Ampliamente conocidos por sus tortillas de harina hechas a mano, Tacos La Tonina han acompañado por 80 años una gran variedad de guisados típicos del norte del país. Algunas de las opciones van desde la machaca con huevo de Monterrey, el chilorio de Sinaloa hasta el cochipecho de Sonora, eso sí, siempre acompañados de una textura única y un sabor inigualable.
Además de sus famosos tacos norteños, Tacos La Tonina ofrece otros platos mexicanos tradicionales; uno de los más importantes son las gorditas de nata, un pan dulce típico que se asemeja a un muffin inglés y cuyo nivel de dulzura se encuentra entre un pan dulce y un postre. Siendo el acompañante ideal para los guisados que ofrece el negocio.
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La historia de esta taquería está íntimamente ligada a la vida cultural y artística de la colonia San Rafael. Durante las décadas de 1950 y 1960, el restaurante se encontraba cerca del legendario Cine Ópera y del Teatro Manolo Fábregas, lo que lo convirtió en un punto de encuentro para actores y amantes del cine y el teatro.
Personalidades como Angélica María, El Santo, Thalía y el propio Manolo Fábregas acudieron a Tacos La Tonina, por lo que las fotografías y los autógrafos inundan el lugar. Patricia Soto Ramos, actual propietaria, recuerda cómo las celebridades de la época solían visitar el lugar durante los ensayos y funciones.
A lo largo de los años, Tacos La Tonina ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia, volviéndose una taquería perfecta para disfrutar de una comida deliciosa, así como un espacio que evoca nostalgia y recuerdos para sus clientes habituales, quienes han trascendido generaciones que han crecido con sus platillos.