Es imposible contar la historia de nuestro país sin mencionar el pan, un alimento tan importante en la vida diaria del mexicano que, con el tiempo, fue evolucionando hasta encontrar una gran variedad de tipos que hoy en día se venden en el mercado, convirtiéndose en el aperitivo perfecto para las mañanas, tardes o noches.
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La historia de cómo llegó el pan a México es desconocida para muchos; sin embargo, gracias al libro "La Ciudad que nos Inventa" del escritor Héctor De Mauleón, es como se detalla que en 1522 (un año después de la caída de Tenochtitlán) fue que un esclavo negro libre originario de África, que visitó Lisboa y por alguna razón formó parte del equipo de Hernán Cortés, se convirtió en el primer panadero del país. Su nombre: Juan Garrido.
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Han pasado más de seis siglos desde que sucedió este momento tan importante, que hoy en día podemos disfrutar de conchas, orejas, teleras, bolillos, mantecadas, donas y cuernitos, hasta pan de muerto y rosca de reyes, que sin duda se han vuelto un sello distintivo de la gastronomía mexicana.
El impacto del pan ha sido tan grande que una reconocida panadería está a punto de cumplir 100 años, deleitando a sus clientes con diversos tipos de alimentos. Aquí la historia.
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¿Cuál es la historia detrás de la panadería que está a punto de cumplir un siglo?
Ubicada en una de las calles más importantes del Centro Histórico de la Ciudad de México, podemos encontrar la Pastelería La Ideal, establecimiento fundado en 1927 por Adolfo Fernández, que inicialmente fue llamada Ideal Bakery y cuyo local original fue el antiguo templo y exconvento de San Francisco, que todavía se encuentra en operaciones.
A lo largo de casi un siglo, la Panadería La Ideal ha permanecido como una empresa familiar, actualmente en su cuarta generación. María José Fernández, bisnieta del fundador, participa en la gestión de la pastelería, asegurando la continuidad de las tradiciones y la calidad de los panes que los han hecho reconocidos en el país.
Este lugar se distingue de los demás por una peculiaridad única: ofrecen más de 350 variedades de pan y repostería, elaborados de forma artesanal. Entre sus productos destacan conchas, cuernos, banderillas, campechanas, orejas, panqués, pasteles para diversas celebraciones, tartas, flanes, galletas, gelatinas y bocadillos.
Esta situación evidentemente se ve reflejada en su producción diaria. De hecho, si llegamos a acudir a algunas de sus sucursales, podemos encontrar más de 100 empleados trabajando en distintas áreas, desde el cobro de los productos hasta la elaboración del pan, la cual se estima que es de entre 25 mil a 30 mil piezas al día.
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Además de su icónica casa matriz, la Panadería La Ideal cuenta con otras sucursales tanto en la Ciudad de México como en el Estado de México; algunas están ubicadas en colonias como Valle de Aragón, Ciudad Azteca y Ciudad Nezahualcóyotl, mientras que su fábrica principal se encuentra en San Antonio Abad, recinto donde preparan los pasteles más grandes para bodas, XV años, graduaciones y más.
La resistencia al cambio ha sido una característica distintiva de la Panadería La Ideal. A lo largo de los años, ha mantenido sus métodos tradicionales de producción y la calidad de sus productos, lo que ha contribuido a su longevidad y éxito en el competitivo mercado de la panadería y pastelería en México.
Gracias a su popularidad y calidad, el reconocimiento de la panadería ha trascendido fronteras. En 2023 estuvo en el ranking de los 150 lugares de postres más legendarios del mundo por la guía culinaria Taste Atlas, esto, debido a sus gelatinas que logran combinar vibrantes colores, innovadores diseños y sabores inolvidables.
A punto de cumplir 100 años, la Panadería La Ideal ha sabido adaptarse a las necesidades de sus clientes, ofreciendo una amplia variedad de productos que combinan tradición y calidad. Su compromiso con la excelencia y el sabor tradicional la han consolidado como un referente en la panadería y pastelería mexicana.