El refrigerador es un electrodoméstico indispensable en cualquier hogar, porque nos permite mantener nuestros alimentos frescos por más tiempo, previniendo la proliferación de bacterias y ayudando a conservar su sabor y textura. Sin embargo, existe una práctica común que puede ser perjudicial tanto para la comida como para el refrigerador: guardar ollas con comida directamente en su interior.
Para evitar estos problemas, es recomendable almacenar las comidas cocidas en recipientes herméticos y colocarlos en áreas específicas dentro del refrigerador. De esta manera, se previene la contaminación cruzada y se evita que bacterias dañinas se transfieran a los alimentos.
Es importante también usar recipientes adecuados, preferiblemente de plástico o vidrio con tapa, para evitar que los alimentos se sequen o se vuelvan rancios. Además, es aconsejable no colocar estos recipientes en la puerta del refrigerador, ya que es la zona con la temperatura más variable y puede afectar la duración de los alimentos almacenados.
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Por esta razón no debes meter ollas con comida en el refrigerador
Las ollas de aluminio comunes, al estar expuestas al frío y la humedad del refrigerador, tienden a oxidarse más rápidamente, lo que afecta el sabor, la textura y el aroma de los alimentos. Además, según expertos como Conor Reilly, autor de "Contaminación de los alimentos por metales", esta práctica puede tener repercusiones graves para la salud, como daños al sistema nervioso central y aumento del riesgo de enfermedades como Alzheimer y cardiovasculares.
Por otro lado, las ollas comunes no son herméticas, lo que significa que pueden provocar contaminación cruzada de alimentos al absorber olores de otros alimentos almacenados en el refrigerador.