La muerte del papa Francisco el 21 de abril marcó el cierre de un capítulo significativo en la historia de la Iglesia Católica. Su papado se distinguió por una constante lucha contra el lujo, el clericalismo y la corrupción interna.
Aunque pueda parecer increíble considerando la magnitud del cargo que ocupó durante más de diez años, el papa Francisco se mantuvo fiel a sus votos de pobreza, humildad y austeridad hasta el final. Estos principios lo guiaron desde que ingresó a la Compañía de Jesús en 1958.
A diferencia de otros papas que vivieron rodeados de comodidades, Francisco rechazó consistentemente cualquier tipo de lujo. Desde el inicio de su pontificado, dejó claro que no deseaba un estilo de vida distante del pueblo. Por eso optó por no residir en los tradicionales apartamentos papales del Palacio Apostólico, eligiendo en su lugar la modesta Casa Santa Marta, una residencia utilizada generalmente por miembros del clero de visita en el Vaticano.
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También era habitual verlo trasladarse en vehículos modestos —frecuentemente compactos o de segunda mano— y vestir con sencillez incluso en actos oficiales. Esta elección no era superficial, sino profundamente espiritual: buscaba reflejar, a través de su vida cotidiana, el mensaje de cercanía con los más humildes.
Papa Francisco: revelan la cantidad de dinero que tenía
Uno de los aspectos más llamativos que surgieron tras la muerte del papa Francisco no estuvo relacionado con sus discursos o reformas, sino con su situación financiera personal: de acuerdo con el portal Celebrity Networth, al momento de su fallecimiento, su patrimonio neto ascendía a solo 100 dólares.
El hecho de que muriera con un patrimonio personal de apenas 100 dólares puede parecer sorprendente en un mundo obsesionado con la acumulación. No obstante, este dato refleja con claridad su legado: el de un líder espiritual que eligió la simplicidad como forma de vida y testimonio de su fe.
¿Recibía algún ingreso el papa Francisco como líder de la Iglesia?
Contexto: Una de las principales razones por las que el papa no acumuló bienes fue que, durante todo su pontificado, no recibió salario alguno. A diferencia de otros cargos dentro del Vaticano, el papa no percibe una remuneración por su labor. Su sustento, vivienda y alimentación son provistos por el Estado Vaticano como parte de su rol religioso.
Esto era coherente con el estilo de vida que Jorge Mario Bergoglio llevó incluso antes de su ordenación. Desde joven, vivió de manera modesta: trabajó como portero, conserje y técnico químico antes de entrar al seminario. Como jesuita, hizo votos de pobreza, castidad y obediencia, compromisos que sostuvo incluso como arzobispo de Buenos Aires y más tarde como cardenal.
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En contraste, los cardenales y altos funcionarios vaticanos pueden recibir salarios mensuales de entre 4,700 y 5,900 dólares. Pero Francisco se mantuvo firme en su decisión de no aceptar ingresos personales, incluso tras asumir el pontificado.
Históricamente, algunos pontífices han sido conocidos por su afición al arte, las joyas y residencias como Castel Gandolfo, una lujosa finca papal en las afueras de Roma. Francisco rompió con esta tradición, negándose a vacacionar en dicho lugar, y prefirió permanecer en su residencia habitual durante todo el año.
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También optó por una vestimenta más simple, evitando las elaboradas túnicas y objetos ceremoniales de gran valor. En lugar de la tradicional cruz pectoral de oro o plata, usó una de metal sencillo, reforzando así su mensaje de humildad y cercanía con los desfavorecidos.
