Sean “Diddy” Combs vivió este año un Día de Acción de Gracias distinto: el primero desde que fue trasladado a la prisión federal de Fort Dix, en Nueva Jersey. Lejos del escrutinio mediático y de los escenarios que marcaron su trayectoria, el músico optó por sobrellevar la festividad no con aislamiento, sino creando un gesto de comunidad junto a otros reclusos.
De acuerdo con información difundida por medios estadounidenses, Combs impulsó en los días previos al feriado una iniciativa que buscaba mitigar la nostalgia característica de estas fechas dentro del penal. Con recursos propios y la colaboración de internos que se organizaron de manera voluntaria, financió la compra de productos disponibles en la bodega institucional para preparar una cena compartida. El objetivo, según su representante, fue recrear un ambiente “familiar” para quienes atraviesan la temporada lejos de casa.
Ni en prisión Sean Diddy Combs deja de armar sus polémicas fiestas
El proyecto, que requirió dos jornadas de trabajo, movilizó a decenas de internos. Entre ellos participó un recluso identificado como B.I., quien explicó que pudieron distribuir alimentos en cantidades suficientes para atender a varios pabellones, alcanzando aproximadamente a dos centenares de personas por edificio.
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Combs, a través de su portavoz, expresó que para él Acción de Gracias implica asegurar que “otros también puedan comer”, especialmente en un entorno donde la soledad suele intensificarse durante las celebraciones.
Paralelamente a la iniciativa del músico, la administración penitenciaria mantuvo su menú tradicional para la festividad. El almuerzo oficial incluyó pavo asado y una alternativa vegetariana a base de pollo de soja, acompañados de relleno, camote, puré de papas, maíz y un postre festivo. La cena, en contraste, retomó la sobriedad habitual del sistema carcelario: sándwiches sencillos —de carne fría o mantequilla de maní— junto con fruta o postre.
Además de las comidas, la institución organizó actividades recreativas especiales, como torneos deportivos, pequeños conciertos, juegos de mesa y horarios ampliados para visitas familiares. Según los reportes, Combs participó en estas dinámicas del mismo modo que cualquier otro interno.
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Contexto: a sus 56 años, el fundador de Bad Boy Records permanece recluido tras haber sido declarado culpable, en octubre de 2025, de dos cargos relacionados con transporte para prostitución. El juicio, que se extendió casi dos meses, derivó en una pena de 50 meses de prisión. Aunque fue absuelto de los señalamientos más graves —entre ellos tráfico sexual y asociación ilícita—, continúa bajo custodia mientras su equipo legal impulsa un proceso de apelación cuyo análisis oral está programado para abril de 2026.
La fecha prevista para su liberación, originalmente fijada para mayo de 2028, fue modificada para junio de ese mismo año debido a incidentes reportados por la prensa, como el supuesto consumo de alcohol artesanal o una llamada telefónica considerada inapropiada. La defensa ha negado categóricamente estas versiones, calificándolas de rumores y afirmando que no reflejan la conducta real del artista.
LCM
