Rita Patiño Quintero fue una mujer indígena rarámuri oriunda del estado de Chihuahua al norte de México, que fue encerrada durante aproximadamente 12 años en un hospital psiquiátrico en los Estados Unidos. Se presume que llegó desde Chihuahua hasta el estado de Kansas caminando, después de todo, rarámuri significa "corredores ligeros" y proviene de rara, pie, y muri, ligero.
Para la etnia de Rita, correr tiene un importante significado social y cultural ya que habitan las laderas de la Sierra Tarahumara, cuya complicada topografía les obliga a evitar obstáculos, cruzar riachuelos y subir montañas. Hay que ser rápido y más aún resistente para enfrentar las condiciones de su hogar, aunque cabe mencionar que en Kansas, Rita quizás luchó contra condiciones más secas y más frías que en la sierra.
Su caso fue llevado a la atención pública en 2014. Patiño fue llevada a Estados Unidos por un hombre que afirmaba ser su esposo y quien, según informes, la entregó a las autoridades estadounidenses en la frontera. Fue diagnosticada erróneamente con esquizofrenia y estuvo detenida en un hospital psiquiátrico de aquel país.
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Un 8 de junio de 1983, la mujer, con su ropa sucia, sus pies maltratados y confundida, pronunció unas palabras que los agentes no lograron entender. La interrogaron en inglés, insistieron, pero no fue posible la comunicación. Y como nadie supo lo que dijo, ella perdió su libertad durante los 12 años siguientes.
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Antes de que llegaran las autoridades, un pastor la descubrió mientras Rita comía huevos crudos, ese día se refugiaba en el sótano del templo metodista de la ciudad de Manter, en el oeste de Kansas, EU, fue llevada a un cuartel de policías, en donde golpeó a una agente que intentaba asearla, dice el cineasta Santiago Esteinou en entrevista con la BBC Mundo, quien en abril de 2024 estrenó el documental "La mujer de estrellas y montañas", en el que, luego de una profunda investigación de archivo y entrevistas, cuenta la historia de esta mujer.
"Llevaron un traductor y hace un reporte ridículo. Concluye que debe ser indígena y que viene de algún país de América Latina. Pero a pesar de que no entiende nada de lo que le dice, comenta que las palabras de Rita no tienen sentido. La llevan ante la corte y se concluye que no estaba en sus capacidades mentales, que era un peligro para sí misma, por lo que la llevan a un hospital psiquiátrico", se presume que Rita Patiño Quintero llegó de Chihuahua a Kansas caminando, aunque en algún momento del trayecto, afirma el cineasta Santiago Esteinou, debió tomar La Bestia.
En el sistema judicial de Kansas y en la institución a la que fue llevada, no había traductores que pudieran colaborar en su caso ya que ella no hablaba español, la mujer no entendió el proceso legal en su contra, no sabía dónde estaba ni tampoco por qué estaba encerrada.
¿Quién era Rita Patiño Quintero?
Rita fue e hizo muchas cosas, según el documental de Esteinou, en el que participan la cuñada, la sobrina y varios vecinos de la mujer que la conocieron en su juventud, fue pastora de ovejas, partera, herbolaria, artesana, lavandera. Pero algo que reitera el realizador sobre Rita, es que habría nacido en 1930 y además no seguía los parámetros de la comunidad en donde vivía.
Mujer de carácter fuerte, que ignoraba cualquier orden sobre cómo hacer las cosas, tuvo una pareja y un hijo, también poseía un vasto rebaño de ovejas, era "una mujer rica en ese sentido", señala el documentalista. Y también era caritativa: le regalaba queso a la comunidad.
Pero un día todo cambió, dicen los vecinos que le robaron el rebaño y la acusaron de haber asesinado a su marido, algo que nunca se pudo probar.
"Una persona buena, muy buena. Y yo toda la vida he dicho que así fue. Lo que pasó es que la trataron mal. Se decía que había peleado con el marido y que le ganó y lo mató", comentó Procopio Mancinas, un vecino de Urique que vivió cerca de Rita y participa en el filme.
"Rita Patiño no mató a Jerónimo Renterías. A Rita Patiño le robaron las chivas, le robaron las cobijas, le robaron los borregos", añadió a cámara.
En el pueblo también se propagó la creencia de que había sido "embrujada" en una Tesgüinada, una fiesta que celebran los tarahumaras, a veces alrededor del trabajo, como la siembra, en la que toman una bebida embriagante a base de maíz conocida como tesgüino. Después de ese supuesto "embrujo", Rita habría quedado con problemas del habla.
"Entonces, le dije a mi esposo: 'Yo creo que Rita está tonta. Ya no habla bien, como hablaba en aquellos tiempos cuando estábamos nuevos'. Platicaba sola. Esa cosa no lo cura ni uno, así se muere uno, tonto”, comenta en la película Soledad Mancinas, esposa de un primo de Procopio.
Lo cierto es que Rita comenzó de alguna forma a vagar con su hijo. Y su comunidad comenzó a verla con miedo. Dicen los vecinos que no era bien recibida en casi ningún lugar.
"Había gente que no la quería, cuando llegaba le cerraban la puerta. Entonces, la gente decía que los quería matar. Pero no era nada de eso, tenía hambre, quería comida", sostiene Procopio Mancinas.
Esteinou teoriza que en realidad, Rita podría haber sido una persona con alguna discapacidad que no era entendida por la gente que tenía a su alrededor. A consecuencia de todo lo que vivió y se decía de ella, el cineasta cuenta que las autoridades le quitaron a su hijo, quien también aparece en el documental.
Por qué se fue de México y cómo llegó hasta Kansas es un misterio, señala Esteinou en conversación con BBC Mundo.
¿Cómo fue la liberación de Rita Patiño?
De acuerdo con información de la BBC Mundo, en un principio, la corte ordenó que la mujer fuera internada en el Hospital Psiquiátrico Estatal Larned, también en Kansas, por tres meses. Su condición sería evaluada nuevamente al culminar ese periodo, así como también su estancia en EU.
Pero el abogado de oficio que se le asignó nunca se presentó ante los jueces. Y, de igual manera, no habría podido comunicarse con ella por falta de traductores, posteriormente el personal médico alegaba desconocer la procedencia de la paciente, algo que suponía un problema mayor para contactar a cualquier familiar.
De meses se convirtieron en años en los que Rita estuvo sin poder hablar, sola, lejos de su cultura, su tierra y siendo medicada sin un diagnóstico concreto por las barreras del lenguaje. "Se convirtió en una más", dice Esteinou.
"Fue la tormenta perfecta. Veo muchas formas de discriminación y de violencia en el caso de Rita. Confluyen muchos elementos. Es una mujer indígena que habla una lengua completamente invisibilizada, que es pobre, migrante, probablemente con alguna discapacidad y que es mujer", sostuvo el director.
No fue hasta diez años después que su situación dio un giro y, además, que se descubrió la amplitud de las fallas institucionales relacionadas a su internación, ya que la organización Kansas Advocacy and Protective Services, hoy conocida como Disability Rights Center of Kansas, decidió en 1994 revisar los casos de pacientes que llevaran más de cinco años en el hospital.
La entidad asignó para Rita a la abogada Toria Mroz. "Una de las primeras cosas que hicimos fue mirar en sus expedientes médicos. En una etapa muy temprana de la documentación, había una referencia a que ella había indicado que era de Chihuahua y que era una indígena tarahumara", cuenta Mroz en el documental.
"Eso había estado en su expediente médico prácticamente por todo el tiempo que ella estuvo ahí. Aun así, habían pasado 10 años y ella seguía ahí. Ellos seguían diciendo: 'no sabemos de dónde es ni qué idioma habla'", agregó.
El equipo de abogados de la organización demandó al hospital y a más de 30 personas que eran parte de su plantilla. Pedían 10 millones de dólares por los daños. El proceso legal se convirtió en un reto, sobre todo porque Rita no podía ofrecer testimonio en la corte y porque en EU solo había un psiquiatra capaz de entender tarahumara, cuenta Esteinou.
La mujer fue dada de alta y llegó a México en 1995, pero su caso se extendió de 1996 a 2001, y terminó resolviéndose a través de un acuerdo de indemnización mucho menor a la suma original que los abogados solicitaban.
Por todo lo que vivió en esos 12 años, la mujer recibiría 90,000 dólares, pero de eso tendrían que destinar a la ONG que la ayudó y a sus abogados la suma de 32,641 dólares, el resto del dinero, que se supone iba a ayudar a Rita en su regreso a su país natal, tiene su propia historia.
Después de todo, Rita pierde su dinero
El director comenzó a filmar en 2016, pero la película no fue terminada hasta 2022, en ese periodo conoció a Rita y a su sobrina, Juanita, quien se hizo cargo de ella. A pesar de que se sentía a gusto en su tierra, Esteinou atestiguó cómo luego de Kansas le tocó vivir una vida en pobreza, pese a que su indemnización suponía una suma sustancial en México en aquella época.
"La corte creó un fideicomiso y nombró a una monja llamada Beatriz Zapata, escogida por la organización, como la administradora de los bienes de Rita. Durante más o menos dos años, le comenzó a dar unos US$300 al mes y luego le dio 6,000 dólares en un solo pago. Pero luego, la monja desaparece con el dinero", contó el cineasta.
Después de varios años, la corte le pidió a la monja comparecer, porque había dejado de rendir informes sobre los desembolsos a Rita. Allí se descubrió que se había gastado la mayor parte del dinero.
Y aunque un juez ordenó que devolviera el doble de lo que utilizó, solo entregó US$10.000, posteriormente fueron nombrados dos nuevos administradores, que cobraban todos los años US$1.000 por atender el fideicomiso. Ambos alegaron que no podían dar con el paradero de la mujer y al cabo de diez años, el dinero se acabó.
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Durante su tiempo en México, aunque solía cantar y bailar, tenía buen apetito y era cuidada con cariño, Rita vivió ensimismada, muy en su cabeza, dice Esteinou.
Murió en 2018 y fue despedida con una fiesta en su comunidad. Los rarámuri creen que celebrar la muerte ayuda a la persona fallecida a pasar al siguiente plano de la existencia, que se encuentra en su origen: las estrellas que alumbran las montañas de la Sierra Tarahumara. El resto de su vida estuvo marcado por la exclusión, la violencia médica, la burocracia institucional y la soledad.