XALAPA, VER.- La idea de hacerse un tatuaje, su afición por el dibujo y su necesidad de trabajar, llevaron a Arely Núñez al negocio local Vintage Tattoo Estudio. Ahí aprendió el oficio que hoy le permite usar la piel de las personas como un lienzo para diseñar y dibujar desde princesas de Disney, Bratz, comics, anime, caricaturas o rostros.
La joven conocida como Mia Núñez Tattoo en redes sociales, fue la segunda mujer en Xalapa que aprendió un oficio identificado con hombres, y hoy es una de las tatuadoras más Fancy en la ciudad.
Miau Núñez, con 29 años, empezó tatuando a los 19 años en blanco y negro, y hoy usa el color para dar profundidad y rienda suelta a su imaginación y creatividad, pigmenta la piel de sus clientes y crea diseños únicos.
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Arely cuenta que una de sus seguidoras es Yeri Mua, la influencer conocida como la Bratz Jarocha, quien le dio “me gusta” a unos de sus diseños, y confía que pronto podrá hacerle un diseño, “etiquétenla”.
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La joven cuenta que desde pequeña es aficionada al dibujo, es parte de la herencia de su papá. Una de sus tías, a quien le gustan los tatuajes, la motivó a entrar en ese mundo, que hoy le permite generar ingresos.
“Recuerdo que una tía, cuando era chiquita, me decía: te voy a llevar a que aprendas, con el que me tatúa, para que me tatúes gratis. Yo inicié, porque quería hacerme un tatuaje, pero jamás pensé que iba a terminar de tatuadora”, cuenta a La Silla Rota Veracruz.
Desde pequeña, dice, quería hacerse un tatuaje, y asegura que su mamá le dio permiso, con la condición de que ella debía ser mayor de edad, y, además, tenía que trabajar para ganar dinero y pagarlo.
Fue por eso, cuenta., que empezó a buscar como ganar dinero para hacerse un gato en el vientre, que fue el primero de más de 20 tatuajes que tiene a la fecha. Reconoce que el número es menor, pues hay tatuadores que tiene más de 100 diseños.
Buscando empleo, dice, encontró un anuncio de un estudio que estaba buscando una recepcionista. Acudió a pedir empleo a Vintage Tattoo Estudio y tras mostrar sus diseños y dibujos, los dueños del negocio decidieron contratarla como tatuadora.
“Solicitaban recepcionista, y le dije al chico mira yo diseñó. Me pidió mi carpeta (de dibujos) y me dijo, te quedas de tatuadora, fue cuando entré de lleno. Trabajaba en Vintage Tattoo Estudio, este chico era hermano del dueño de Serpico Tattoo Estudio y después nos fuimos todos para allá”.
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La joven, madre de una bebé de dos años, reconoce que el medio del tatuaje es un poco difícil, primero, porque la gente no se tatuaba, los clientes frecuentes eran preferentemente hombres, y cuando veían que Arely era la que iba hacerles el diseño, expresaban que preferían esperar a que un hombre lo hiciera.
A siete años de distancia, recuerda, que el primer tatuaje que hizo fue un escorpión tribal y le llevó al menos dos años empezar a trabajar en forma, “No era tan fácil como ahora. Yo aprendí de mis compañeros, lo que me enseñaban”.
Arely Núñez, cuenta que cuando ella empezó a trabajar solo había una mujer más dedicada a hacer tatuajes en Xalapa. Aunque no tiene datos estadísticos, reconoce que ahora hay muchas mujeres que trabajan en estudios o en privado, para hacer todo tipo de diseños.
Dice que ha evolucionado la cultura de los tatuajes, pues ahora ya se hacen diseños más coloridos, y tanto hombres como mujeres buscan un diseño, muchos le dan un significado emocional.
“Se decía que los tatuajes eran para delincuentes, he visto que los tatuajes han evolucionado, yo me empecé a enfocar más en lo femenino, empecé a tatuar caricaturas de mi infancia, entonces al ponerle mucho color, las niñas se empezaron a acercar a mí”.
Recuerda que uno de los tatuajes que marcó su vida fueron unos Pokemones, “yo empecé con negro, se le llama blackboard, yo no hacía nada de color. Un día llegó un cliente quería un Pokemón, mi compañero me dijo, hazlo tú. Y fue cuando me empezó a salir más trabajo de color y descubrí que el color me gustaba mucho, eso fue hace mas o menos 5 o 6 años”.
Cuenta que cada tatuaje tiene una historia, y en ocasiones ella la hace de psicóloga, pues al estar trabajando las personas le cuenta lo que los motivó a pigmentar su piel, generando empatía.
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“He tenido historias muy variadas, y muy fuertes y se trata de empatizar con los clientes, sey tratamos de apoyarlos y representar ese sentimiento. El sentimiento más común son amor, y luto o fallecimiento de personas y animales”.
Cuanto se trata de representar el amor, platica, la gente se pone frases, nombres de familiares o caras de hijos, hermanos o padres, incluso, mascotas. En el caso del luto, la gente ocupa recurre a poner fechas, o nombres.
Dice que cada que hace un tatuaje se enfoca en hacer lo mejor posible, sin embargo, hay ocasiones en las que, le preocupa que el diseño pueda quedar mal, especialmente, porque su trabajo no se puede borrar.
La joven comenta que, aunque se ha quitado un poco el estigma, de que las personas tatuadas son delincuentes, aún persiste la idea que por tener un diseño en la piel son personas malas, cuando van a tiendas departamentales los de seguridad los persiguen por todo el negocio.
“Nunca falta que un policía nos siga en la tienda o a dónde vayamos en Liverpool, en Coppel, fuimos a Guatemala, fuimos a un mercado de artesanías y teníamos al guardia atrás de nosotros, siempre se siente la presencia”.
Las zonas más comunes donde las personas se hacen tatuajes son en antebrazo, piernas y una sesión puede durar desde media hora hasta siete horas, que es lo que más ha tardado por en hacer una Bratz o cuando dibujo, en media pierna, tatuajes de Nickelodeon.
mb