VIACRUCIS MIGRANTE

Embarazadas y hartas de la pobreza, Jessica y María recorren a pie ruta migrante por Veracruz

Con siete y seis meses de embarazo respectivamente, ambas mujeres huyen de la pobreza en el país que gobierna Nicolas Maduro

Esperan en Veracruz a que el tren reanude su marcha a la zona norte de México.
Dos mujeres migrantes en Veracruz.Esperan en Veracruz a que el tren reanude su marcha a la zona norte de México.Créditos: Fluvio César Martínez
Escrito en VERACRUZ el

COATZACOALCOS, VER.- Con 31 años y siete meses de embarazo, Jessica Contreras decidió emigrar de Venezuela ante la falta de empleo y una fuerte crisis económica. A la semana ganaban 20 dólares (345 pesos), dinero que alcanzaba para comer apenas tres o cuatro días.

Junto a su esposo y dos hijos menores, llegó a Coatzacoalcos, Veracruz, después de recorrer miles de kilómetros en tren, autobuses y a pie. “No se puede vivir ahí en Venezuela, porque te cobran todo en dólares y esta todo caro, casi no alcanza el dinero, está jodido todo con el gobierno de Nicolas Maduro, así nos tiene”, reclama la migrante.

Su rostro y pies, lucen cansados de caminar por más de dos meses desde aquel país, donde la inseguridad asegura que es otro factor que los obligó a salir.

“Si saliera el tren lo agarraríamos porque ya llevamos tres meses caminando, aunque yo creo que no es tan complicado como pasar todos estos países; porque los buses nos cobran más y nos bajan antes de donde vamos”, señala.

Solo una ocasión se ha internado en un hospital por complicaciones de su embarazo, aunque dice que no fue grave y pudo seguir, junto a su niña que carga en sus brazos.

Jessica aprovecha las atenciones médicas que ofrecen en los refugios para migrantes o de organizaciones como “Médicos sin fronteras”, donde por suerte le han dicho que puede seguir sin riesgo alguno.

“Antes de Estados Unidos o donde me toque ahí doy a luz, ¿qué más?, con tal que mi hijo nazca bien, expresa optimista, la joven de tes morena y cuerpo robusto.

María viaja con seis meses de embarazo y un bebé de dos años

María tiene seis meses de embarazo, también es originaria de Venezuela, viaja junto a su esposo y un bebé de dos años, ella no quiere saber si tendrá una niña o niño, solo pide a dios que nazca bien.

La mujer es de piel clara y, aunque el cansancio parece hacerla enojar, su esposo asegura que en realidad es alegre. 

Antes de llegar a México se encontró con Jessica y decidieron caminar juntas para cuidarse y ayudarse cuando alguna de a luz.

“¿Quién va a vivir allá?, con esa situación que mantiene el presidente por eso salimos, el camino ha sido fuerte pero qué le vamos a hacer, no hay de otra. Aquí llegamos caminando y de vez en cuando carro”, dice María.

Los esposos de las migrantes embarazadas cargan y cuidan de sus hijos, para aminorar el cansancio. En los bajos del puente de la avenida Uno de Coatzacoalcos descansan las dos familias, en espera de alimentos que les brindarán en la casa del migrante mientras se recuestan y por ratos duermen.

Tren de Ferromex se reactiva, pero las mujeres continuarán a pie

El cansancio es mucho para ambas mujeres, por lo que al llegar a los refugios para migrantes aprovechan para dormir y tomar algunos medicamentos que les regalan.

Cuentan que ya sufrieron un asalto en México, pero solo les robaron sus celulares y dinero en efectivo.

Este jueves 21 de septiembre se reactivaron las rutas de los trenes de Ferromex, o al menos los primeros vagones en el sur de Veracruz.

Sin embargo, María y Jessica aun no se convencen de abordarlo por temor a caer y que sus bebés en gestación mueran, por lo que analizan seguir a pie hasta el norte del país, como muchas otras mujeres migrantes, aunque se arriesguen a ser víctimas de la delincuencia.

“Agregue eso a la falta de comida, su salud, vienen mamás con hijos y abuelitos, es muy necesario que los apoyemos porque no hay quien los apoyen, las casas de migrantes no son suficientes para ellos”, expresa Guillermo Garduza, representante de la casa del migrante Santa Faustina Kowalska.

No saben si sus hijos nacerán en el camino o en Estados Unidos, pero quieren que tengan un mejor futuro que el que les ofrece su país.

vtr