VENTA DE ANIMALES DE COMPAÑÍA

Vender animales o no, esa es la cuestión

¿Es correcto, ético, moral o necesario seguir vendiendo animales cuando, como es sabido, hay tantos buscando un hogar en las calles? | Ana Villagrán

Escrito en OPINIÓN el

El debate respecto a qué hacer o qué no hacer con los animales de compañía, va muy avanzado en esta capital de la transformación. Hoy, cada vez más familias ven con buenos ojos que los perros, gatos, tortugas, aves, reptiles, hurones, hámster, etc., sean incluidos en las decisiones públicas para así poder avanzar juntas y juntos en un nuevo tipo de ciudad donde las familias multi especies sean aceptadas, protegidas y priorizadas por la sociedad en general

También, en una ciudad donde el abandono es tan común, y donde miles de animales transitan por las calles de muchas alcaldías sin recibir la atención necesaria, el tema de la venta, por lo menos en tema de perros y gatos, entra por sí misma en una cuestionable posición ¿Es correcto, ético, moral o necesario seguir vendiendo animales cuando, como es sabido, hay tantos buscando un hogar en las calles?

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Entrar en la discusión de si es correcto y bueno, nos acerca más a la sociedad que queremos ser. No sólo se trata de los beneficios económicos que generan para sí aquellos que venden, sino de un nuevo planteamiento individual y colectivo respecto a qué tipo de personas somos y qué ciudad queremos transformar. Profundicemos.  

Los animales no son cosas

Con la tan anhelada reforma al Código Civil los animales dejaron de ser objetos semovientes para pasar a ser por fin, como la Constitución CDMX ya señalaba: seres sintientes. Ya no existe ningún impedimento para señalar que vender animales como si fueran objetos resulta si no ilegal, mínimo impropio.

Los animales no tienen dueño, tienen tutores y si bien durante mucho tiempo se ha acostumbrado a ponerles un precio, debemos reflexionar ¿Cuánto vale el dolor de tantos perros que crecen, deambulan y sufren en las calles? ¿Es realmente ético que sigamos comprando y vendiendo animales cuando hay tantos sin costo que necesitan familias? ¿Por qué seguir impulsando la venta cuando la prioridad debe ser impulsar la adopción y la esterilización? ¿Cuál es la retribución a la sociedad de todos aquellos que producen animales como si fueran estéreos y cómo evitan ellos el dolor de sus “productos” que ladran, comen y se reproducen sin control?

Son muchos los cuestionamientos por responder si se pretende que la venta siga siendo una manera “legal” de adquirir animales. La venta, si así fuera, debería entrar en un esquema de control absoluto. Abrir un registro para que todo el que venda lo haga con supervisión y seguimiento de cada animal comerciado. Se debe asegurar a ese animal vendido, se requiere contar con un marco de protección continua y permanente donde sean aseguradas las mínimas condiciones de bienestar a las que tiene derecho por el simple hecho de nacer. Además, los animales deben ser vendidos ya esterilizados. Y las hembras que son utilizadas como productoras de perritos sin fin, tener un máximo de camadas en la vida, ya no hablemos de la manera en la que estos ejemplares deben tener para vivir cómoda y sanamente en el lugar donde son obligadas a tener bebés y verlos partir por una módica cantidad del humano explotador. 

Me parece así, que empezar con un punto medio es la solución alcanzable. Si bien lo que se busca es ir disminuyendo gradualmente la cantidad de perros y gatos abandonados, por hablar de lo más común y urgente, tomar medidas y decisiones es necesario. Regular la venta, abrir un registro, entregar solo animales esterilizados y castigar a todo el que viole estas conductas, puede ser un primer y buen camino para cambiar las cosas.

Tiendas departamentales, mercados y criadores debemos unir esfuerzos para hacer de la venta de animales un camino que nos una para buscar el beneficio de los mismos y no solamente un recurso económico más. El dolor de los que no tienen casa es innegable y hoy debemos hacer algo para cambiar la realidad de la ciudad. Educar y abrir el diálogo para encontrar puntos intermedios es sin duda urgente

Si no se prohíbe su venta, que se regule y se registre cada animal vendido.

Si no se prohíbe la venta, que sí se regule la forma de exhibición

Si no se prohíbe la venta. que haya un registro de cada establecimiento y criador que genera animales

Si no se prohíbe la venta por cada animal comercializado, que haya una adopción fomentada de animales de la calle.

Es decir, el beneficio debe ser para todos, asumir el peso de la responsabilidad de seguir vendiendo animales debe ser algo obligado en la discusión pública. 

Dejar las cosas como están no es viable, porque muchas otras naciones en el mundo han disminuido la población de perros de la calle prohibiendo la venta. México no debe quedarse atrás en encontrar soluciones que aporten a evitar el dolor de más animales.

Ana Villagrán

@AnaJVillagran