CONSERVADURISMO Y LIBERALISMO

Brecha política de género y el auge de la Alt-Right

Según una investigación de Alice Evans, los hombres están inclinándose de forma drástica hacia el conservadurismo y la derecha radical, mientras que las mujeres son más cercanas a posiciones progresistas. | Emiliano García

Escrito en OPINIÓN el

En 2024, el Financial Times publicó un estudio de Alice Evans, destacada investigadora en opinión política, que evidenciaba una creciente divergencia ideológica entre hombres y mujeres de 18 a 29 años.

La investigación revela que los hombres están girando de forma drástica hacia el conservadurismo y la derecha radical, mientras que las mujeres se inclinan cada vez más hacia posiciones progresistas. Los casos más notorios son Corea del Sur y Estados Unidos, donde las mujeres son hasta 30% más liberales que sus contrapartes masculinas. (Financial Times, 2024).

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Este fenómeno preocupa en un escenario global marcado por discursos de segregación racial, homofobia y clasismo, que promueven la violencia como mecanismo político. Figuras influyentes asociadas al ecosistema de la llamada Alt-Right —como Charlie Kirk (recientemente fallecido), Joe Rogan o Alex Clark— han impulsado estas narrativas desde foros digitales, podcasts y redes sociales, operando fuera de la política tradicional pero con impacto real en partidos como el Republicano en Estados Unidos y Alternativa para Alemania (AfD). También se refleja en Nuevas Ideas en El Salvador, La Libertad Avanza en Argentina y, más recientemente, México Republicano.

El denominador común es claro: hoy el conservadurismo no presenta un programa coherente, sino un mosaico de causas dispares unidas por el rechazo al liberalismo.

La Alt-Right es síntoma de una frustración masculina generacional alimentada por factores estructurales: un sistema económico fallido, el encarecimiento de la vivienda (en México subió 8.2% sólo en el primer trimestre de 2025), salarios precarios, creciente desconfianza en los gobiernos y el avance en derechos de minorías históricamente excluidas. Todo esto ha impulsado una divergencia ideológica entre hombres y mujeres, y el resurgimiento de nacionalismos basados en el odio. (Gobierno de México, 2025).

En México la situación no ha sido tan marcada, pero ya se vislumbran intentos de articular proyectos políticos ultraconservadores. El ecosistema digital masculino también se inclina cada vez más hacia la derecha, con referentes como Ricardo Salinas Pliego en X.

Frente a ello, es indispensable crear espacios que refuten estas ideas, pues representan una amenaza a los avances en derechos y libertades individuales. La historia demuestra que ignorarlas sólo termina en incendios.

Emiliano García

@Emiliano_Marx