TMEC

¿Las horas contadas del TMEC?

Si nos detenemos a observar lo ocurrido desde que Trump asumió la presidencia, podríamos señalar que el TMEC ha dejado de tener sentido, y se podría aseverar que el tratado comercial ya no aplica para los tres países. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

La política de Donald Trump de ir poniendo aranceles por todo el mundo, ha generado un desequilibrio económico que impactará tarde que temprano en la economía mundial. En principio, el Banco Mundial ya rebajó su pronóstico de crecimiento del PIB mundial, para el cierre de año, lo ubica en 2.3%, cuatro puntos porcentuales menos de lo proyectado a inicios del año.

Para Estados Unidos, el Banco Mundial pronostica un crecimiento del PIB de 1.9% , casi un punto porcentual menos de lo presupuestado cuando inició 2025. El desajuste en los precios de los bienes adquiridos y vendidos provocarán una presión inflacionaria que se verá reflejada con mayor claridad hacia el último trimestre del año. Por lo pronto, en México, ya se nota una desaceleración en la actividad económica con un menor crecimiento, el Banco Mundial, estima que el PIB será 1.8% con recorte en las expectativas de 1.3% menos de lo que se preveía en el mes de enero.

El escenario podría empeorar conforme los amagos de Trump de imponer más aranceles a las exportaciones mexicanas hacía su país, se vayan haciendo realidad. En este escenario, ya se comienza a ver con menor optimismo lograr llegar a julio de 2026 fecha pactada para revisar el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, el TMEC.

Si nos detenemos a observar lo ocurrido desde que Trump asumió la presidencia, podríamos señalar que el TMEC ha dejado de tener sentido, y estrictamente, se podría aseverar que el tratado comercial ya no aplica para los tres países. 

Donald Trump, impuso aranceles a sus dos principales socios comerciales México y Canadá, que ya está operando, esto pese a que existía un acuerdo firmado por los tres países para el libre intercambio de mercancías, algo que el presidente estadounidense, rompió o violó como usted prefiera.

No conforme con esto, Trump ha seguido amagando a los dos países con imponerles nuevos gravámenes en otros sectores o aumentar los que ya se aplican. En términos estrictos, esto indicaría que el TMEC, ya no existe. Y si, ya no está vigente, entonces se tendría que negociar en julio de 2026, si es que Trump no decide adelantar las conversaciones.

Y eso es justo lo que debemos saber, qué se negociará, ello determinará sin duda, el derrotero de la economía mexicana para los siguientes años. Es sabido que la economía mexicana es totalmente dependiente de la de los Estados Unidos, el 84% de las exportaciones de nuestro país van hacia el vecino del norte, pero más allá de eso, las principales exportaciones de México hacia ese país, son de manufactura y las empresas ciento por ciento mexicanas de manufactura son muy pocas, la mayoría, son estadounidenses y a partir de ahí, predominan las alemanas, chinas, francesas, suecas y suizas. Esto, en estrictos términos de manufactura.

Por qué es importante esta aclaración, porque el 90.7% de las exportaciones mexicanas son manufactureras y como decimos, en México, la manufactura está en manos principalmente de empresas multinacionales. Cierto, hay casos honrosos, como Bimbo, Alpek y Bio Pappel entre otras pero el resto, son empresas extranjeras principalmente de origen estadounidense.

No pretendemos decir que Trump está afectando a las empresas norteamericanas con presencia en México, no, el foco lo queremos poner en que, si en verdad el presidente estadounidense logra repatriar a las empresas de su país que hoy operan en México, la catástrofe económica para nuestro país sería devastadora, así que, además de buscar evitar un mayor volumen de gravámenes a las exportaciones mexicanas, el gobierno deberá buscar “garantizar” las condiciones para que ninguna empresa piense en la repatriación.

Lo anterior, paradójicamente, es resultado de la globalización o mejor dicho de la política neoliberal impuesta por los gobiernos mexicanos desde tiempos de Salinas de Gortari. La narrativa entonces era que en un mundo globalizado, la lógica era encontrar los insumos (bienes de consumo y de capital) en donde fueran más baratos, por lo que, fabricar en México (manufacturar) además de un posible sobre costo, implicaba una desventaja competitiva en los mercados globales.

De esta forma, se vendieron todas las fábricas posibles al extranjero y se inhibieron las inversiones mexicanas en términos de manufactura, es decir, cero política industrial. Y aunque se alega que en México existen empresas nacionales de clase mundial que compiten en manufactura a nivel global, en realidad son muy pocas y cuando mucho llegarán a más de 50. 

En donde se generó un ecosistema de fuerte competencia y desarrollo de manufactura nacional fue en las empresas que se insertaban en las cadenas de proveeduría de las grandes multinacionales sin poder acceder ni aspirar a lo que se conoce como proveedores de primer nivel en donde por ejemplo, se desarrollan hoy los componentes electrónicos que forman parte de los dispositivos electrónicos que todos usamos, es decir, México se convirtió en un país ensamblador.

Lo anterior sucede claramente en el sector automotriz pues ninguna de las empresas de las que los neoliberales y opinadores presumen son de origen nacional, en todo caso, lo que están haciendo sin darse cuenta algunas veces y otras sí, es resaltar la eficiencia de la mano de obra barata mexicana. 

Luego de la manufactura, a México sólo le sobra defender la producción y exportación de alimentos agrícolas y no del todo porque al menos entre el 60 y 70% de las empresas empacadoras de frutas y legumbres que exportan hacia los Estados Unidos, son de origen norteamericano.

Entonces, qué negociará México. Ahí es donde la situación se vuelve compleja porque Trump apretará en el tema del narcotráfico para negociar y evitar además de más aranceles y una desbandada de empresas norteamericanas rumbo a la frontera sur de ese país, será una labor titánica para el gobierno de México.

El TMEC parece tener las horas contadas y en México pese a existir grandes empresas mexicanas con presencia global, no serían suficientes para tapar el hueco que generaría la repatriación de empresas norteamericanas, por eso la importancia de fabricar en México el máximo posible de lo que se importa, mencionó ya la presidenta Sheinbaum en una de sus mañaneras, pero de eso, hablaremos en la próxima entrega.

 

Ismael Jiménez 

@ijm14