La segunda marcha contra la gentrificación del pasado domingo 20 de julio se le salió de nuevo de control a los organizadores, y terminó en una penosa situación de vandalismo. Esta vez incluso con quema de libros en Ciudad Universitaria. La primera manifestación ocurrió en la colonia Condesa el viernes 4 julio y terminó también de manera violenta en la cual la policía no metió las manos como lo comentamos en este espacio de La Silla Rota. Tampoco esta vez la policía intervino debido a que se cuidó en todo momento la "autonomía" universitaria.
Este es el contexto
Eran las 16 horas de ese domingo cuando alrededor de mil personas se manifestaron en una marcha pacífica en lo que se conoce como Fuentes Brotantes y se dirigieron rumbo al "Monumento al Caminero", ubicado en la intersección de Insurgentes Sur y Viaducto de Tlalpan, justo el lugar donde inicia la carretera a Cuernavaca, alcaldía de Tlalpan. Las demandas del colectivo fueron por el desplazamiento de los pobladores originarios que provoca la gentrificación en la zona, en concreto piden que se pare el mega proyecto Fuentes Brotantes 134. Se trata de un conjunto habitacional con más de 50 casas de dos y tres niveles, con 104 lugares de estacionamiento y espacios para bicicletas, obviamente el costo es altísimo y va dirigido a gente de clase media alta. Dicho proyecto ha sido rechazado por vecinas, vecinos y colectivos de Santa Úrsula Xitla.
La marcha fue acompañada en todo momento de un gran contingente de policías de la Ciudad de México equipados con radios, cascos y toletes, que por cierto no sirven para mucho. Todo iba bien, ahí iba a terminar la manifestación cuando de repente -todo ocurre así-. un grupo de jóvenes del colectivo denominado "Bloque Negro" -varios de ellos encapuchados-, se separaron del contingente principal y se enfilaron hacia Ciudad Universitaria (CU). En el camino empezaron a realizar pintas, ocasionar destrozos y lanzar agresiones, al grado que muchos locales decidieron proteger sus espacios "tapiando" los cristales. En la estación del Metrobús Perisur hubo momentos de tensión cuando fueron encapsulados, pero de inmediato las personas que permanecían en la marcha se dispersaron hacia Ciudad Universitaria -debido a que ahí no entra la policía de la Ciudad de México- comentaron. Y así fue.
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Ese grupo de jóvenes pudo entrar impunemente al Centro Cultural Universitario (CCU) y ahí hicieron pintas, destrozaron las casetas de vigilancia, rompieron vidrios del Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) y arremetieron contra La Espiga, escultura de Rufino Tamayo que se encuentra en la explanada. Y, al no haber ninguna vigilancia que los pudiera parar, -era domingo recordemos-, y se sentían en "territorio libre", ingresaron a la librería Julio Torri tomaron libros que empezaron a regalar entre los manifestantes. Todo hubiera quedado ahí, pero lo grave es que algunos libros fueron quemados y eso fue nota que nos indignó a muchos.
La quema de libros es una práctica fascista
El tema llegó a la mañanera del lunes, le preguntaron a la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la segunda marcha contra la gentrificación. Comentó como primer punto “la necesidad de vivienda y de los altos precios de la renta en la Ciudad de México". Después dijo con firmeza: "hubo algunos actos con los que no estamos de acuerdo y no vamos a estar de acuerdo nunca. Una parte, un grupo muy pequeño de una de las manifestaciones entró a Ciudad Universitaria, rompió los vidrios de una librería y quemaron libros. Los únicos que han quemado libros en la historia son los fascistas.
Por supuesto que puede haber una demanda legítima, pero ¿quemar libros en una institución educativa? Eso debe ser condenable totalmente, los actos de violencia”.
No podemos solapar en nuestro país la quema de libros, “lo único que muestra es una actitud (corrige) … no actitud, prácticas que solo pueden catalogarse como movimientos fascistas, intolerantes".
Los mensajes que se pudieron leer en el recinto universitario, entre otros fueron: "Gringo Puto", "Patria o Muerte”, y en uno más una frase de la canción del argentino Leon Glieco "Solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente", popularizada por Mercedes Sosa.
Poco antes de las 22 horas, la UNAM emitió un comunicado reiterando su firme compromiso con "la libertad de expresión, la pluralidad y el derecho a la manifestación pacífica", al tiempo que rechazó tajantemente "toda forma de violencia, agresión e intolerancia como métodos de protesta".
Anunció que presentarán las denuncias correspondientes como se hizo el lunes ante el Ministerio Público local.
Las reacciones
Un grupo de intelectuales de la cultura mexicana, entre ellos, Bolfy Cottom, Jacobo Dayán, Graciela de la Torre, Nicolás Echeverría, Antonio Lazcano, Adriana Malvido, Eduardo Matos, María Minera y Sergio Raúl Arroyo, expresaron su indignación ante los “actos vandálicos”, y exigieron que se esclarezca el origen de estos actos, a la vez que manifestaron su preocupación por la creciente violencia en protestas sociales.
En el texto, así lo señalan: "Exigimos se esclarezca el origen de estos actos vandálicos y expresamos nuestra enorme preocupación ante la frecuencia alarmante con la que actos equivalentes han ocurrido en marchas pacíficas y protestas de la sociedad civil en distintas alcaldías de la ciudad, como resultado de la infiltración impune de individuos y grupos responsables de agresiones crecientes que dañan bienes públicos y privados, generando una atmósfera de tensión y violencia”.
"Todos los recintos de Cultura UNAM estamos dedicados a una postura abierta, plural, que invita y fomenta la reflexión, el encuentro, el diálogo. Es lamentable que se utilice este espacio para lo contrario", aseguró en entrevista Tatiana Cuevas, directora del MUAC.
Lamenta que hayan quemado libros ya que éstos "son la ventana a la reflexión". Dijo que era la segunda vez en menos de un año en que el MUAC resulta afectado por manifestantes, apenas meses atrás un grupo activistas y trabajadoras sexuales también realizaron pintas en la fachada a manera de protesta contra una muestra de la artista Ana Gallardo.
Se desligan de los vándalos
Algunos de los convocantes a la marcha como Elizabeth Álvarez, reprochó los actos violentos y aseguró que desconocen quiénes los encabezaron. "Es ilógico que tengamos que destruir algo, algo que a nuestros hijos les va a servir en algún momento", dijo.
Y aquí el tema de la autonomía universitaria, mal entendida. Clara Brugada, jefa de Gobierno argumentó que en el operativo policiaco implementado no se actuó en CU por la autonomía universitaria. "Vamos a respetar siempre de los siempre que no entren fuerzas de seguridad al interior de la UNAM” dijo.
En el mismo sentido se manifestó César Cravioto, secretario de Gobierno, quien subrayó que el ataque fue una actitud fascista, y defendió la autonomía universitaria.
Emitió un posicionamiento grabado y en una entrevista en radio se hizo bolas, evidenciando que desconoce la ley. Podría decir que no es abogado, pero es el secretario de Gobierno de la ciudad más grande de México.
“Queremos dejar muy claro que respetamos la autonomía universitaria… vamos a respetar siempre de los siempres, que no entren fuerzas de seguridad al interior de la UNAM, y eso es lo que se hizo”, comentó Cravioto.
"Nosotros no patrullamos las instalaciones de la UNAM. No atendemos temas de manifestaciones en la UNAM, nada de eso se puede, porque es parte de la autonomía universitaria, dijo en una entrevista radial con José Cárdena en radio Fórmula.
La UNAM para eso tiene policía al interior, dijo.
¡Orale! El jefe de gobierno confunde vigilantes con policías…
—¿Por qué no detuvieron a estos vándalos?, le pregunto Cárdenas..
“No podemos, no podemos, solo cuando hay una petición expresa de la UNAM. Acuérdense de aquella toma de muchos meses de lo del CGH. Hasta que pidió el rector de la UNAM que entrara la policía se recuperaron esas instalaciones, dijo.
Primitivo Olvera en la entrevista entró al tema:
— “¿El rector(Lomeli) o por una orden judicial…?”
— “Si hay una orden judicial también se debe atender. O una petición de la autoridad universitaria. Nosotros no patrullamos”, insistió Cravioto.
— “¿De dónde salen?, ¿quién los mandó?” pregunta Cárdenas (diálogo retomado en su columna "El Asalto a la Razón por Carlos Marin en Milenio, 23 de julio)
— “¿Les vieron la cara, porque se les colaron los encapuchados?”
— “Es parte de lo que se está investigando”, respondió Cravioto.
¿Y cómo van las investigaciones? ¿quiénes fueron esos vándalos? ¿quién está detrás de esto?
Y la otra, ¿cómo está eso de que no puede entrar la policía a CU, aun en flagrancia como fue el domingo señor Cravioto?
¿Y como es que si entra la policía a los partidos de futbol en el estadio universitario; acaso es por petición del rector?
¡Por favor!
Hasta donde sabemos la autonomía universitaria no significa “extraterritorialidad”. CU forman parte de la Delegación Coyoacán, no es un estado independiente; la autonomía no debe ser pretexto para obstruir la procuración de justicia en delitos del fuero común o federal, y sobre todo en flagrancia
No es casual que la denuncia penal se haya hecho ante la agencia del Ministerio Público de la territorial II de Coyoacán por los daños causados..
Se entiende que la policía no debe entrar así nada más al campus, sobre todo para ir por universitarios, como se hizo en 1968; o cuando el rector de la Fuente -hoy Canciller- solicitó a las fuerzas federales que entrara a la universidad.
Si hay un delito flagrante deben hacerlo. Imaginemos que la policía va en persecución de presuntos criminales y que al entrar al campus deciden no seguirlos debido a un asunto de extraterritorialidad.
Imaginemos el mismo escenario tras lo ocurrido el pasado domingo en el CCU.
El abogado Francisco Burgoa compartió un post en X como respuesta a Cravioto. Le dice que no confunda la autonomía universitaria con la extraterritorialidad: "Afirmar que esta autonomía impide actuar contra delitos flagrantes es tergiversar su naturaleza constitucional y convertir sus espacios en zonas de excepción donde la ley no aplica".
En fin, el martes, el jefe de la policía capitalina Pablo Vázquez, descartó en conferencia que se reprimiera a los participantes y defendió el protocolo implementado, asegurando que las afectaciones por los actos de vandalismo fueron mínimas.
"Sólo se afectó infraestructura pública y se afectó también una publicidad al interior de un paso a desnivel", apuntó en conferencia. (nota de Bernardo Uribe en Reforma Ciudad 23 de julio de 2015).
¿Vandalizar un recinto cultural y quemar libros son afectaciones mínimas señor Vázquez? Con todo respeto a su investidura, no es así.
El jefe de la policía dijo que durante la protesta se mantuvo comunicación con las autoridades de la UNAM y que, junto con ellas, se descartó el ingreso de la policía al campus universitario. Subrayó: "una incursión de la Policía en la Máxima Casa de Estudios puede tener y desatar otro tipo de consecuencias".
No lo dijo Vázquez pero recordó los hechos de febrero del año 2000 cuando efectivos de la Policía Federal entraron al campus universitario para terminar con la huelga estudiantil, una decisión tomada por el presidente Zedillo, y el rector de aquel entonces, el doctor Juan Ramón de la Fuente, actual secretario de Relaciones Exteriores.
¿Qué autoridad de la UNAM les pidió que no entraran señor Vázquez, acaso el rector Leonardo Lomelí Vanegas?
Sobre estos comentarios, la UNAM no he emitido posicionamiento alguno, excepto el comunicado de la noche del domingo.
Debo insistir que el fantasma de la intolerancia y xenofobia amenaza y urge exorcizarla.
Por cierto, felicito a los reporteros de la web La Silla Rota por los textos y fotografías conseguidas, son únicas, y dicen más que mil palabras.
P. D. El INE amenaza a nuestra web La Silla Rota. ¿Qué autoridad tiene el INE para ir contra un medio? ¿acaso no han leído los artículos 6 y 7 de la Constitución que protegen la libertad de expresión y el derecho a la información? Le envío un abrazo solidario a Roberto Rock, y a todos los compañeros, soy colaborador fundador y me siento agredido por la que fue otrora una institución democrática.
