Enfrentar la muerte es un proceso muy complejo, y más porque, pues, nunca estamos preparados para ella. Sin embargo, después de que pierdes a algún ser amado, te das cuenta de que, al final de cuentas, la muerte es solamente el último paso de la vida. Y es un proceso que, naturalmente, vamos a tener que vivir todas y todos los que formamos parte de este planeta.
Cuando hablamos de animales de compañía —de tu gato, de tu perro, de tu conejo, de tu hurón, de tu tortuga o de cualquier ser con el que hayas compartido momentos felices y que formaba parte de tu familia—, por ejemplo, las familias en las alcaldías rurales, como tus caballos, tus animales de trabajo, pues, la muerte se siente, y se siente igual.
Si bien uno pudiera decir que se le recibe como una vieja amiga, nunca deja de tener ese dolor que te marca por años y que, al final, pues, encuentras la fuerza de alguna forma para irlo superando.
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Hablando de animales de compañía, desde este increíble cargo que hoy tengo la enorme oportunidad de ser la Titular, es que, pues, muchas personas me han contado historias de cómo han perdido a su animal de compañía, y es maravilloso ver el nivel de unión que las personas alcanzan con el perro o el gato que un día rescataron, o, si es que decidieron comprarlo, este animal integraba a su núcleo familiar. Y, a la hora de decir adiós, hay que considerar varias cosas.
El escenario número uno es: si el animal está enfermo y su estado físico no va en progreso, pues es irse preparando en familia; que las personas sepan que, al final, ese animal de compañía que fue tan amado en sus días alegres, en sus días sanos, pues va a llegar a su fin pronto. Por ello, es importante planear el tema, pues, de los cuidados médicos, de los gastos del veterinario y de lo que va a implicar cuando el animal ya no esté con nosotros.
Si se le va a enterrar en un terreno privado, o si, ahora con tantos servicios, se le puede incinerar y hasta tener un funeral muy familiar. Todo este tipo de servicios, pues, tienen costo, o pueden venir de los servicios gratuitos del Gobierno, que lo tienen en Azcapotzalco o en la Alcaldía Venustiano Carranza, y muy pronto nosotros lo incorporaremos al Hospital de la Ciudad de México.
El otro escenario es cuando el animal de compañía muere de sorpresa, cuando tiene algún accidente o cuando, simple y sencillamente, ya no abre los ojos. Pues es el triple de doloroso, en mi experiencia, porque al final tú no estabas esperando la partida de este compañero, de este ser tan fiel que te da alegría y amor todos los días. Por lo que, cuando este doloroso momento llega de sorpresa, nosotros, como tutores responsables, debemos anticiparnos a que algo así pudiera ocurrir, y debemos tener ahorrado, pues, algún fondo para cubrir estas situaciones.
Nosotras y nosotros, los rescatistas, los que nos dedicamos a velar por el bienestar de los animales, nos enfrentamos a este tipo de situaciones todos los días.
Por lo que tener un fondo de ahorro que le podamos dedicar al tema del manejo del cadáver, una vez que esto ocurra, pues, es muy importante para que las familias lo tomen en cuenta. Saber que también muchos de los servicios particulares te permiten quedarte cuando te entregan las cenizas, tal como lo hacen con las personas, y, pues, tú puedes decidir qué hacer con las cenizas. También, en los servicios del Gobierno tienen abierta esta opción.
La muerte jamás será un proceso sencillo, y ciertamente muchas personas terminan diciendo: “Cuando se muera mi perro, cuando se muera mi gato, no voy a volver a tener a otro porque sufrí muchísimo en este proceso y no quiero volver a sufrir.”
Decirles que el momento doloroso no se equipara con los 15, 12 o 10 años de vida y de amor que ese animal de compañía tuvo a tu lado, por lo que yo te invito a adoptar. Una vez que haya pasado tu duelo, y que sepas que este animal ya trascendió y, quizás, como así crees en ello, ya está en otro plano espiritual o energético, este animal te va a acompañar siempre en tu memoria y en el corazón.
Y, por ello, todo lo que un día le diste a tu perro, o a tu gato, o a cualquier animal de compañía que formara parte de tu entorno, merece recibirlo alguien más. Desde la Agencia de Atención Animal vamos a seguir construyendo entornos empáticos, libres de violencia, donde los animales, inclusive en la muerte, sean tratados con muchísima dignidad.
Amar es adoptar, y por ello te invitamos a que, si tu animal de compañía recién murió, no dudes en visitarnos para poder encontrar el nuevo amor de tu vida.
Un fuerte abrazo si estás en esa situación.
