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Los Ángeles y la migración

Las protestas en Los Ángeles evidencian una gestión migratoria deficiente, además de la urgencia de replantear el enfoque hacia la migración. | Cristopher Ballinas

Escrito en OPINIÓN el

En los últimos días, Los Ángeles ha sido escenario de protestas masivas y creciente tensión sociopolítica, derivadas de las redadas migratorias ejecutadas por el Ministerio de Seguridad Nacional de los EU. En áreas como Paramount y Compton, ciudadanos han expresado su rechazo a las políticas migratorias y la militarización de la ciudad. En respuesta, el presidente ordenó el despliegue de dos mil efectivos de la Guardia Nacional, asumiendo el control estatal de la corporación, seguido por el envío de 700 marines para la custodia de edificios federales.

Las recientes protestas en Los Ángeles han escalado con bloqueos en autopistas, enfrentamientos con fuerzas de seguridad y daños materiales, incluidos incendios de vehículos autónomos. La situación ha generado una intensa tensión política, ya pre-existente, con el gobernador de California, Gavin Newsom, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, rechazando la presencia militar y la intervención federal en la ciudad.

Mientras el gobierno de EU defiende estas medidas como parte de su estrategia contra la inmigración ilegal, activistas y organizaciones de derechos humanos denuncian que dichas acciones criminalizan a los migrantes, promoviendo exclusión y discriminación en comunidades fundamentales para la economía de California. Este fenómeno no es exclusivo de EU, sino que ha ocurrido en otras regiones con dinámicas similares, avivando el debate sobre el impacto de la migración

A pesar de los señalamientos que vinculan a los migrantes con problemáticas económicas y sociales, los datos demuestran que su contribución es fundamental para la innovación, el empleo y el crecimiento económico. Aunque existe amplia evidencia que respalda el impacto positivo de la migración en sectores clave como tecnología y emprendimiento, los prejuicios persisten, alimentados por desinformación y populismo. Un ejemplo claro es California, cuya población migrante impulsa significativamente su economía, al punto de que, si fuera un país independiente, estaría entre las diez economías más grandes del mundo.

Culpar a los migrantes no solo es erróneo, sino que también alimenta narrativas que benefician a políticos que lucran con este discurso para ganancias electorales. En lugar de abordar problemas estructurales como desigualdad económica y falta de integración, algunos gobiernos optan por señalar a la migración como causa de la crisis, desviando la atención de sus propias deficiencias. Sin una política de integración efectiva, se perpetúa la falsa idea de que los migrantes representan un problema, cuando en realidad son parte esencial de la solución.

Las protestas en Los Ángeles evidencian una gestión migratoria deficiente, además de la urgencia de replantear el enfoque hacia la migración, reconociéndola como un derecho inalienable, una fuerza que enriquece comunidades y fortalece sociedades. Es fundamental evitar que el uso de la fuerza pública se convierta en una respuesta automática a los desafíos sociales y políticos. En un país cuya historia está marcada por la migración como pilar de su fundación, con un pasado mexicano que sigue latiendo en su identidad, resulta imprescindible reconocer que quienes llegan en busca de oportunidades no representan una amenaza, sino parte esencial del tejido y evolución de la nación.

Cristopher Ballinas

@crisballinas