Tras revelarse un acuerdo multimillonario por parte de Ovidio Guzmán —cercano a los catorce mil millones de dólares—, provenientes de cuentas bancarias en el extranjero, dinero en efectivo, carteras de bitcoins, entre otros activos, se conoció que ese habría sido uno de los costos para que las autoridades estadounidenses brindaran, por decirlo así, un asilo a 17 personas —principalmente mujeres y niños— cuya vida corre peligro tras la colaboración de “Los Chapitos” con el gobierno norteamericano.
Según fuentes judiciales, la cooperación es vasta, histórica. ¿Significa esto el fin de la organización? Para muchos sí, y la colaboración de Ovidio sería su noche triste. El capo ha puesto sobre la mesa todos los elementos necesarios para su desmantelamiento definitivo: sus métodos, fuentes, rutas, vínculos políticos, redes empresariales, comerciales, asociados, colaboradores tanto a nivel nacional como internacional. No puede subestimarse el conocimiento de que un personaje que nació, creció y operó dentro del grupo criminal, y con ese conocimiento sea hoy quién lo esté llevando a su fin.
La guerra interna entre “la Chapiza” y “la Mayiza” parece inclinarse en favor de estos últimos. La muerte de Humberto Figueroa Benítez, alias La Perris o El 27 —orquestador del Culiacanazo y considerado el sucesor de la fracción de “Los Ninis” tras la detención de Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini— representa un golpe duro al círculo más cercano y leal de los hijos de Joaquín Guzmán Loera.
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Pero el conflicto dentro del Cártel de Sinaloa ya no se libra solo en las calles. Alianzas antes impensables comienzan a concretarse para tratar de sostener los restos del que fuera el cártel más poderoso del mundo. El Cártel de Jalisco Nueva Generación, que hasta hace unos meses se mantenía al margen, ahora estrecha lazos con la chapiza, exmiembros del Cártel de los Arellano Félix en Tijuana hacen lo propio, mientras que la Nueva Familia Michoacana intenta sumarse a ese acuerdo, parece apremiante sumarse a nuevas rutas para el abasto de droga a los Estados Unidos, dado que las del Cártel están comprometidas por los acuerdos de Ovidio. Un dilema mayúsculo.
Otros viejos actores, una especie de nueva generación, también resurgen. “Los Cholos”, antiguos aliados de Iván Archivaldo Guzmán, ahora colaboran con el grupo de “El Mayito Flaco”. Lo mismo ocurre con Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, quien también ha acercado posturas con “la Mayiza”.
El negocio de la droga no se ha detenido: se diversifica. Esta guerra parece estar a la espera de un desenlace que consagre a un nuevo liderazgo. Hay señales tanto de negociación como de estrategia, de litigios y de sangre. La facción de la Mayiza no ha permanecido de brazos cruzados: su colaboración con el Cártel del Noreste —para el tráfico de cocaína, metanfetamina y fentanilo hacia Estados Unidos— también atrae la atención, sobre todo por el control que aún mantienen los antiguos Zetas en regiones clave del norte del país.
Esta diversificación representa un riesgo significativo. Para la DEA, las nuevas alianzas podrían desembocar en la consolidación de una nueva organización criminal, que aglutine los intereses de múltiples facciones, como aquella que alguna vez imaginaron los fundadores del narcotráfico moderno en México: una organización equilibrada, incluso si ello implicaba reducir las ganancias a cambio de estabilidad.
A diferencia de sus predecesores, esta generación se volvió más despiadada, más violenta, menos controlada. Como un Tartufo, su ambición los ha devorado desde dentro. Y ahora, parecen incapaces de encontrar una salida a sus propios excesos.
MONEDA AL AIRE: La administración de Donald Trump, a través del director antiterrorismo de la Casa Blanca, Sebastian Gorka, reconoció que posibles acciones militares en México en contra de los cárteles para liberar regiones mexicanas actualmente controladas por cárteles no es algo que se vaya a discutir en este momento: “Hay estimaciones de que más de 500,000 ciudadanos mexicanos trabajan para los cárteles, en muchos casos, bajo presión. Nos gustaría ver a esos mexicanos libres del flagelo de los cárteles, al igual que lo quisiera la presidente de México y todos los demás”..
Aunque Gorka no confirmó explícitamente el envío de tropas estadounidenses a México, sí dejó claro que es una opción sobre la mesa, siempre supeditada al consentimiento del gobierno mexicano.
El académico estadounidense David Shirk calculó la fuerza laboral del narcotráfico en México en alrededor de 450,000. Un estudio de 2023 del académico mexicano Rafael Prieto Curiel ubica el total de empleados del narco en 175,000 individuos.
