El viernes 9 de mayo, tuvimos noticias de un capítulo más de algo que parece chiste, pero es una anécdota digna de la cuarta temporada de la historia de los narcos México, que por cierto está como una de las series más vista en el país dentro de la plataforma de contenidos televisivos de paga, Netflix. Me refiero a que 17 familiares de Ovidio Guzmán se trasladaron en absoluta libertad de Culiacán a Tijuana para entregarse de manera voluntaria ante autoridades del departamento de justicia del país vecino del norte en la garita aduanal de San Ysidro, California; la entrada de Tijuana/San Diego.
Esta es una práctica que, dentro de la cultura del narcotráfico de Sinaloa, Baja California y Chihuahua tiene origen en Badiraguato, Sinaloa. Por increíble que parezca, ha sido una constante, ejemplo de esto es Enedina, una hermana de los Arellano Félix, Dámaso López Serrano conocido como el “mini Lic”, Edgar Veytia exfiscal general de justicia de Nayarit; y la familia de la segunda esposa de Joaquín Guzmán Loera madre de Ovidio y Archivaldo Guzmán López, en total son 17 personas incluyendo algunos menores de edad.
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De forma y fondo la pregunta y análisis a lo que que invitan estas historias del narcotráfico en México y los pactos con las autoridades del Departamento de Justicia de EU (DOJ por sus siglas en inglés) ¿cuál es la causa: de que allá sí, pero aquí no se entreguen? Se les investiga por tráfico de drogas, lavado de dinero, participación diferenciada en la autoría de cada conducta ilícita. Pero ahora, todos estos narcotraficantes y sus familias cómplices serán testigos colaboradores y al tiempo, lo que les interesa a los vecinos del norte del Río Bravo es que declaren cuáles son las alianzas y complicidades con las autoridades de México, para muestra basta un botón caso de Genaro García Luna.
Curiosamente el fiscal general de la República no nos da una respuesta ni explicación. Sin embargo, los norteamericanos sí responden, de una y mil formas refieren que hay un pacto de impunidad tácito. La lectura de abrazos no balazos a la distancia es atroz, y eso que el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) trata de explicar lo que no le toca, y está buscando hacer la hombrada de combatir a la delincuencia organizada, sin policías, armas, patrullas, etc. Se finge coordinación con quien no quiere trabajar como primer respondiente, que es la Guardia Nacional, en manos de la Secretaría de Defensa, que después de más de seis años sigue sin saber hacer lo que toca. ¿Quién investiga qué y qué capacidad tienen? La respuesta es la fiscalía general de la República, y al igual que la SSPC no tiene ni elementos ni servicio civil de carrera; 85% de su personal tiene contratos eventuales de tres meses, los policías de nuevo ingreso o de designación especial (conocidos al interior como Ninis) no tienen arma de cargo, usan chalecos antibalas caducos; sin experiencia -porque la mayoría de los experimentados se fueron en retiros voluntarios-, organizan operaciones desde el centro al interior del país, lo que ha provocado un sin número de incidentes y bajas que han costado vidas. Esto ha sido a causa de una falta de compromiso y congruencia. En México los narcotraficantes tienen un alto porcentaje de éxito en el negocio de lo delincuencial y total… si es necesario van a negociar con el Departamento de Justicia de EU (DOJ).
Nota al pie de página
Descanse en Paz José Mujica, conocido como Pepe Mujica, quien hasta el último día dio muestra de congruencia como cuando fue presidente de Uruguay.
