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Ante la incertidumbre global, Sheinbaum responde con el Plan México

El Plan México, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum, busca enfrentar la amenaza arancelaria de Donald Trump con una apuesta por la autosuficiencia y la protección de la industria nacional. | Ricardo del Muro

Escrito en OPINIÓN el

El Plan México presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum busca responder al mayor desafío económico del país en años: los aranceles impuestos por Donald Trump y la creciente incertidumbre en el comercio mundial. La propuesta es ambiciosa: lograr la autosuficiencia alimentaria y energética, proteger a los productores nacionales y diversificar mercados, pero se requiere que el Estado retome su papel estratégico para impulsar reformas estructurales.  

Sheinbaum dijo que Trump le había dado a México “un respiro” al anunciar que no aplicaría aranceles adicionales a nuestros productos, pero el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), es incierto; se prevé una revisión anticipada en el segundo trimestre de este año, pero Trump ha expresado su deseo de promover tratados bilaterales y es difícil afirmar que la negociación será favorable para nuestro país. 

De hecho, México al igual que otros países –incluyendo a Estados Unidos– se enfrentan a una “amenaza significativa”, advirtió la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque el economista Ken Roggoff fue más directo al señalar que Trump había “lanzado una bomba nuclear sobre el sistema comercial global”. 

Ante el anuncio de los aranceles y las represalias recíprocas de China, los mercados bursátiles cerraron la semana anterior con caídas y pérdidas a niveles históricos sólo registrados durante la pandemia de Covid-19 hace cinco años, según el Índice de Incertidumbre Mundial.  

En tiempos de incertidumbre, según la teoría de Keynes (1936), el Estado debe actuar rápidamente para estabilizar la economía y restaurar la confianza, ya que los mercados por sí solos no pueden garantizar el empleo ni la estabilidad, porque los empresarios y consumidores reducen su inversión y gasto.  

En consecuencia, el Estado debe utilizar su capacidad fiscal y monetaria para estimular la economía, priorizando el empleo y el bienestar social.  

Las amenazas arancelarias de Trump y el tono de las conversaciones telefónicas, como se sabe, fortalecieron a la presidenta Sheinbaum, quien convocó al festejo del 9 de marzo en el Zócalo capitalino, donde anunció las primeras acciones del Plan México para restablecer la confianza entre la población.     

El Plan México contempla 18 acciones para fortalecer la economía nacional y reducir la dependencia de importaciones. Entre sus principales planteamientos destacan el impulso a la autosuficiencia alimentaria y energética, además de proteger el empleo a través de la obra pública y fortalecer a industrias fundamentales para el país.  

Sin embargo, la primera gran debilidad del Plan, advierten los analistas, es presupuestal. No existe, hasta ahora, un fondo específico para enfrentar las afectaciones arancelarias. Es fundamental el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PyMes), que son el motor de la economía mexicana, pero los anuncios de estímulos carecen de cifras concretas, lo que hace temer que el financiamiento provenga de reasignaciones internas y no de inversión adicional.  

Además, los súbitos cambios que se vislumbran en el mercado mundial afectarán en forma desigual a los estados del país. No es lo mismo exportar café desde Chiapas que autopartes desde Coahuila.  

Los planes regionales y estatales han quedado obsoletos ante la nueva realidad económica; hasta el momento, no hay una política clara para fortalecer las economías locales o proteger productos específicos como el café chiapaneco, los aguacates de Michoacán, el calzado de León o los textiles de Puebla.  

El Plan México es un primer paso, pero aún está lejos de ser la respuesta integral que el país necesita ante el nuevo escenario de la economía mundial.  

Hasta ahora, el TMEC sigue siendo una herramienta vital para la economía mexicana, pero su futuro dependerá de la capacidad de adaptación y negociación de México ante los cambios y desafíos que se avecinan en el panorama comercial internacional.

 

Ricardo del Muro

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