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¿Prohibido prohibir?

Todo parece indicar que la presidenta Sheinbaum decidió acabar con el “prohibido prohibir” de su antecesor. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Una de las frases más famosas del expresidente Andrés Manuel López Obrador fue la de “prohibido prohibir”. La utilizó en diversas circunstancias, pero de manera especial en dos temas: la pandemia del coronavirus y contra la censura en los medios de comunicación.

Con esta afirmación buscaba desmarcarse del autoritarismo y de las élites que abusaban del poder. También quería promoverse como un defensor excepcional de las libertades que garantiza nuestra Constitución. Sin embargo, su dicho también creó confusión y mal uso por parte de algunos de sus seguidores.

En un país de leyes, la afirmación lograba un efecto propagandístico atractivo, pero resultó equivocada. La razón era obvia. En un Estado de Derecho, no todo está permitido. Toda libertad tiene límites, sobre todo cuando afecta el interés público o los derechos de otros.

Si bien es cierto que en nuestro país sólo la ley puede prohibir muchas cosas de forma válida, todas y todos debemos cumplir con lo establecido por la Constitución y las leyes que de ella emanan. Pero se debe hacer a partir de los principios de transparencia y rendición de cuentas que exige una democracia moderna.

Por si no lo leíste: "No soy partidaria de prohibir": Sheinbaum sobre música y apología de violencia.

El llamado que ha hecho la presidenta Claudia Sheinbaum a Morena, para que las y los aspirantes a cualquier cargo de elección popular se ajusten a ciertas reglas y exista en verdad un piso parejo, representa un freno a ciertos excesos que se cometieron con el prohibido prohibir.

La decisión de la primera mandataria representa el regreso de los límites y las prohibiciones para quienes, dentro de su partido, no están respetando los límites de las leyes electorales y se adelantan a los tiempos reglamentarios. En efecto, tal y como sucedió con las candidaturas presidenciales antes de que iniciaran las precampañas.

Por lo que se percibe, la propuesta que ha hecho a su movimiento es más que una convicción. Se trata de una medida pragmática que se ajusta a la necesidad de mantener la unidad, de conservar muy alto su nivel de popularidad y de afianzar el estilo personal de gobernar que le exigen las actuales circunstancias.

Consulta: Alberto Espejel Espinoza. "El control político al interior de los partidos, los casos del PRI, PAN y Morena en México", en Revista Tlatelolco, UNAM, PUEDJS, Vol. 3, Núm. 2, enero-junio de 2025, pp. 34-49. 

Pero eso no es todo. Aunque por razones obvias no lo reconozca explícitamente, la presidenta ya estableció otras diferencias con la narrativa de su antecesor. La primera fue con el fin de los “abrazos, no balazos”, que terminó por convertirse en el principio rector de su estrategia de seguridad pública. La segunda, evitando decisiones controvertidas a partir de “lo que diga su dedito”.

Desde otra perspectiva, se puede concluir que —poco a poco— la Dra. Sheinbaum y su equipo siguen ajustando los mecanismos de control y dominio sobre los liderazgos del partido. No se podía esperar algo diferente frente a las desobediencias e indisciplinas en la que algunos están incurriendo.  

Lo que falta ahora es ver las reacciones. Por un lado, la de quienes mantendrán inquebrantable su lealtad al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Por el otro, la de los que harían lo que sea para alcanzar las posiciones de poder que más desean en la Elección 2027.  El reto es lograr lo más conveniente para el país, sin caer en la anarquía o el autoritarismo. 

Te recomendamos: Patrick Puigmal. "La Toma de Palabra del mayo 68 francés: ¡Prohibido prohibir!", en Polis Revista Latinoamericana (en línea), Núm. 50, Agosto 2019.

La carga simbólica, ideológica e histórica que tuvieron muchas de las frases de López Obrador no puede ser ignorada. Incluso, muchas de éstas se convirtieron en elementos sustantivos de su narrativa para acercarse al pueblo y crear uno de los movimientos políticos más significativos de nuestro país.

El “prohibido prohibir", por ejemplo, lo tomó el expresidente del movimiento de 1968 en Francia. Con esta consigna los estudiantes desafiaban la autoridad y las normas que consideraban represivas. Al adaptarla, el resultado fue muy exitoso ya que la convirtió en bandera de liberación, ruptura con el pasado y defensa de las mayorías.

Sin embargo, después de más de seis años en el poder no se sostiene la misma narrativa. La presidenta Sheinbaum sabe que la popularidad no sólo depende de la falsa retórica, porque la verdad termina por imponerse. En el nuevo sistema político que se está construyendo se necesitan límites claros, un poder regulado y marcos legales que respeten los derechos humanos, garanticen la igualdad, protejan a las personas y mejoren la convivencia. 

Recomendación editorial: Adam Przeworski. La crisis de la democracia. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores, 2022.

 

José Antonio Sosa Plata

@sosaplata