En días pasados tuvimos cuenta de una serie de eventos de corte jurídico -político y de seguridad- con la entrega de 29 personas que se encontraban recluidos por diversos delitos en etapas procesales distintas en algunos de los Centros Federales de Reclusión y Prevención Social (CEFERESO). Sin quitar mérito a ese traslado y expulsión de posibles reos; ya que en ese paquete apetitoso de criminales para nuestros vecinos del norte, no había sentenciados en ejecución para que técnicamente se les dé el mote de reo. Esto me hizo revivir una serie de extradiciones en las que participé, quizá la más significativa fue en enero del 2007, pocos días después de haber declarado la “guerra contra el narcotráfico en México” por el entonces presidente Felipe Calderón, en aquella ocasión el primer paquete de extraditados que no expulsados fue de 19 entre ellos Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, Héctor Luis Palma Salazar, alias “el Güero Palma”, uno de los fundadores del cártel de Sinaloa, los hermanos Ismael y Gilberto ambos de apellidos Higuera Guerrero, alias “el Mayel” y “el Gilillo” operadores de la primera línea de los hermanos Arellano Félix, José Alberto Márquez Esqueda, alias “el Bat”; entró otros.
Sin duda, lo que pasa ahora es igual a lo que ha pasado en otras administraciones esos operativos de extradición del 2007 al 2012 tuvieron 100 extradiciones en promedio por año, sin embargo, habiendo sido testigo en primera persona de la operación y litigación de los casos de extradición puedo decir que siempre se respetó el Estado de Derecho, ya que se agotaron los procesos jurisdiccionales, incluidos los amparos. Los delincuentes siempre tuvieron abogados mucho mejor pagados que los agentes del ministerio público federal y fueron fuertes adversarios, sin embargo, con el derecho y la razón, así como lo previsto en el tratado bilateral en materia de extradición con Estados Unidos de América y México, se hicieron excelentes casos de cooperación internacional y hubo intercambio de información de inteligencia, se generaron cuadros capacitados y especializados.
La paciencia y exigencia de los vecinos del norte la tenemos conocida y probada, el caso más emblemático es el de Genaro García Luna, antes de tenerlo en el aro, nos solicitaron la extradición de los capos que podrían dar información; eso ocurrió con los Zambada (el Rey y Vicentillo) por citar algunos ejemplos. Esto también sucedió con los hermanos Arellano Félix, primero solicitaron la extradición de varios operadores como Jesús Labra Avilés, alias “Don Chuy”, Efraín Pérez Arciniega, alias “el Efra”, Jorge Aureliano Félix, alias “el Macumba” todo ocurrió en el marco de un tratado internacional bilateral en materia de extradición.
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Lo que escuché la semana pasada, en una rueda de prensa en donde participaron los miembros del consejo de seguridad nacional, no me dejó con la claridad de la fundamentación y motivación de lo que ocurrió con esas 29 personas, por un lado se habló del tratado multilateral de las naciones unidas en materia de combate a la delincuencia organizada y sus anexos (el cual no se aplica cuando hay uno especial). Por otro lado, nos decían que se aplicó el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (el cual habla de las facultades y obligaciones del titular del poder ejecutivo federal) lo que la presidentA puede hacer; pero también nos dijeron que “la presidentA nada tuvo que ver” quien tomó la decisión fue el consejo de seguridad nacional y fundaron la actuación en el artículo 5 de la Ley de seguridad nacional (habla de amenazas a la seguridad nacional).
También se nos dijo que lo ocurrido era en beneficio de ambos países pero más de México, ya que se corría con el riesgo de que varios de los entregados, fueran liberados por los jueces federales, entre otra serie de contradicciones e impresiones. De forma y fondo estoy convencida que la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, está en una posición muy incómoda y complicada, ya que su homólogo norteamericano tiene un perfil de negociador duro, solo hay que ver la película y las temporadas de la serie “el aprendiz”. Amagaron con aranceles, lo cual ya fue una amenaza y/o propuesta de campaña de Donald Trump, y hay un señalamiento en el aire de simbiosis con los grupos de la delincuencia organizada con algunos políticos mexicanos, lo cual no es novedad. El caso de Tomás Yarrington es un ejemplo del pasado, falta ver los del futuro; por ello es una trampa la carta de “El Mayo” como lo dije en la participación anterior. Entonces parece que cambiamos la estrategia del combate a la delincuencia organizada en México, para seguir igual, la cual para el vecino del norte ya es“narcoterrorismo”, lo cual traerá en el futuro una intervención financiera masiva, vinculada con tácticas de investigación duras y radicales, entonces quizá ya es peor; pues se mezcla la seguridad nacional, lo económico y político.
Nota al pie de página: no olvidemos que el 8 de marzo conocido como el 8M está próximo y las mujeres conmemoramos el día internacional de la mujer, eso implica reconocer que tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia.