Recuerdo que mi abuela tenía una caja de madera en la que guardaba sus secretos, los más preciados; de vez en cuando la tomaba entre sus manos para abrirla y, por largo rato, se quedaba repasando su contenido.
Así imagino al presidente Donald Trump durante su reciente campaña presidencial: sacando de su caja de secretos las mejores armas electorales para ganarse la simpatía de los trabajadores de su país.
Fueron tan efectivas las estrategias electorales del ahora presidente Trump, que los votos de los trabajadores de todos los estratos, incluso de los barrios bajos y de los latinos radicados en ese país, avasallaron para darle el triunfo, que alcanzó sin objeciones.
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Trump prometió durante su campaña que se eliminarían los impuestos a las propinas, al Seguro Social de los jubilados y también a las horas extras. Otorgaría créditos fiscales para los cuidados familiares, y haría deducibles los impuestos generados por los pagos de intereses a los préstamos, o que daría créditos para automóviles sólo con la condición de que los vehículos comprados fuesen fabricados en Estados Unidos.
Eliminar impuestos a las propinas
Bajo la ley actual en Estados Unidos, las propinas se gravan al igual que los salarios por hora o tiempo completo.
El costo de aprobar la eliminación de los impuestos sobre las propinas sería mayor a 150 mil millones de dólares en 10 años, según la estimación del Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
Esta promesa de Donald Trump causó furor entre los trabajadores de la industria de servicios, por tener ellos bajos ingresos. En 2023, aproximadamente 4 millones de personas trabajaban en ocupaciones que recibían propinas, según el Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale.
Eliminar impuestos sobre el Seguro Social para jubilados
Trump prometió eliminar también los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social para los jubilados.
El Penn Wharton Budget Model, un modelo econométrico de análisis de políticas públicas, estimó que eliminar los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social costaría 1.2 billones de dólares en 10 años.
Sin otra fuente de ingresos para reemplazar los impuestos perdidos, los fondos fiduciarios del Seguro Social y Medicare se volverían insolventes en 2032 y 2030, respectivamente.
Eliminar impuestos a las horas extras
Donald Trump agregó otra propuesta de recorte fiscal: eliminar todos los impuestos sobre las horas extras. Mencionó que esta eliminación les daría a las personas incentivos para trabajar más, extendiendo sus jornadas de trabajo, y a las empresas se les facilitaría la contratación.
Se estimó que el costo de eximir todo el pago de horas extras de los impuestos sobre la renta sería de 680 mil 400 millones de dólares en 10 años, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
Crédito fiscal para cuidadores familiares
Trump también ha propuesto un crédito fiscal para cuidadores familiares, una deducción para recién nacidos y cobertura obligatoria para el tratamiento de fertilización in vitro, lo que en conjunto podría costar entre 150 mil millones y 300 mil millones de dólares en 10 años.
Sin embargo, estos posibles beneficios fiscales únicamente impactarían a favor de los trabajadores que forman parte del sector formal en aquel país.
Por el contrario, el trabajo informal no está protegido por las leyes laborales ni los programas de seguridad social que cubren el resto del trabajo en Estados Unidos.
Estudios realizados por la Universidad de California, señalan que, a diciembre de 2024, la participación en el trabajo “extraoficial” alcanzó el 36% de la población adulta, y dos tercios de una muestra de trabajadores con salarios bajos habían experimentado violaciones de la legislación laboral.
Todas estas propuestas no son un hecho todavía. Están aguardando su discusión para su aprobación o rechazo, pero la presión para que se cumplan va elevándose de nivel. Los grandes capitales, por su parte, también esperan el recorte de los impuestos corporativos, que se anunciaron profusamente durante la campaña presidencial, del 21% al 15%.
Trump insiste que en su presidencia el crecimiento económico será tan grande que nadie tendrá que preocuparse por los déficits. Los empresarios, bajo esta hipótesis, al pagar menos impuestos corporativos, podrán invertir más dinero en maquinaria y equipo, contratar mayor número de empleados, y, por consiguiente, otorgar más impuestos que redundarían en un crecimiento sostenido y harían a Estados Unidos grande otra vez.
La crítica a la posición de Trump es que, al recortarle impuestos a las grandes corporaciones del país, con esos dólares excedentes tendrían incentivos para especular en bolsa, incrementar la evasión fiscal, trasladar sus ganancias a paraísos fiscales, recomprar acciones, acrecentar la robotización y la digitalización, sustituyendo paulatinamente la fuerza de trabajo.
Además, existe la demanda no atendida, que no fue parte de las promesas de campaña de Trump, de aumentar en 17 estados el salario mínimo federal de $7.25 dólares la hora, y que se iguale al mínimo estatal de, por ejemplo, California, de $16.50 por hora.
Hay mucha variabilidad del salario mínimo en cada estado, por ejemplo, en Arizona es de $14.70 la hora, en Florida de $13.00 dólares, y en Illinois de $15.00, al igual que en Maryland.
Las promesas que se hicieron como ariete electoral de recorte a los impuestos en favor de los trabajadores siguen esperando. ¿Se cumplirán?