Hay gente que quisiera que el papa Francisco estuviera en el paraíso celestial, tranquilos, estará un tiempo más en el paraíso, pero terrenal.
He seguido a la distancia el estado de salud del papa Francisco, quien ingresó al hospital Gemelli en Roma desde el viernes 14 de febrero, iba solo a revisión y ya lleva varios días en el décimo piso; desde entonces, y la oficina de prensa de la Santa Sede a cargo de Mateo Bruni, emite dos comunicados al día para frenar rumores y evitar especulaciones…
Francisco, tiene 88 años, y la actual es su cuarta convalecencia en el hospital Gemelli, es la segunda debido a causas respiratorias; la primera fue en marzo de 2023, entonces fue dado de alta en cuatro días; las otras dos internaciones fueron por cirugías abdominales en julio de 2021 -cuando estuvo diez días internado-, y en junio de 2023, estuvo tres; esta vez es la más larga…
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En unos días más, Francisco saldrá del hospital, pero ya nada será igual, pero aseguro que hay papa para rato, me explico:
Francisco cumplirá el próximo 13 de marzo doce años en su pontificado y piensa seguir los pasos de Joseph Ratzinger, es decir, renunciar al papado si ya no le alcanzan las fuerzas; de hecho, así lo reveló en una entrevista en febrero de 2022 con el periódico ABC, dijo que ya había firmado su renuncia en caso de "impedimento médico", misma que se la había entregado al cardenal Tarcisio Bertone, entonces secretario de Estado; esa carta seguramente anda por ahí.
Claramente especificó que se retirará en caso de impedimento médico, no sabemos qué tipo de impedimento, ni quién o como lo decidirá, ese es un secreto, pero está ahí latente, además Francisco no quiere ser un papa doliente como lo fue Juan Pablo II.
La renuncia está contemplada en la legislación: "si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie", como lo hizo Benedicto 16 aquella mañana del 10 de febrero de 2013, y días después el 28 de febrero declaro al Sede Vacante.
El miércoles 13 de marzo de 2013 salió humo blanco de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina; el repique de campanas en la Plaza de San Pedro confirmó el signo de la nube: habemus papam. El cardenal jesuita Jorge Mario Bergoglio se convirtió desde ese momento en el papa número 266, el primer americano, el primer jesuita en la historia del papado, fue nombrado en el tercer escrutinio en el segundo día del cónclave.
¿Y cómo está su salud hoy?
Es pública. Desde hace días se emiten dos comunicados diarios, y la tarde de miércoles 26 su salud sigue mejorando, aunque en forma leve; además la leve insuficiencia renal fue superada, afortunadamente; la tomografía tomada evidenció un curso normal de los pulmones. Sigue recibiendo altos flujos de oxígeno, y los análisis de sangre confirman que hay mejoría, sin embargo, el pronóstico sigue siendo reservado, pero nada que ver con la crisis respiratoria del sábado pasado, día que nos puso a todos nerviosos, entonces requirió transfusiones de sangre debido a una anemia y una baja en las plaquetas; esa noche tuve una terrible percepción que se desvaneció al día siguiente como lo comenté en la red, lo comparto:
Incluso, gente no versada confundió la unción de los enfermos con la extremaunción. Nada que ver, pero esas horas han sido las horas más difíciles, resultado obviamente de los dos eventos patológicos que padece, que son, por un lado, la neumonía bilateral, y por otro, su bronquitis crónica”.
El papa jesuita tuvo dolores, pero se lo vio sonreír, esa noche millones de católicos rezaron por su salud y decenas de fieles rezaron el Rosario enfrente al Gemelli por la salud del líder religioso…
Ese domingo por segunda semana consecutiva, no realizó la tradicional oración dominical del Ángelus; la tercera vez en todo su pontificado que cancela este encuentro con los fieles; la primera fue en 2023 tras una cirugía ene le Gemelli…
Sin embargo, desde el hospital envió un mensaje a los miles de fieles de todo el mundo que siguen con preocupación la evolución de su salud, agradeció las muestras de afecto, sobre todo "las cartas y dibujos de los niños", y como todos los domingos, renovó su cercanía al “martirizado pueblo ucraniano”, e invitó a todos a recordar a las víctimas de todos los conflictos armados...
Y aunque la salud del líder religioso sigue siendo de pronóstico reservado, ya no han ocurrido las crisis respiratorias, y el hombre tiene un corazón de Léon, fuerte.
¿Y qué dicen los medios?
Hay comentarios de todo tipo, y suenan campanas de precónclave e incluso algunos comentaristas soltaron algunos nombres de posibles sucesores, algunos de ellos los italianos Pietro Parolin, secretario de Estado, o Matteo Zuppi, Arzobispo de Bolonia, o el filipino Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, entre otros.
Tranquilos, tranquilos, he dicho que el papa argentino tiene todo bajo control, hay papa para rato…
¿Por qué?
Hay muchas señales y la principal es que está lúcido… La Iglesia católica universal no ha suspendido ninguna actividad; pero debe bajarle a su agenda, realizar solo los viajes esenciales. Él mismo ha dicho que los ancianos no pueden hacer lo mismo que hacíamos de jóvenes: "el cuerpo tiene otros ritmos y debemos escuchar el cuerpo y aceptar los límites", ha dicho…
Pero está lúcido.
Informado de lo que ocurre en la Iglesia y en el mundo, y, percibo que todo bajo control, incluso su sucesión. No es casual que haya convocado el pasado 7 mes de diciembre al décimo Consistorio de su pontificado, creando 21 nuevos cardenales. El problema es que sobrepasó la cifra de 120 cardenales electores y metió al Colegio en un problema...
En ese momento el Colegio Cardenalicio llegó a 253 purpurados de los cuales 140 son menores de 80 años, hoy son 138; el quid es que legislación eclesiástica dice que en un futuro cónclave sólo pueden entrar 120…
¿Por qué lo hizo así Francisco?
No esperaba enfermarse. Y aunque tiene en mente la renuncia hizo cálculos para esperar los tiempos y llegar a la cifra mágica de 120 cardenales electores como lo señala la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 1996.
En ese consistorio de diciembre Francisco tenía todo previsto, pero las cosas cambian y jamás pensó estar tantos días convaleciente.
Por otro lado, el Papa no tiene sustituto; tienen una amplia potestad de acuerdo al canon 331:
"El Obispo de la Iglesia Romana, en quien permanece la función que el Señor encomendó singularmente a Pedro, primero entre los Apóstoles, y que había de transmitirse a sus sucesores, es cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra; el cual, por tanto, tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente.
Además, la legislación eclesiástica no establece qué ocurriría en caso de que un pontífice entre en coma o padezca una enfermedad degenerativa que le impidiera seguir gobernando.
¿Pero qué pasa con un Colegio Cardenalicio de más de 120 electores?
¿Entrarían todos al cónclave?
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (El pastor de todo el rebaño del Señor), promulgada por Juan Pablo II, del 22 de febrero de 1996, dice que los electores legítimos son los cardenales reunidos en el Colegio cardenalicio, pero precisa que son 120 "máximo.
Hay dos mexicanos Francisco Robles (1949-) y Carlos Aguiar Retes (1950-), a quien por cierto, el Papa no le aceptó la renuncia al cumplir 75 años y lo dejó más tiempo en el cargo de Primado de México, es evidente que lo tiene en la mira de la sucesión, sigue siendo el sucesor de Fray Juan de Zumárraga y custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe.
El Colegio está conformado hoy por 252 cardenales de los cuales 138 son electores y podrían participar en el próximo cónclave que elija sucesor.
¿Cómo resolverlo?
Con un Motu proprio que diga que todos los electores pueden entrar al cónclave, seguramente el Papa lo tiene previsto…
¿Puede Francisco influir en el próximo cónclave en caso de renuncia?
Sí, como considero que lo hizo Benedicto XVI en 2013 con Jorge Mario Bergoglio.
En aquel cónclave que se nombró a Ratzinger, éste pudo alcanzar los votos gracias a la generosidad del cardenal argentino y años después Benedicto XVI lo apoyó para ser Papa.
Recordemos que en el primer escrutinio Ratzinger logró 47 votos frente a 10 de Bergoglio; en la segunda votación Ratzinger obtuvo 65 votos y Bergoglio 35; en la tercera Ratzinger logró 72 frente a los 40 de Bergoglio. ¡Ahí quedó bloqueada la elección!
El “duelo” terminó cuando Bergoglio, con los ojos llenos de lágrimas pidió que no lo votaran, y al retirarse de la contienda, Ratzinger habría ganado, sin el retiro del argentino, Ratzinger no hubiera sido Papa.
Años después Bergoglio fue nombrado Papa, y los agradecimientos de Francisco con su predecesor fueron constantes hasta su muerte…
Nada es casual…
Francisco seguirá un tiempo más y renunciará al cargo en su momento, como dice Eclesiastés "todo tiene su tiempo"….