La presidenta de la República, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo es contundente, el combate frontal a la corrupción es fundamental para continuar con la transformación del país. Sabemos que este fenómeno nos afecta a todas y todos los mexicanos, principalmente a personas históricamente vulneradas quienes constantemente ven comprometido su acceso a servicios de salud, educación, a justicia y a programas sociales, ya sea porque están condicionados o bien porque el recurso contemplado para otorgarlos ha sido comprometido a través de actos discrecionales.
Los diez pilares que regirán el actuar de la nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno (SABG) a cargo de la maestra Raquel Buenrostro Sánchez reflejan ese sentir. La agenda federal de la dependencia implica, entre otras cosas, la dignificación del servicio público mediante una apuesta decidida a la formación en integridad y la capacitación constante; la consolidación de compras públicas transparentes, siendo este un ámbito al que se destina una cantidad enorme de recursos públicos; el combate a la impunidad, en donde hay áreas de atención inmediata en los procesos de investigación y sanción; así como el fortalecimiento de la participación del sector privado y de la sociedad.
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Me detengo en este último punto porque como integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (CPC-SNA), estoy comprometida con el trabajo colaborativo de las instituciones del Comité Coordinador del SNA. Para una servidora esto significa construir, de manera horizontal, una nueva gobernanza anticorrupción para México.
Para ello, en los Comités de Participación Ciudadana, particularmente en el CPC-SNA con una renovada presidencia, debemos ser sensibles a los retos y a la realidad que vive el país. Como integrante del órgano colegiado que se encuentra al centro del SNA, considero necesario que aportemos ideas concretas al debate y nos comprometamos con la austeridad. En ese sentido, le he manifestado a mis colegas la importancia de ser partícipes de este principio. Así, los honorarios que recibimos como integrantes del CPC-SNA deberán obedecer a los criterios de austeridad que define la Secretaría de Hacienda y Crédito Público porque, después de todo, es dinero de las y los contribuyentes. Nuestro actuar debe abanderar los reclamos de millones de mexicanas y mexicanos que han sido víctimas de la corrupción, y no ser la puerta giratoria a intereses que profundicen la brecha entre nosotros.
Como ciudadanas y ciudadanos hay mucho por abonar al trabajo con las instituciones y mucho también para fortalecer la valía del SNA y de sus Comités de Participación Ciudadana en la conversación pública. En esencia, estoy convencida que nuestra trinchera ciudadana y la participación que hemos decidido tener en los asuntos públicos nos obliga a actuar con ética, rigor, responsabilidad y congruencia. Ante los retos que suponen los resultados recientemente publicados del Índice de Percepción de la Corrupción 2024 (IPC) y como persona integrante del CPC-SNA, impulsaré en todo momento una nueva participación social, sensible y comprometida con la población, sobre todo con las víctimas. Abonemos, cada una, desde nuestra trinchera, al trabajo colaborativo y constructivo que permita hacer de México el país que todas y todos merecemos.
* Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción