Chocolate, menta, frutas tropicales, plátano, fresa, kiwi, de color fluorescente, granulado, retardante, térmico, ultradelgado, adherente a la piel, entre muchas otras características, pueden definir las cualidades de un objeto de látex con un gran potencial para evitar un embarazo o una infección de transmisión sexual (ITS), pero a veces, tan olvidado y relegado, por diversos mitos y leyendas, desinformantes, y con impacto en la salud pública.
El condón, presente en las sociedades desde épocas como el Antiguo Egipto o Roma, donde se utilizaban tripas de animales para evitar el paso de fluidos durante el contacto sexual, llega hasta nuestros días, como un insumo para el cuidado de la salud sexual y reproductiva de las personas, cuya promoción es necesaria ante la gran cantidad de embarazos no deseados y de nuevas ITS registradas alrededor del mundo.
Se pueden adquirir en muchos lugares, ya sea de forma gratuita o a través de una compra, en farmacias, centros de salud, tiendas de conveniencia, supermercados, sex shop, condonerías. Pero, hay otras opciones, incluso, únicas en el mundo, que, al paso del tiempo, se han abierto las puertas dentro de un mercado dominado por las marcas y las farmacéuticas.
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Era 1995, meses después del error de diciembre, ese que marcaría a las generaciones mexicanas de la década de los 80 a la fecha, cuando un grupo de jóvenes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Elvira, Rosa y Jaime, impulsados por una escuela sociológica de acción, y no de teoría, idearon un proyecto de promoción de la salud sexual y reproductiva y de financiamiento de causas sociales, con énfasis en la protección de la salud para quienes estaban excluidos de los servicios sanitarios.
En aquella época, pocas personas estaban interesadas en la prevención de la transmisión del VIH, llegado a México una década antes, cargado de estigma hacia los hábitos sexuales de quienes habían sido diagnosticados. Se culpaba de su presencia en el país a los homosexuales y las trabajadoras sexuales, pero nunca a la falta de políticas públicas.
Conocedores de las realidades de quienes ejercían el trabajo sexual en la zona de La Merced y La Candelaria de los Patos, aprovechando el Jardín de La Soledad para difundir información de cuidado de la salud, protección de derechos laborales y humanos, y otros insumos informativos, conformaron Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, de donde surgió el proyecto Condonería El Encanto.
Un espacio para la venta social de condones y otros elementos para ejercer una sexualidad segura y responsable, cuyos ingresos económicos estarían destinados a la habilitación de lugares para impartir consultas médicas, ginecológicas, aplicación de pruebas de VIH, consejería, salud mental, y otros servicios “para las chicas”, quienes se dedican al trabajo sexual, pero también para quienes carecen de recursos para asistir a otro tipo de instituciones de salud.
El Encanto también es un condón de marca propia, que esta semana, a propósito del Día Internacional del Condón, fecha promovida por la sociedad civil para promover su uso, llegó hasta el Palacio Legislativo de San Lázaro, con ayuda de su amiga diputada Laura Hernández, para recordar la importancia de tomarlo en cuenta en las políticas públicas de salud, pero también para mostrar que su uso no restringe el goce de una sexualidad plena y placentera.
Por eso, Elvira, mostró a quienes transitaban por la explanada del recinto legislativo como se puede jugar con él, pues lo mismo enseñó como colocarlo con la boca, que, en medio de su busto, con la axila, y sorprendentemente, con el cuello. No hay limitaciones, más bien, esas las pone la persona misma. En su caso, afirmo en son de cotorreo, que por eso ella tiene fila de suspirantes.
Rosa aprovechó cada instante que puede para recordar la importancia del uso del condón, de sus beneficios protectores, de ser el único método de barrera que evita un embarazo y una ITS. Y resaltó aún más las cualidades del condón externo o femenino, único insumo útil para evitar el virus del papiloma humano en el caso de las mujeres, debido a su capacidad de recubrir toda la zona vulvar. Fiel a su estilo, cuestionó la carencia de su disponibilidad en los centros de salud.
A través del mercadeo social de este condón encantador se ha logrado beneficiar a miles de mujeres en alrededor de tres décadas, ampliándose las redes de servicios a campañas ambulantes de prevención y cuidado de la salud, con el eterno apoyo de Taco, convencido de la necesidad de trabajar en calle, y los servicios legales con Arlen, disponible a toda hora para acudir a salvaguardar a las personas de los abusos de un sistema de justicia inestable.
La condonería, en realidad son tres pues hay varias sedes: en Avenida de los Maestros 29B, cerca del metro Normal, entre los locales de fotocopias; en Isabel La Católica 13 despacho. 510, cerca de la esquina con 5 de mayo, en el Centro Histórico; y en Corregidora 115, casi esquina con Avenida Circunvalación, en el corazón del barrio de La Merced.
Pero, El Encanto podría estar acabándose debido a dificultades de financiación, intentos de extorsión y cambios a partir de la pandemia por covid-19. Requiere de la compra de más insumos para continuar su labor, o incluso, donativos. En alguno de sus tres locales o a través de las redes sociales se pueden comprar y adquirir sus productos, y cada peso pagado por ellos, servirá para continuar con su labor de compromiso social.