FEDERACIÓN NACIONAL DE SINDICATOS DEL SECTOR DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA

El sindicalismo en la ciencia

La Federación Nacional de Sindicatos del Sector de Ciencia y Tecnología que agrupa a veinte sindicatos de Centros Públicos de Investigación tiene que atender lo gremial en escenarios de resistencia y lograr que se cumpla lo acordado. | José Roldán Xopa

Escrito en OPINIÓN el

Este fin de semana se desarrolló el II Congreso de la Federación Nacional de Sindicatos del Sector de Ciencia y Tecnología que agrupa a veinte sindicatos de Centros Públicos de Investigación. Los Centros realizan investigaciones de diverso tipo: matemáticas, óptica, estudios sobre las fronteras norte y sur, antropología, economía, administración pública. Una amplia gama en ciencias básicas, duras y sociales. Parte relevante del capital humano en materia de investigación se reúne en estos Centros.

Algunos Centros Públicos de Investigación son más conocidos que otros. Cuando se trata de temas en las fronteras inmediatamente se piensa en el Colegio de la Frontera Norte (COLEF). Si se trata de matemáticas se piensa en el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) o en el Instituto Mora si se trata de investigaciones históricas. Son en total veinticinco Centros Públicos de Investigación.

Quienes como yo pensamos que la academia puede ser una alternativa de desarrollo para las inquietudes intelectuales y de plan de vida, los Centros Públicos se aprecian como alternativa. Quienes se plantean estudiar un doctorado sea en el país o en el extranjero con la idea de desarrollar una carrera académica tienen siempre presente la posibilidad de integrarse a la planta académica de un Centro Público. En economía, por ejemplo, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) es apreciado como uno de los centros de investigación más reputados en México a la par de cualquier otra institución pública o privada.

Sin embargo, pese a su relevancia para el desarrollo de la investigación científica, los Centros tienen una situación difícil, más difícil que en otras épocas. 

Sus profesores e investigadores tenemos problemas para percibir, aunque parezca increíble, los aumentos salariales con puntualidad. ¡Es posible leer en alguna noticia periodística que está en riesgo el pago de los aguinaldos! Lo que no debiera ponerse siquiera en duda, lo está. Y mientras se indaga si tal situación es posible o no, se genera incertidumbre. 

Las condiciones institucionales son también difíciles. Hace tiempo ya que no se realizan contrataciones o bien que las contrataciones que se pueden abrir son en condiciones precarias (por honorarios, por ejemplo). Los suministros para laboratorios, para el desarrollo o actualización tecnológica, las condiciones para asistir a congresos internacionales, para financiar publicaciones, para citar algunos casos, se disminuyen o, incluso, se cancelan.

En las instituciones se va posicionando la lógica y la línea que lo sustantivo (investigación y la docencia) están subordinados a las determinaciones administrativas y presupuestales. Lo sustantivo sirve a lo administrativo. Las cosas de cabeza.

En este marco, los sindicatos, el sindicalismo del sector, tiene la difícil pero necesaria tarea de remar contra la corriente. Al ser un articulador de acción colectiva de los profesores, investigadores, administrativos, tiene que atender lo gremial en escenarios de resistencia (preservar y no perder), lograr que se cumpla lo acordado, buscar avances. 

Pero también, la paradoja está en que se tiene que remar contra la lógica burocrática que se adueña de las direcciones institucionales. La función institucional se va subordinando ante la autoridad de la circular de alguna unidad administrativa hacendaria. 

Así están las cosas.

José Roldán Xopa

@jrxopa