La semana pasada en este espacio di cuenta de una noticia triste relacionada con la muerte del líder citrícola de Apatzingán, Michoacán quien denunció el incremento de la extorsión a los agricultores de limón; otro gremio afectado por este delito que no ha dejado de incrementar en su incidencia en la administración de la autollamada cuarta transformación es la de los aguacateros de Uruapan, Michoacán en donde fuera asesinado el pasado sábado Carlos Alberto Manzo Rodríguez alcalde en funciones, quien desde que llegó al cargo denunció la presencia de grupos de la delincuencia organizada en concreto del Cártel Jalisco Nueva Generación y algunos de sus asociados de nacionalidad colombiana, pidió el apoyo de la federación ya que como lo refirió en uno de sus discursos esa no es delincuencia común es de la que debe investigar la cada vez más ausente y desmantelada Fiscalía General de la República.
La muerte de Carlos Manzo es algo que ha conmocionado al país, ya que además de ser un hombre joven, padre de familia fue valiente al hacer la denuncia de todo lo que estaba viviendo la población de Uruapan, Michoacán. Actualmente se tiene conocimiento de que en los últimos cuatro años el Estado a donde más llega la Mariposa Monarca, tiene 7 alcaldes asesinados, 5 atacados y 1 desaparecido. La ayuda llegó tarde y en el mejor de los casos sin estrategia ya que tuvieron que pasar todas estas tragedias, para que el lunes se presentara “El Plan Michoacán por La Paz y La Justicia” lo cual parece más una repetición de las anteriores fallidas estrategias del sexenio de Calderón y Peña; el problema de Michoacán es la histórica relación que han tenido los grupos delictivos que desde la época post revolucionaria ya operaban en la famosa tierra caliente, lugar en donde se sabe se ha cultivado la marihuana y amapola, con la permisibilidad de los diferentes gobiernos, además Michoacán ha sido el bastión de la familia Cárdenas del Río y su descendencia; fue la cuna del casi extinto Partido de la Revolución Democrática; todo esto ha sido el caldo de cultivo para que al igual que en Sinaloa, se construyera “La Pax Narca” lo cual no ocurre sino es con la permisibilidad del Estado en los tres niveles de gobierno.
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La historia de Sinaloa, que ya lleva más de un año con balaceras a diario, expone que, o no hay estrategia, o la que hay no es suficiente para controlar a la delincuencia y a esta situación ahora se suma Michoacán, todo pareciera que termina quedando en la cancha de un solo hombre y perdón, pero por más que el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana quiera hacer todo, no le alcanza, si el homólogo de la Defensa no profesionaliza a la Guardia Nacional y envía a suficientes soldados; si no se subordina la operación policial nacional y se deja de tener policías estatales y municipales igualmente profesionalizadas en un solo lugar de formación y capacitación y si el fiscal general de la República fortalece su institución y la pone a trabajar, el problema es que no se ha tenido noticia de reclutar y formar a agentes del Ministerio Público Federal y Policías Federales Ministeriales, por el contrario tienen un programa permanente de retiro voluntario y las contrataciones son por periodos trimestrales que nadie se compromete y responsabiliza con ninguna investigación de alto perfil ya que no hay seguridad laboral, aunado a que los sueldos y pocas prestaciones tampoco son atractivos para asumir estos trabajos de riesgo; ergo la institución los coloca como corderos ante el poder corruptor del los grupos de la delincuencia organizada.
De forma y fondo México debe de ser consciente que si desde la trinchera que sea no se busca respetar el Estado de Derecho, y deja de ser tan tolerante con la corrupción, ahora son dos Estados claramente enfilados a que se hiciera una suspensión de garantías en términos del artículo 29 constitucional, el cual no se aplica debido a que el congreso de la unión aún no decide hacer su ley reglamentaria; pero el reto es que ya era Sinaloa, ahora se le suma Michoacán y la pregunta en el aire para análisis del lector y cuántos más faltan o qué tiene que pasar; el martes lamentablemente la presidentA tuvo un evento de abuso sexual; pero tengo que decir, gracias a Dios el tipejete no la quería matar; ya que su seguridad al igual que la de todos los mexicanos fue vulnerada; por y para algo existía el Estado Mayor Presidencial; pero quien no la cuidó debería de estar cuidando árboles en la sierra lacandona hasta que se muera; es la Jefa del Estado mexicano y la agresión es a su persona y a la investidura; aunado a que obvio eso no le ha pasado ni le hubiera pasado a ningún hombre como presidente.
Nota al pie de página
Condolencias a las familias y amigos de las personas que perdieron la vida en el incendio de la tienda Waldo's en Hermosillo, Sonora.