DICTADURA EN MÉXICO

¿Está México cruzando los umbrales de la dictadura?

Estamos ante un país en donde, según los principales teóricos de la libertad y la democracia, las señales estructurales de una dictadura ya están presentes. | Julio Castillo

Escrito en OPINIÓN el

La palabra dictadura no se usa a la ligera. Tiene una tradición teórica seria, de más de tres siglos, y criterios específicos desarrollados por autores que analizan cuándo un gobierno deja de ser democrático y se convierte en un régimen que concentra el poder, elimina contrapesos y manipula la vida pública para perpetuarse.

En un momento político como el que vive México —marcado por la polarización, la captura institucional y la erosión de libertades— es indispensable acudir a esos criterios, no para insultar al gobierno, sino para responder una pregunta estrictamente republicana: ¿estamos frente a un proyecto que busca suspender, vaciar o anular las reglas esenciales de la democracia constitucional?

A partir de cinco autores centrales, podemos identificar los requisitos mínimos para hablar de un régimen dictatorial.

  • James Madison: la concentración de todos los poderes en las mismas manos

En The Federalist, Madison define la tiranía como la acumulación del poder legislativo, ejecutivo y judicial en una sola persona o facción. Cuando no hay frenos, contrapesos ni vigilancia de un poder sobre otro, lo que aparece no es gobierno, sino dominación.

Su criterio clave: cuando desaparece la división de poderes, surge la tiranía.

  • Isaiah Berlin: la negación de la libertad negativa

Berlin entendía la libertad como la ausencia de interferencia del poder sobre la vida del ciudadano.

Un régimen se vuelve dictadura cuando el Estado adquiere la facultad de intervenir sin límites en la vida privada, económica, política o moral de los individuos, usando leyes, propaganda o coerción.

Su criterio clave: cuando ya no se puede disentir sin consecuencias, la libertad está cancelada.

  • Hannah Arendt: la destrucción del espacio público y la verdad factual

Para Arendt, los regímenes autoritarios y totalitarios se definen por la anulación del espacio público libre, el uso del terror político y la destrucción de la verdad factual mediante propaganda masiva.

Su criterio clave: cuando la conversación pública es ocupada por la mentira organizada y el poder no admite límites, emerge el autoritarismo.

  •  Giovanni Sartori: la negación funcional de la democracia

Sartori, desde la teoría democrática, define la dictadura como la ausencia de competencia real, la captura de instituciones, la inexistencia de alternancia y la subordinación del Estado de derecho a un liderazgo carismático o hegemónico.

Su criterio clave: cuando la oposición no puede competir en igualdad, ya no hay democracia.

  • Levitsky & Ziblatt: señales tempranas de un régimen autoritario

En How Democracies Die, estos autores muestran cómo los regímenes cruzan gradualmente hacia la autocracia mediante cuatro señales: rechazo de las reglas democráticas; negación de legitimidad al adversario; tolerancia o promoción de la violencia y restricción de libertades civiles y captura de árbitros.

Su criterio clave: cuando el gobierno mina las reglas que lo llevaron al poder, la deriva autoritaria ya está en marcha.

Ahora la pregunta central es: ¿Cumple México estos requisitos?

No se trata de etiquetas. Se trata de revisar, con estos criterios en la mano, si el gobierno mexicano ha cruzado líneas rojas que las democracias sanas no cruzan. Los siguientes cinco ejemplos no dependen de simpatías políticas: son hechos.

Captura de poderes constitucionales (Madison)

  • Captura del Poder Judicial completo… Esta semana un juez rechazó un video en donde se ve como golpea la policía a una joven el 15 de noviembre, bajo el argumento de que “pudo ser IA”… Risible. 
  • Uso político de la Fiscalía para perseguir adversarios y absolver aliados.
  • Debilitamiento del Congreso mediante bancadas controladas por la presidencia y

Resultado: el poder ya no está dividido; está centralizado.

Restricción de libertades y persecución selectiva (Berlín)

  • Estigmatización diaria desde el poder contra organizaciones civiles, periodistas y opositores. Ahora incluso contra jóvenes (acusados de ser del PAN) y productores agrícolas (ahora acusados por Gobernación de ser “opositores”).
  • Espionaje y vigilancia ilegal documentados.
  • Uso de la UIF, el SAT y las mañaneras para intimidar críticos.

Resultado: disentir tiene costo; la libertad negativa se erosiona.

Destrucción del espacio público y de la verdad (Arendt)

  • Maquinaria propagandística del Estado (mañaneras, redes oficiales, comunicación gubernamental) usada para borrar hechos incómodos y apuntalar narrativas y mentiras.
  • Narrativas falsas sobre violencia, economía, salud y criminalidad repetidas para sustituir la realidad.
  • Cancelación, hostigamiento o expulsión de voces críticas en medios públicos.

Resultado: el espacio público libre se reduce a medios independientes y personas desde sus canales propios. 

Fin de la competencia democrática efectiva (Sartori)

  • Ataques al INE y colonización de consejeros electorales (además está la amenaza de acabar de desmantelarlo en la reforma que apunta Pablo Gómez desde el oficialismo).
  • Uso de recursos públicos, programas sociales y clientelas para influir elecciones.
  • Competencias electorales en estados donde la oposición compite en clara desigualdad.

Resultado: la competencia es desigual; la alternancia se dificulta.

Señales de muerte democrática (Levitsky & Ziblatt)

  • Rechazo abierto a reglas constitucionales desaparición de todos los órganos autónomos, militarización de la vida pública, “no me vengan con que la ley es la ley”).
  • Narrativa de deslegitimación total del adversario (“traidores”, “conservadores”, “enemigos del pueblo”).
  • Tolerancia o normalización de violencia política y del crimen organizado en campañas y gobiernos locales.

Resultado: se cumplen las señales clásicas de un régimen que se mueve hacia la autocracia.

No estamos ante un debate semántico. Estamos ante un país en donde, según los principales teóricos de la libertad y la democracia, las señales estructurales de una dictadura ya están presentes: concentración del poder, restricciones a la libertad, destrucción del espacio público, competencia desigual y erosión deliberada de las reglas democráticas.

El desafío, no es decidir si usar o no la palabra “dictadura”. El desafío —como diría Madison— es impedir que todas las funciones del poder queden “en las mismas manos”.

 

Julio Castillo

@JulioCastilloL