ABSTENCIONISMO ELECTORAL

Reforma electoral: abatir el abstencionismo

Hay registros preocupantes que apuntan a un incremento del abstencionismo en los procesos electorales, esto debe ser un llamado para que en la Reforma Electoral se emitan propuestas para incentivar la participación ciudadana. | Fernando Díaz Naranjo

Escrito en OPINIÓN el

Una democracia no solo es un sistema instaurado en una Constitución, es el significado de un régimen político, un referente de vida conforme a derechos humanos universales, de conducción social y es la dirección de una nación.

México, de acuerdo con nuestra Carta Magna, es un país democrático. Sin embargo, no basta con que la norma lo diga, la democracia requiere de diversos componentes tales como: un gobierno responsable emanado del voto popular, instituciones públicas que, por un lado, sean los engranes de un Estado sólido y próspero y, por el otro, atiendan las demandas de la sociedad; un país seguro; paz social; igualdad de derechos, entre varios más.

Un factor importante que sostiene, fortalece y da credibilidad a la democracia es la participación de las y los ciudadanos en los procesos democráticos que se desarrollan a lo largo y ancho del país.

Las elecciones son el mayor referente de una democracia, pues es la oportunidad que tiene la población de manifestarse y determinar, con su voto, libre y secreto, el destino de esta gran nación.

Por ello, la presencia de la ciudadanía en elecciones es vital para la credibilidad y legitimidad del propio sistema democrático, de las reglas establecidas por las que son electas las personas candidatas, de las instituciones encargadas de la organización y su calificación, entre otros aspectos.

En caso contrario, la menor participación de la población tiene varias lecturas que van desde apatía de la gente, hasta la falta de credibilidad en el proceso mismo; una manifestación de rechazo hacia algunas candidaturas o partidos políticos, por mencionar algunas.

En este contexto, para comprender cómo está nuestra participación tomé como referencia la asistencia de la ciudadana a las urnas en las elecciones presidenciales que es donde más asiste la población ya que puede votar, además, a nivel federal por la Cámara de Diputaciones y la Cámara de Senadurías y generalmente hay elecciones locales de manera concurrente lo que resulta más atractivo para la ciudadanía.

De acuerdo con dos documentos desarrollados por el INE, la “Plataforma: Conteos Censales de Participación 2009-2024” y el “Estudio muestral de participación ciudadana 2024”, hay registros preocupantes que apuntan a un incremento del abstencionismo en los procesos electorales.

Tan sólo de 1994 a 2024, se han llevado a cabo 6 elecciones presidenciales, resultando que en el proceso electoral de 1994 votó el 77.2% de la ciudadanía inscrita en los listados nominales; la elección de 2024 registró una participación del 59.8%, en comparación un 17.4% menos. El dato no es menor si consideramos que el padrón electoral de 2024 fue de casi 100 millones de personas, es decir, cerca de 40 millones de ciudadanas y ciudadanos que tenían la posibilidad de ir a votar no lo hicieron.

De hecho, de los 6 procesos electorales referidos, las elecciones con menor participación por debajo del 60% de participación fueron las de 2006 y las de 2024.

Por entidad federativa en la elección de 2024 tenemos que Sonora y Baja California su votación fue inferior al 50%, –49.4% y 47%, respectivamente–. Por debajo de la media nacional de participación, es decir, del 59.8% tenemos a 19 entidades federativas.

Consecuentemente, estos registros deben ser un llamado a la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, así como a la Comisión del rubro de la Cámara de Diputados para que, en la construcción de la iniciativa de la reforma respectiva, se analice esta temática y se emitan propuestas para incentivar la participación ciudadana.

El estudio comparado con otras naciones suele ser recomendable.

 

Fernando Díaz Naranjo

@fdodiaznaranjo