MARCHA DE LA GENERACIÓN Z

Los claroscuros de la marcha GenZ

La manifestación fue masiva y congregó a miles de personas, muchas de clase media. | Omar Cepeda

Escrito en OPINIÓN el

Es clara la narrativa del gobierno federal de deslegitimar cualquier manifestación opuesta a su régimen. Sobre todo, aquellas que nazcan de movimientos sociales orgánicos y provenientes de la sociedad civil apartidista, porque en este momento, es la única forma de crear un verdadero contrapeso que escale y amenace su continuidad.

Al menos una semana antes de la marcha del sábado 15 de noviembre, desde Palacio Nacional inició la estrategia de estigmatizar para minimizar la convocatoria de la generación Z bajo tres premisas: que detrás estaba la derecha mexicana incluidos empresarios, apoyo de movimientos ideológicos internacionales contrarios a la 4T, y que iba a ser violenta.

Desde Palacio Nacional se amplificó ese discurso respaldado por medios afines, voceros oficiales y prominentes youtuberos alineados a la 4T.

Esa estrategia resultó eficiente porque confundió a las y los jóvenes de la generación Z, dejando a muchos en sus casas. Pensaron que si se presentaban en la manifestación serían presas de etiquetas partidistas.

La “coincidencia” más lamentable es que sí fue violenta, tanto por el misterioso bloque negro, como por la policía de la Ciudad de México. Aunque también fue evidente que la oposición, tan disminuida e intrascendente, se está acostumbrando a montarse en la popularidad de movimientos sociales, ante la ausencia de una propia.

No obstante, la manifestación fue masiva y congregó a miles de personas, muchas de clase media. Marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo de forma pacífica, hasta que las provocaciones del bloque negro despertaron las ansias de los policías capitalinos por reprimir y golpear a quienes se les pusiera enfrente. Los testimonios de periodistas, jóvenes y personas de diversas edades, que no tenían nada que ver con el bloque negro, avalan esos hechos.

Por otro lado, el oficialismo aprovechó el desparpajo de los diversos y disminuidos personajes de la oposición para comenzar a impulsar una fuerte narrativa de que la marcha violenta, fue convocada por la derecha, y al mismo tiempo asegurar que no fue una movilización de jóvenes.

Pero poco hicieron por evidenciar la violencia desmedida de la policía y mostrar la verdadera dimensión de la marcha. Estratégicamente, al cercar el Zócalo, sabían que iban a inhibir el acceso a la plancha, además de que, como siempre, manipularían el número real de los participantes, apoyados por fotos con perspectivas que parecieran que la principal plaza del país estaba a medio llenar. 

También ha llamado la atención, que prácticamente no se ha hablado desde la palestra presidencial, y en varios medios de comunicación, que muchos de los manifestantes lo hicieron para exigir justicia por el asesinato de Carlos Manzo y por la inseguridad que se vive en México. La abuela del ex alcalde de Uruapan recorrió Paseo de la Reforma en silla de ruedas, siendo caricaturizada por dos de los propagandistas más férreos de la 4T: el monero Rapé y Pedro Miguel.

En conclusión, sí se puede apreciar el temor del gobierno Federal y de todo el ecosistema de la 4T por el crecimiento de nuevos movimientos sociales, sobre todo aquellos impulsados por los jóvenes. Que hay preocupación por los problemas que ya rebasan la capacidad en los tres niveles de gobierno, sobre todo en materia de inseguridad, corrupción e impunidad, lo cual ha impactado negativamente en la aprobación de la presidenta Claudia Sheinbaum. Y que la 4T usará todo el aparato del Estado mexicano, el cual controlan prácticamente en su totalidad, para mantener el poder a como dé lugar.

Omar Cepeda

@OmarCepedaCastr