GRUPO DE AMISTAD MÉXICO-NICARAGUA

Grupo de amistad México-Nicaragua

La instalación del "Grupo de Amistad México-Nicaragua" en la Cámara de Diputados el pasado 7 de octubre ha sido calificada como un acto de "profunda ofensa e hipocresía política". | Fred Álvarez

Escrito en OPINIÓN el

Lamento el deceso de mi amigo y colega periodista Carlos Ferreira, “todos tienen su tiempo”, dice Eclesiastés.

La instalación del "Grupo de Amistad México-Nicaragua" en la Cámara de Diputados el pasado 7 de octubre ha sido calificada como un acto de "profunda ofensa e hipocresía política". La crítica surge porque la creación del Grupo ocurre mientras el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo opera bajo un "Estado Policial de facto". La dictadura ha suprimido libertades básicas —como la expresión, reunión y religión (expulsando sacerdotes y prohibiendo procesiones)—, mantiene a 33 presos políticos desaparecidos y ejecuta encarcelamientos sin orden judicial.

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El acto resulta aún más controversial al considerar que el gobierno nicaragüense ha despojado de su nacionalidad a casi 500 críticos, impidiendo el regreso a su país a miles de ciudadanos. Entre las víctimas del despojo se encuentran figuras como la poeta Gioconda Belli y el escritor Sergio Ramírez.

El discurso oficial y sus omisiones

El diputado Pedro Vázquez González (PT), presidente del grupo, afirmó que el objetivo es construir un "nuevo tiempo de paz y respeto mutuo". Destacó que ambos países "compartimos raíces históricas y culturales que nos hermanan en la defensa de la libertad, la soberanía y la justicia social" y que fueron "forjados en la lucha contra el colonialismo".

Por su parte, el embajador Juan Carlos Gutiérrez Madrigal reafirmó que la instalación fortalece la amistad, cooperación y comercio. Hizo un recuento de "logros" de su gobierno, como la salud pública, la educación gratuita y carreteras modernas, citando una aprobación popular del 85.1% para la pareja presidencial Ortega y Murillo. Además, agradeció la presencia en San Lázaro de representantes de gobiernos "amigos" como los de Costa de Marfil, Jordania, Irán, la República Saharaui y Venezuela.

Pese a esta retórica oficial que alega coincidencia en la defensa de los derechos humanos, nadie en la sesión mencionó las graves violaciones ni el despojo de la nacionalidad a los críticos del régimen.

El acto, que el embajador intentó legitimar, quedó manchado por la ausencia de legisladores de Movimiento Ciudadano y del Partido Acción Nacional. Aunque el embajador presumió la presencia de Francisco Villa Betancourt, nieto de Pancho Villa, de poco sirvió.

La condena de MC y del PAN

La instalación recibió fuertes críticas y generó una protesta inmediata por parte de la oposición y la sociedad civil. La bancada de Movimiento Ciudadano (MC) expresó su condena y se ausentó de la instalación. Su vicecoordinador, Juan Ignacio Zavala, solicitó su baja inmediata del grupo, argumentando que aprobar un grupo de amistad con el actual Gobierno nicaragüense equivale a "legitimar a ese régimen autoritario".

Zavala enfatizó que el trabajo parlamentario debe alinearse con la "democracia y el respeto total a los derechos humanos". Recordó que el régimen ha sido acusado de asesinar a más de 300 personas, de ejercer una represión sistemática contra opositores, periodistas y la sociedad civil, y, sobre todo (y quizá lo más grave), de despojar de la patria a presos políticos, una grave violación a los derechos humanos.

En el mismo sentido, el grupo parlamentario del PAN indicó en un comunicado que no asistiría al acto porque “no puede haber amistad con un régimen que ha destruido las libertades, ha perseguido a su pueblo y ha encarcelado a quienes piensan distinto”.

En Acción Nacional -agrega el comunicado-, creemos firmemente en la diplomacia parlamentaria como una herramienta de diálogo y cooperación entre los pueblos, pero no puede haber amistad con un régimen que ha destruido las libertades, perseguido a su pueblo y encarcelado a quienes piensan distinto.

"Nuestra solidaridad es con el pueblo nicaragüense, no con un régimen autoritario”, y hace un llamado "a que el Congreso mexicano sea congruente con la tradición democrática y humanista de nuestro país, que siempre ha dado refugio y apoyo a quienes huyen de la represión y la persecución política”.

La voz de los exiliados

La instalación se llevó a cabo a pesar de la inconformidad de 74 nicaragüenses exiliados y desnacionalizados. Los opositores enviaron una carta solicitando que se desistiera de la conformación, ante las graves violaciones a derechos humanos de la "dictadura Ortega-Murillo". Piden "reorientar las acciones para promover la defensa de los derechos humanos en Nicaragua exigiendo la liberación de todos los presos políticos".

Entre los firmantes están figuras clave como la poeta Gioconda Belli y las ex guerrilleras sandinistas Dora María Téllez y Mónica Baltodano, y el periodista Carlos Fernando Chamorro, y la feministas Sofía Montenegro y Azahálea Solís; todos ellos ellos han sido despatriados, y sus bienes confiscados por el régimen de Ortega.

En el mismo sentido, el grupo de Exiliados Nicaragüenses en México (GENM) también envió una amplia carta a los ocho diputados del grupo de amistad exponiendo de forma detallada los actos de barbarie del régimen que ha llevado a que grupos de derechos humanos de la ONU, especializados en la crisis nicaragüense, señalan seis presuntos delitos de lesa humanidad, y han identificado a 54 miembros del gobierno como sus ejecutores. Existe la posibilidad de llevar al régimen ante la Corte Penal Internacional.

La carta del GENM es muy dura y fue respaldada por académicos, periodistas, políticos y organizaciones civiles de México, en esta se señala que actualmente en Nicaragua hay 75 prisioneros (61 hombres y 14 mujeres), de ellos 22 son adultos mayores y sufren graves padecimientos como el caso de Eddy Melendez, o Eliseo Castro. 

Cuando reporteros de La Jornada le preguntaron al diputado Pedro Vázquez sobre la carta de los exiliados, González señaló que él no recibió ninguna comunicación y que la mera existencia del escrito no impedía “en lo absoluto” la instalación del grupo de amistad. No obstante, dejó abierta la posibilidad de un diálogo con los nicaragüenses en el exilio, si ellos lo desean.

Esta iniciativa por parte de legisladores del PT, Morena y del PRI no es diplomacia, sino que se considera un "irresponsable espaldarazo que le lava la cara a una de las dictaduras más crueles del subcontinente". Para decirlo de manera elegante, es una traición a la tradición mexicana de asilo y generosidad, pues se respalda al represor en lugar de a sus perseguidos.

La columna Templo Mayor de Reforma le dedicó el siguiente párrafo:

"MUY SONRIENTES, el petista Pedro Vázquez y el priista Rubén Moreira se desvivieron en elogios para el gobierno nicaragüense y celebraron la constitución de ese comité de amistad, animados por el embajador de Managua, Juan Carlos Gutiérrez.

DE NADA SIRVIÓ que ciudadanos nicaragüenses exiliados y expulsados por el régimen Ortega-Murillo les pidieran a los legisladores evitar la creación de ese grupo y, en cambio, pugnar por la democracia y el respeto a los derechos humanos en el país centroamericano. ¡Pero qué necesidad!".

"Ser despojado de la nacionalidad es ser despojado del mundo; es como regresar a los parajes de las cavernas o de los salvajes…", decía Hannah Arendt, en ”Los orígenes del totalitarismo”.

PD: Frustra e indigna el silencio absoluto en el caso de la desaparición de Rodrigo Salcido desde el pasado 24 de septiembre. El mutismo es total: cero claridad de la autoridad local, cero información de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP). Este silencio no es solo una falta de respuesta, es una indiferencia humillante hacia las víctimas y sus familias, un patrón que se extiende hasta Palacio Nacional.

¡La vida de Rodrigo Salcido es una prioridad ineludible! Exigimos acciones y respuestas claras de inmediato.

Fred Álvarez

@fredalvarez