#ENLAMIRA

Jaime Sabines: la voz que conversó con la muerte y celebró la vida

Jaime Sabines hablaba de la muerte sin solemnidad, con la verdad desnuda de quien sabe que morir es parte del oficio de estar vivo. | Ulises Castellanos

Créditos: Ulises Castellanos
Escrito en OPINIÓN el

En el Día de Muertos, cuando las calles de México se llenan de flores naranjas y el aire huele a incienso y pan, la voz de Jaime Sabines vuelve a escucharse como un susurro que nunca muere. Su poesía, tan cercana al corazón humano, hizo de la muerte no un fin, sino una forma de recordar que la vida es un instante de belleza imposible de retener.

Sabines hablaba de la muerte sin solemnidad, con la verdad desnuda de quien sabe que morir es parte del oficio de estar vivo. En sus versos, la muerte no es un fantasma lejano, sino la sombra que acompaña a los que aman intensamente. Su escritura reconoce que todo amor, tarde o temprano, se transforma en ausencia; pero también que en esa ausencia sigue latiendo la presencia.

Loading…

Esta imagen que ahora les presento se la tomé al poeta en 1988, ahí en San Lázaro en la Ciudad de México, cuando él era diputado. Ya lo admiraba, pero ahí lo conocí, tuve el privilegio de verlo varias veces en los siguientes años, hasta los días cercanos a su muerte. Siempre se le extraña.

Leer a Sabines en estos días es volver a conversar con quienes ya partieron. Es mirar la ofrenda y entender que la palabra tiene el poder de mantener encendida la memoria. Sus poemas, llenos de humanidad y dolor, nos recuerdan que la muerte no arrebata, sólo cambia el lugar donde habitan los que amamos.

Así, entre velas y cempasúchil, su voz sigue viva. Porque en México, donde la muerte se celebra sin miedo, Jaime Sabines sigue enseñándonos que morir es también una forma profunda de amar.

Es tiempo de releer al poeta y por ello, me viene a la mente esta joya de su pluma; el poema se titula "Morir es retirarse, hacerse a un lado” y los invito a leerlo en estos días de guardar:

"Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.

Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.

Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.

Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.” 

Este poema -creo- condensa de forma poética y profunda la visión de Sabines sobre el misterio y la transformación que implica la muerte.

Y es en este contexto, que como bien saben, se viene un fin de semana especial, la ofrenda de muertos en México que sin duda es una tradición ancestral que fusiona raíces indígenas y elementos católicos, surgida a partir de la época prehispánica y consolidada tras la conquista española.

Y si no tienen plan para este fin, les recomiendo ir a la Fundación Elena Poniatowska en la alcaldía Miguel Hidalgo, a conocer su ofrenda del día de muertos en el marco del bazar “Almas Mexicanas” que organiza “Casta Santa” y que ofrecerá durante este sábado y domingo talleres y actividades para niñas y niños en la calle José Martí 105, sede de la Fundación en la CDMX, donde como cereza del pastel se presentará el libro del Monero Gonzalo Rocha sobre Posada y sus catrinas con la presencia de la maestra Elena Poniatowska a las 16 hrs. Es entrada libre. ¿Y ustedes ya pusieron su ofrenda?

Ulises Castellanos

@MxUlysses