El 18 de octubre de 2025 el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, anunció el relanzamiento del partido. Los principales puntos que tocó fue el fin de las alianzas partidistas, la apertura del partido a la participación de ciudadanos para definir candidaturas a través de elecciones primarias y la renovación de la imagen. Este relanzamiento parece orientar al partido más hacia una estrategia de apertura ciudadana y pragmatismo democrático que resuena fuertemente con las ideas de Manuel Gómez Morín, aunque mantiene los valores humanistas cristianos que caracterizaron a Efraín González Luna. Ellos, los dos grandes ideólogos del panismo.
EL IDEARIO DE GÓMEZ MORÍN.
Manuel Gómez Morín fue una figura clave en la fundación del PAN en 1939, y su pensamiento influyó profundamente en el ideario del partido. Su pensamiento era complejo y buscaba un equilibrio entre varios elementos: un humanismo cristiano en el que el Estado debía estar al servicio del individuo y no al revés; un Estado subsidiario que debía garantizar las condiciones para que los individuos y las asociaciones intermedias pudieran desarrollarse libremente; el combate a la desigualdad y la pobreza en el marco de la libertad individual y la economía de mercado; la democracia auténtica, con elecciones libres y transparentes, así como el respeto a los derechos de las minorías; y un nacionalismo moderado, donde México se integrara al mundo.
Comparar el ideario original de Manuel Gómez Morín con el actuar actual del PAN es un ejercicio que revela tanto continuidades como rupturas. En el PAN de hoy está presente la defensa de la democracia y el Estado de Derecho, la defensa de una economía de mercado y la defensa de la familia tradicional. Están ausentes o diluidos el humanismo cristiano, la visión de un Estado subsidiario, el nacionalismo moderado, la preocupación por la justicia social y la crítica a la corrupción y promoción de la transparencia.
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Las rupturas del PAN con aspectos del ideario original de Manuel Gómez Morín son complejas y se han producido gradualmente a lo largo de su historia. No hay un evento único y puntual que marque una ruptura definitiva, sino más bien una evolución marcada por diferentes factores, como han sido el ascenso de la tecnocracia, el acercamiento al poder, la globalización y neoliberalismo y la secularización de la sociedad.
Retomar el ideario de Manuel Gómez Morín para el PAN en la actualidad implicaría un proceso de reflexión profunda y un cambio estratégico en varios niveles, que tendrían que considerar por lo menos reafirmar el humanismo cristiano, empoderar a la sociedad civil, recuperar el sentido de justicia social e impulsar una reforma política que fortalezca la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Si el PAN retomara genuinamente el ideario de Manuel Gómez Morín, tanto interna como electoralmente se podrían esperar varias consecuencias, algunas positivas y otras que representarían desafíos, pues supondría recuperar un sentido de propósito y dirección más claro, profundizando en el debate interno y atrayendo nuevos liderazgos. Habría electores que se sentirían atraídos por un giro en este sentido, pero otros se alejarían. Lo que es claro es que este retorno conllevaría una fuerte dificultad para formar coaliciones. En eso, la propuesta del presidente Romero es, cuando menos, coherente.
EL IDEARIO DE GONZÁLEZ LUNA.
El ideario de Efraín González Luna respecto al PAN refleja una visión política que priorizaba la transformación social, la democratización del sistema político y la renovación interna del partido, distinguiéndose en ciertos aspectos del enfoque de Gómez Morín.
González Luna sostenía que el PAN debía ser un partido que no solo defendiera principios liberales en lo económico, sino que también promoviera una transformación profunda en las instituciones mexicanas, buscando un cambio estructural que facilitara una verdadera democracia participativa y una mayor justicia social. Su visión estuvo marcada por un pensamiento que valoraba la movilización social y la participación activa de la ciudadanía en la construcción de un México más equitativo, en comparación con la visión más institucional enunciada por Gómez Morín. Pero no por ello en su pensamiento González Luna soslayaba los valores fundamentales de la dignidad humana, la justicia, la solidaridad y el bien común, aunado a su categórico rechazo al autoritarismo.
Así, el anunciado relanzamiento del PAN parece orientar al partido hacia una estrategia de apertura ciudadana y pragmatismo democrático que corre entre dos aguas, siguiendo en parte las ideas de Gómez Morín, pero manteniendo valores que caracterizaron el pensamiento de González Luna. De Gómez Morín lo táctico, institucional, pragmático que define cómo debe operar el partido para ser instrumento de cambio; de González Luna lo filosófico, doctrinario, humanista que indica el fin último de la política y la visión del ser humano que la sustenta.
Habrá que ver luego de su relanzamiento cuál es el PAN real que estará en la arena de la competencia político-electoral, si acaso es que alguno de estos.