#SALUDADEBATE

Un solo sistema de salud para un solo pueblo

El sistema único de salud es más que una reforma administrativa: es un acto de civilización institucional. | Pedro Zenteno

Escrito en OPINIÓN el

La creación de un sistema único de salud en México, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, es una decisión histórica que pone al centro a la persona y no a la burocracia. Durante décadas, el país vivió con un mosaico fragmentado —IMSS, ISSSTE, servicios estatales y, más recientemente, IMSS-Bienestar— que generó inequidades y trámites absurdos. Hoy se plantea un cambio estructural: una sola credencial, un registro nacional y un expediente clínico digital interoperable, que permitirán a cualquier ciudadano atenderse en cualquier clínica u hospital público, sin importar su condición laboral.

La propuesta no es retórica, se traduce en hechos concretos:

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1. Portabilidad real: un trabajador, un comerciante informal o un estudiante podrán recibir atención médica en cualquier institución pública, eliminando el peregrinaje entre ventanillas.

2. Prevención como eje: el programa de visitas médicas “casa por casa” y el fortalecimiento del primer nivel buscan diagnosticar y atender a tiempo.

3. Expediente único y compras integradas: el historial médico digital compartido y las adquisiciones centralizadas de medicamentos aseguran igualdad en el acceso a tratamientos.

Los críticos hablan de “centralismo”, pero confunden rectoría con control ciego. Coordinar estándares y recursos no uniforma por capricho, sino que homologa por justicia. Un Estado que articula IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar no destruye, integra. Así lo han demostrado sistemas universales como el NHS británico o el SUS brasileño: la equidad solo se logra con integración.

Todo gran proyecto exige enfrentar costos de transición:

- Financiamiento progresivo: universalizar con calidad requiere invertir más en hospitales, medicamentos y personal.

- Acuerdos federales y laborales: la adhesión de los estados faltantes y la homologación salarial para médicos y enfermeras son claves para que el sistema funcione.

- Interoperabilidad tecnológica: el expediente único y la referencia de pacientes deben funcionar en la práctica.

Una brújula ética y política

Lo que distingue esta política es su brújula moral: la salud deja de ser un privilegio laboral para convertirse en un derecho ciudadano universal. Nadie vale menos por ganar menos. Además, es una decisión inteligente: un país sano es más productivo y más justo.

Conclusión

El sistema único de salud es más que una reforma administrativa: es un acto de civilización institucional. Si se mantiene el rumbo con inversión, acuerdos y datos para gobernar, México cerrará la brecha entre el derecho escrito y el derecho vivido.

La salud no se mendiga: se garantiza. Por eso, hoy corresponde decirlo con claridad: bien hecho, Presidenta.

Pedro Zenteno

@drpedrozenteno