La Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato -PRODHEG- se enfrenta a un proceso de cambio. Desde el pasado mes de diciembre se lanzó la convocatoria para designar a la persona titular de dicho organismo.
Como parte de este proceso, el jueves 23, participé en las entrevistas realizadas por los y las diputadas integrantes de la Comisión de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables. Durante la entrevista, expuse parte de mi plan de trabajo, que incluye propuestas enfocadas en fortalecer la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato.
Los derechos humanos son la expresión más alta de nuestra humanidad, el reflejo de una sociedad que se esfuerza por proteger a los más vulnerables y garantizar la igualdad para todas y todos.
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Quien resulte electa o electo para encabezar la Procuraduría debe asumir como uno de sus principales retos lograr que el actuar institucional en el Estado esté centrado en las personas. Que cada acción tenga como fin último la satisfacción de uno o de varios derechos humanos.
Soy consciente de que en Guanajuato vivimos tiempos de cambio. La violencia, la desigualdad y la falta de acceso a la justicia han marcado profundamente la vida de muchas personas en nuestro Estado, crean retos enormes que, a la vez, también ofrecen la oportunidad de construir una sociedad más justa, inclusiva y respetuosa de los derechos humanos.
Hoy, la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato tiene la responsabilidad de evolucionar y convertirse en un verdadero agente de cambio. No puede limitarse a reaccionar ante los problemas. Necesitamos una Procuraduría que anticipe los desafíos, atienda las raíces de las injusticias y actúe con determinación para proteger a quienes más lo necesitan.
En un Estado como el nuestro, con dinámicas sociales y políticas complejas, la defensa de los derechos humanos exige más que buena voluntad. Es indispensable que la Procuraduría esté presente en cada rincón de Guanajuato, como una institución cercana y accesible que elimine las barreras físicas, burocráticas y culturales que muchas personas enfrentan al buscar justicia. Además, debe actuar con independencia, sin ataduras políticas, con imparcialidad, pero sin neutralidad frente a las injusticias.
La defensa de los derechos humanos es un deber legal, pero también una misión que transforma vidas. Por ello, mi compromiso es con la promoción de derechos, la implementación de campañas de educación y sensibilización para que todas las personas conozcan y ejerzan sus derechos. Asimismo, garantizaré una defensa activa y decidida cuando esos derechos sean vulnerados, ofreciendo respuestas rápidas y eficaces.
Los retos que enfrentamos son múltiples y complejos. Las familias de personas desaparecidas necesitan una Procuraduría que sea su aliada, que las escuche y brinde apoyo sustantivo a quienes buscan a sus seres queridos. De forma paralela e igualmente importante, las niñas, niños y adolescentes —quienes constituyen la base de nuestro futuro— requieren que se prioricen su derecho a la educación, la salud y la protección contra la violencia.
La PRODHEG tiene el reto de convertirse en una institución proactiva, con enfoque preventivo y fortaleza reactiva. Su labor es crucial no solo para contener los excesos del poder público sino también para garantizar la reparación del daño a las víctimas y ser el eje de la reconstrucción de la paz.
Las mujeres de Guanajuato merecen vivir libres de miedo, lo que demanda crear redes de apoyo comunitario y transformar patrones culturales que perpetúan el machismo. Por su parte, las personas de la diversidad sexual enfrentan discriminación la cual debe combatirse con acciones concretas que promuevan su inclusión y respeto.
Las personas con discapacidad requieren una vida digna, libre de barreras que limiten su desarrollo. Las personas mayores, a menudo víctimas de abandono y maltrato, merecen atención integral y reconocimiento por su contribución a la sociedad.
Además, es urgente visibilizar y proteger a las personas cuidadoras y a quienes dependen de sus cuidados. Se deben defender los derechos de ambos sectores, promoviendo políticas públicas que reconozcan y fortalezcan esta labor esencial para la cohesión social y el bienestar colectivo.
Más allá de atender estas necesidades inmediatas, la Procuraduría debe construir confianza. Para ello, es esencial una comunicación efectiva y transparente que informe a la ciudadanía sobre sus derechos y cómo ejercerlos. También es prioritario contar con personal capacitado, comprometido con un enfoque humanista, sensible y profesional.
No basta con mejorar lo existente. La Procuraduría debe ser visionaria, con un proyecto a largo plazo que supere las soluciones inmediatas. Guanajuato necesita una institución que promueva la justicia transicional, reconozca el dolor de las víctimas y abra caminos hacia la reconciliación. Este esfuerzo debe incluir la reparación del daño, el restablecimiento del tejido social y el fortalecimiento de las comunidades.
Imagino una Procuraduría que sea más que un órgano administrativo. Visualizo una institución que inspire, motive y transforme. Una Procuraduría presente en cada lucha por los derechos, que alce la voz frente a las injusticias, empodere a las víctimas y les permita encontrar justicia y paz. Una Procuraduría que sirva para servir.
Los nuevos tiempos demandan nuevas soluciones. Guanajuato merece una Procuraduría que esté a la altura de sus desafíos, que se convierta en una fuente de esperanza y acción para quienes más lo necesitan. Construyamos un Estado donde los derechos humanos sean una realidad para todas las personas y donde la dignidad de las personas sea siempre defendida.