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Objetivo de Washington contra el narco: su aniquilación

El narcotráfico ya no se define por organizaciones locales, sino por complejas estructuras globales que abarcan todos los eslabones de una ilícita producción y distribución. | Eduardo Zerón García

Escrito en OPINIÓN el

El fenómeno del narcotráfico ya no puede definirse como organizaciones locales que llevan a cabo actividades ilícitas en una región específica con una estructura piramidal. Como lo establece Víctor Hugo Guerra, académico y autor del libro “Economías Criminales: Enfoques multidimensionales”, el fenómeno del narcotráfico se compone de estructuras complejas, interdependientes y multidimensionales. Estas economías forman parte de un comercio ilícito con líderes en cada parte de su cadena de producción y distribución. Se trata de grupos globales que operan en distintos escenarios: el campo, un laboratorio, en China, en una oficina de aduanas, en la policía, en migración, o en una calle en Serbia, Argentina, Filadelfia o Pekín.

Desde hace mucho tiempo, los estadounidenses han visto al narcotráfico como una amenaza global, que ha ocasionado más muertes entre sus ciudadanos que todos los atentados terroristas de su historia juntos. Sin embargo, a pesar de que no hay manera de que estas organizaciones cumplan con la definición de una organización terrorista, este es un debate que ya poco importa, y parecería que las designaciones poco pueden aportar en elementos normativos más eficaces que los ya existentes para combatir a estas organizaciones criminales transnacionales, pero no es del todo así.

El terrorismo, desde los atentados a las Torres Gemelas, ha generado diversos instrumentos jurídicos que le dieron un carácter internacional y permitieron una jurisdicción global para su combate. Cuando se escala el conflicto de una organización criminal a una organización terrorista, hablamos de un enfoque distinto para su atención. Por ejemplo, agencias como la DEA o el FBI, en delitos conexos como lavado de dinero, trata o contrabando, tienen un enfoque que les exige llevar y desarrollar juicios junto al Departamento de Justicia, equivalente a una Procuraduría o Fiscalía. En materia de terrorismo, aunque estos casos también podrían terminar en tribunales, el principal énfasis es la erradicación y neutralización, como fue el caso de ISIS, de quienes el presidente Trump se jacta de haber exterminado, o Al Qaeda durante el tiempo de Bush y Obama. 

El enfoque de Washington es claro: exterminar a los cárteles sin restricciones o limitantes o estar supeditado a controles jurisdiccionales propios del crimen organizado tradicional. Es entonces cuando pueden hacer uso de la fuerza letal. ¿Cómo? Dentro de la normativa dispuesta por el presidente Trump, según la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) y la AUMF (2001), estas disposiciones permiten llevar a cabo ataques selectivos en territorios extranjeros, muchas veces regidos bajo reglas de participación (ROE) que buscan minimizar los daños colaterales, aunque no se pueden obviar por completo, puesto que es obvio que habrá. 

La caza de los grupos criminales abarcará todo América, Europa, Asia y Oceanía; cuarenta países por todo el mundo, e incluso dentro de los Estados Unidos. Entre los designados, están los cárteles de Jalisco, Pacífico, el Tren de Aragua, los Rojos, los Guerreros Unidos, así como sus asociados, abogados, y centros de derechos humanos. Además, se impondrán sanciones comerciales a empresas relacionadas con estos grupos criminales, corriendo el riesgo de que muchos ni siquiera sepan de su asociación, entrando así en una compleja dicotomía.

Dentro de los elementos de esta designación se encuentra una norma que data de 1798, conocida como la Alien Enemies Act, parte de las “Alien and Sedition Acts”, promulgadas durante la presidencia de John Adams. Esta ley entra en vigor cuando existe una guerra declarada y autoriza al gobierno de Estados Unidos a deportar, detener o imponer restricciones a ciudadanos de países extranjeros considerados “enemigos” durante tiempos de guerra o conflicto. Incluso puede incluir la detención o confinamiento de individuos hasta que finalice el conflicto. Estas leyes fueron utilizadas en la Primera y Segunda Guerra Mundial, recordando incluso los campos de concentración para japoneses durante ese periodo, hoy los enemigos son todos los migrantes

Queramos o no, debemos advertir con toda seguridad que nuestro país ha entrado, de manera directa e indirecta, en un conflicto armado mundial, una guerra híbrida, pero lo mismo todos los países que albergan a esta criminalidad.

Moneda al Aire: Entre otras acciones, el gobierno de Trump ha advertido la posibilidad de que inmigrantes que sean criminales y reincidentes, aun cuando ya sean nacionales, sean expulsados, cuestión de tiempo. 

El Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha “plantado cara” ante las acciones de los americanos y ha llevado acciones correctas para sentar a sus negociadores en una mesa de negociación hostil, y dura. Recordemos que para Trump todo es negociación, Sheinbaum se sentará a cuidar los intereses nacionales. 


Eduardo Zerón García

@EZeronG