El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado tensión e incertidumbre en todo el mundo aunque los mercados financieros han respondido favorablemente. Wall Street cerró el viernes su mejor semana desde las elecciones de noviembre, pero los operadores están “muy sensibles” al discurso de su investidura en Washington y a sus primeros decretos, principalmente los referentes a los aranceles, la migración y la política global de Estados Unidos.
En México el nerviosismo se manifestó en el debilitamiento del peso, que fue la moneda más depreciada (-1.6% en la jornada del jueves) de los mercados emergentes, cerrando la semana con una cotización de 20.80 pesos por dólar. Mientras tanto, el gobierno mexicano que preside Claudia Sheinbaum está en guardia.
Los 53 consulados en Estados Unidos se mantienen en “alerta máxima” y lo mismo sucede en las ciudades fronterizas del norte de nuestro país, como Tijuana, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo y Reynosa, además de Tapachula, en la frontera sur, después de que Tom Horman, el “zar de la frontera” de la administración Trump, confirmó que a partir del martes iniciarán las redadas contra migrantes indocumentados.
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Sin embargo, todavía está pendiente el relevo en el Instituto Nacional de Migración (INM), donde el exgobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, tiene el encargo de reestructurar y superar la mala fama de esa institución, además de definir la nueva política mexicana de migración.
Una guardia eficaz, dicen los cronistas de boxeo, significa atajar los golpes del contrincante y mantener el control del combate. Ha comenzado el primer round. Ante las amenazas de Trump, la presidenta Sheinbaum, quien aprobó sus primeros 100 días con 78% de apoyo ciudadano, convocó a los alcaldes y gobernadores morenistas y de la oposición (PAN, PRI y Movimiento Ciudadano) a cerrar filas y defender la soberanía del país. El mensaje político ha sido claro: México es un país grande y “mientras permanezcamos unidos no hay ningún problema que no podamos enfrentar juntas y juntos”.
También presentó el Plan México que, según el reporte económico de Citibanamex, parece formar parte de la estrategia de defensa para enfrentar los riesgos asociados a las amenazas del presidente estadounidense respecto a la implementación de aranceles a México por presuntamente servir de puente a exportaciones de China y porque el comercio bilateral actual sería injusto para Estados Unidos (dado el superávit comercial de México).
Por otro lado, se vislumbra una política industrial más definida y activa que las de sexenios anteriores, al menos en su arranque, al plantear la creación de por lo menos un Polo de Desarrollo en cada una de las entidades del país y contempla inversiones nacionales y extranjeras por 277 mil millones de dólares.
Es difícil saber cuál será el futuro del TMEC, el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, ante la política proteccionista anunciada por Trump, cuyo regreso a la Casa Blanca podría significar “el fin simbólico del neoliberalismo global”, según ha destacado la revista The Economist.
La presidenta Sheinbaum afirma que el TMEC se mantendrá ya que beneficia a los tres países en términos de empleo, crecimiento económico y de mercados regionales, además de que la relación entre estas naciones es la única manera de que Norteamérica pueda competir con China.
Sheinbaum encarará a partir de este lunes uno de sus mayores desafíos económicos, destacó el periódico El País (17 de enero). Las políticas de Trump obligarán a replantear la relación de México con Estados Unidos y buscar alternativas para minimizar el golpe del huracán Trump y garantizar que México siga siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, con exportaciones a ese país por más de 466 mil millones de dólares, un 80% de los envíos mundiales que hace México.