Fue, en los hechos, un acto de toma de posesión como la autoridad real del nuevo Ayuntamiento de Villa de Pozos.
El pasado martes, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, presidió la “presentación” de concejales, los de su partido, que encabezarán el primer gobierno del reinstaurado municipio de Villa de Pozos.
El Concejo Municipal del Ayuntamiento 59 protestará y asumirá su cargo el 1° de octubre. El gobernador aprovechó la entrega de unas obras de pavimentación en una colonia ahora perteneciente al nuevo municipio, Prados de San Vicente, y se hizo presente en donde fuera la delegación. El alcalde de San Luis Potosí fue convocado, con una presencia discreta, no así los de los de los otros municipios afectados con una “mordida” de territorio.
Te podría interesar
Presentó a la concejala presidenta, María Teresa de Jesús Rivera Acevedo, una funcionaria gallardista que en 2018 fue candidata del PRD a la alcaldía de Charcas, de donde es originaria, cuando Ricardo Gallardo Cardona disputó y ganó por ese partido la diputación federal por el distrito VI de la capital estatal. La residencia de Rivera Acevedo en Pozos no debe ser mayor a tres años, los que tiene trabajar en la administración estatal, en la Secretaría de Desarrollo Social y Regional (Sedesore) y las llamadas “Clínicas Rosas”.
A los concejales de oposición, escasa atención les pusieron, son como “de segunda”. Para dejar las cosas bien claras, el gobernador les dirigió un mensaje: que no hay dinero para arrancar, que contratarán deuda y que su gobierno, como aval del crédito (y gestor ante el Congreso), tendrá una especie de rectoría sobre el ejercicio del recurso para que las cosas se hagan bien. Ni quién se quejara entre los presentes o externara alguna duda. La concejala presidenta a un lado, subordinada.
Gallardo se comprometió a apoyar a Villa Pozos en los servicios básicos que el ayuntamiento de San Luis Potosí y el organismo intermunicipal de agua potable dejarán de prestar. Ofreció generalidades: que más obras, que más seguridad, que el Concejo Municipal recibirá recursos financieros para que la demarcación arranque con dignidad como el municipio 59 del Estado y que Villa de Pozos todo despegará al progreso a toda velocidad y sin escalas.
Sin discutir siquiera la disfunción que rodeaba ese evento, algunos concejales solicitaron posteriormente a la presidenta datos sobre la deuda que contraerá el municipio apenas nacer formalmente. La concejala les pidió tiempo, que ya se las hará llegar. Asoma lo obvio: ni ella sabe y tendrá que esperar a que le den instrucciones sobre el tema, no antes. Y no vengan con que el municipio es libre.
Cómo resolverán el tema del abasto de agua, que obras se harán como prioridad, cuántos elementos de policía se desplegarán o cómo desplegarán las tareas de recaudación predial, asuntos así, ni idea hasta que no baje la instrucción a través de funcionarios que seguramente saldrán de la reserva gallardista, procedentes de Soledad de Graciano Sánchez o de la capital del estado (¿y los poceños?).
En cambio, ante la proximidad del festejo del santo patrono de Villa de Pozos, San Francisco de Asís, el entusiasmo se eleva porque ya cuentan con un concierto masivo (¿Julión, es usual?) y la actuación de un par de grupos cheros de tejana, accesorios blink-blink y chaquetas escandalosas. Muchas islas de cerveza colocadas en la plaza y los comercios de alrededor deberán cerrar porque la clientela en esos festejos es de quien lleva el bailongo, como en Soledad de Graciano Sánchez.
Si alguien creyó que iba a ser de otra forma con el nuevo municipio que peleó durante décadas su “independencia” del municipio capitalino, ni viene a qué.
Lo mismo PRI, que PAN, PRD, MC o hasta el “aliado” Morena, han visto cómo los alcaldes electos con sus siglas, en las cuatro regiones del estado, se declaran gallardistas y verdes sin siquiera despedirse. Ante la miserable perspectiva de una administración sin dinero para obras, sin dádivas para dispersar entre la clientela, sin policías o apenas un par de ellos uniformados como “Lechuzo” el de “Los Supermachos” de Rius (gorra de béisbol y tenis), se van en cuanto se los plantean en la mesa.
Puede que los haya habido más resistentes, alcaldes tratando de defender con algo de dignidad su idea de lealtad militante. Para eso no falla ponerles enfrente una aplanadora en el Congreso ante la cual no habrá valores catastrales, tarifas de agua, presupuestos ni autorizaciones de crédito que algún municipio “no amigo” pueda encaminar con éxito. Y ya con algo más de labor de “terroreo”, recordarles quien controla la Fiscalía y el Instituto de Fiscalización.
No es algo que haya inventado el gallardismo por completo. No tuvo más que capitalizar el abandono presupuestal del gobierno de López Obrador a los municipios, sobre todo en materia de seguridad. La Coparmex en 2020 ya había advertido que se dejaba a los ayuntamientos en total indefensión con la desaparición del fondo que otorgaba a las alcaldías recursos federales para equipar y mejorar sus cuerpos de seguridad, el Fortaseg. Y los fondos para este fin destinados a las entidades se estancaron.
Y ahí va el gobernador Gallardo a entregar con mucho eco mediático patrullas municipales a las alcaldías. La compra la hace su gobierno, desde luego. Cuántos vehículos adquirió, cómo y detalles de la licitación, ni pedirlos porque podrán pretexto para no darlos. Y los alcaldes recibirán los vehículos con genuino agradecimiento porque de otra forma difícilmente las obtendrán.
Lo que seguirá en Pozos será una rápida colonización de funcionarios y servidores públicos municipales gallardistas, muchos de ellos procedentes de la cuna del gallardismo, Soledad de Graciano Sánchez. La mayoría de los trabajadores municipales de la antigua delegación se irán al ayuntamiento capitalino, no quieren quedarse.
Un gobernador como jefe político real, “padrino” y señor del nuevo municipio “libre” de Villa de Pozos.