En el caso de la reciente muerte de Héctor Melesio Cuén, quien fue un político sinaloense, se han desatado una serie de controversias en la mecánica de hechos y el desarrollo de la cronología de la supuesta reunión que se llevaría a cabo con ciertas autoridades de alto nivel estatal. En consecuencia, todas estas sospechas y la reciente dimisión de Sara Bruna Quiñónez aumentan las suposiciones y la falta de transparencia en la información, situación que ha puesto a la administración del gobernador Rubén Rocha Moya en una tormenta perfecta.
Entre las investigaciones que se han venido realizado, diversos medios de comunicación han hecho del dominio público que existe una revelación por parte de Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, quien al parecer fue testigo presencial de los hechos, y es posible que haya declarado que escuchó las voces del gobernador de Sinaloa y del secretario general de gobierno en el lugar donde Cuén fue asesinado. Estas declaraciones han generado un mayor escándalo en la opinión pública y pone en la lona la investigación que encabeza la Fiscalía General de la República (FGR). La declaración de Fausto Ernesto Corrales, comenzó a generar cambios en el móvil de los hechos del porqué fue ejecutado Melesio Cuén, lo cual complica la gestión del actual gobernador Rocha Moya, ya que este testigo afirma haber escuchado claramente las voces del gobernador y de Inzunza Cázares durante los hechos acaecidos.
Estas afirmaciones involucran y dan a entender que posiblemente altos funcionarios del gobierno de Sinaloa podrían haber estado presentes en la escena del crimen, por lo que las investigaciones deben ser transparentes y claras para que se haga justicia para la familia del ex político. Por otro lado, Rocha Moya ha negado categóricamente cualquier vinculación con el asesinato de Cuén, alegando que el día del incidente él y su familia se encontraban en Estados Unidos para un juego de beisbol. Sin embargo, no se ha podido comprobar, ni despejar cualquier duda de manera fehaciente, por lo que la sospecha aumenta conforme avanza el tiempo.
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Ahora bien, Fausto Ernesto Corrales se convirtió en un testigo clave en este caso, ya que no hay información que nos indique acerca de las actividades que realizó Melesio Cuén horas antes. Como las otras personas que supieron de la supuesta reunión, Fausto Ernesto Corrales ya fue notificado por la FGR para que acuda a testificar, y con apoyo de personal de las fuerzas armadas se ha realizado un cateo en su domicilio en busca de más elementos materiales probatorios que arrojen mayor información en la mecánica de hechos.
En consecuencia, como sucede con todas las familias en estos casos, están vulnerables ante las acciones que provocaron tan lamentables hechos. Estas víctimas están sufriendo la falta de seguridad, ya que pueden sufrir algún tipo de represalias debido a toda la información que no ha salido a la luz.
Hoy la responsabilidad del caso que atrajo y se hizo cargo la FGR, tiene un gran peso, porque existen muchos detalles que no han podido ser esclarecidos. Se ha informado que la teoría del caso inició con el móvil de un intento de asalto como causa del asesinato; esta teoría ha ido perdiendo coherencia y pertinencia, pero ahora es más grave, ya que la línea de investigación se está enfocando a posibles vínculos con el crimen organizado. Lo que llama la atención es que el lugar donde ocurrieron los hechos fue asegurado, así como los vehículos utilizados en el crimen, pero los peritajes y análisis no arrojan datos de prueba que indiquen cómo fueron los hechos. De surgir más datos, el rumbo del caso podría cambiar y generar una rentabilidad penal para las autoridades que han salido involucradas del estado de Sinaloa.
Por último, lo publicado la semana pasada acerca de que la SEDENA quiere absorber a la Secretaría de Marina no es algo nuevo. Durante décadas ésta ha sido la intención de la Defensa Nacional, desde la desaparición de la Secretaría de Guerra y Marina en 1937 y la creación de la Secretaría de la Defensa Nacional en 1939, dando la posibilidad a la creación de la Secretaría de Marina, hasta lo que conocemos al día de hoy. Desde ese momento los generales secretarios de la Defensa Nacional han querido absorber a la Secretaría de Marina para que regrese a la Secretaría de la Defensa Nacional, como una comandancia general como lo es ahora el Ejército, la Fuerza Aérea Mexicana y próximamente la Guardia Nacional, no es nada nuevo. Esta situación se agravó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari a causa del escándalo de corrupción por tráfico de drogas en el cual se involucraba al secretario de Marina, el almirante Mauricio Scheleske Sánchez, quien por cierto es el único secretario de Marina que ha sido destituido en la historia moderna de México. Por lo que la Armada de México se puso a trabajar y han conseguido los mayores decomisos de droga de todo el sexenio en Manzanillo, Colima.
Por cierto la sucesión de la Secretaría de Marina y de la Defensa está tan caliente que ya tuvieron que meterles orden, de eso y más hablaré la próxima semana.