Fue una jornada de fiesta –el jueves 15 de agosto de 2024–, fecha memorable que, seguramente, se registrará en los próximos libros de historia patria; inició en el Tribunal Electoral que declaró oficialmente Presidenta electa a Claudia Sheinbaum y remató en el Teatro Metropolitan en la Ciudad de México, donde se reunió la élite morenista.
Hubieron de pasar 200 años y 65 hombres, para que México tuviera a su primera presidenta –presidenta con A, resaltó Sheinbaum– por lo que destacó que no es un triunfo individual, sino que “llegamos todas”.
Tiempo de transformación y de mujeres. En su primer discurso como presidenta electa, Sheinbaum dejó en claro que no hará un deslinde con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como dijo, se le presiona desde la oposición, y por el contrario, buscará cimentar el “segundo piso de la Cuarta Transformación”.
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Hizo un amplio reconocimiento a la lucha de las mujeres mexicanas; desde Leona Vicario y Josefa Ortiz, hasta Frida Kahlo y Rosario Castellanos, en una larga lista de heroínas que nombró, además de las heroínas invisibles “que han tenido que callar y luego gritaron solas”.
Sin embargo -–tal vez por tratarse de una celebración morenista–, Sheinbaum en su discurso evitó hablar de los movimientos feministas –que en seis años se enfrentaron y no coincidieron con la política de López Obrador– y tampoco se refirió a los feminicidios, otra asignatura pendiente del gobierno Lopezobradorista.
En la lista no incluyó a las mujeres que, como ella, han sido políticas profesionales, desde que en 1947 se aprobó el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. Las primeras diputadas, elegidas entre 1955 y 1958: Aurora Jiménez (Baja California), Marcelina Galindo (Chiapas), María Guadalupe Ursúa (Jalisco), Remedios Ezeta (Estado de México) y Margarita García (Nuevo León); las primeras senadoras (María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia,1964), además de la primera gobernadora: Griselda Álvarez (Colima, 1979-1985).
Tampoco habló de las mujeres que fueron candidatas a la presidencia: Rosario Ibarra (PRT, 1982 y 1988), Cecilia Soto (PT, 1994), Marcela Lombardo (PPS, 1994), Patricia Mercado (PSD, 2006), Josefina Vázquez Mota (PAN, 2012), Margarita Zavala (Independiente, 2018), además de Xóchitl Gálvez, que, siguiendo el estilo del discurso, también lucharon en las urnas por la Presidencia y perdieron.
Desde su campaña, Sheinbaum ofreció la “continuidad con sello propio” de la Cuarta Transformación y es de esperarse que, a partir del primero de octubre, establezca su “estilo personal de gobernar” como diría Daniel Cosío Villegas, para atender los grandes problemas nacionales que no pudo resolver el gobierno de López Obrador, principalmente en seguridad, salud y educación.
A la presidenta le tocará gobernar un país donde las mujeres representan 52% de la población (66.2 millones) y 45.7% de la población económicamente activa (24.6 millones), pero sólo 10 millones 858 mil mujeres tienen empleos formales (45.2%) y son jefas de familia en 33% de los hogares mexicanos.
Donde más de 13 millones de mujeres trabajan en la informalidad (54.8 del PEA) y 675 mil están desempleadas, pero lo más grave, donde se registran un promedio de dos feminicidios al día, 832 en el año pasado, que suman 4 mil 817 casos en el último sexenio.
Ante este panorama, Sheinbaum ha señalado que su gobierno será “feminista” con enfoque “social” y adelantó que, en el primer día de su gobierno, enviará al Congreso dos reformas para elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva y erradicar la violencia contra las mujeres en el país.