En el ocaso de su sexenio, López Obrador ha pasado de ser el presidente de “todas las respuestas” al presidente de todas las vaguedades, y entre mitos, suposiciones, acompañamientos y “sugerencias” cada vez se hace más evidente que no será sencillo ni inmediato que deje el ejercicio de gobernar, más allá del cargo oficial.
Claudia Sheinbaum, por su lado, ha sido paciente y prácticamente en todo ha permitido que se imponga López Obrador. Desde escenas simpáticas como cuando Víctor Manuel Castro, gobernador de Baja California Sur, en medio de un discurso de elogios se suelta en llanto y López Obrador le toma la mano a la presidenta electa y la lleva al abrazo del gobernador sensible, y hasta escenas francamente indignas como cuando en su tradicional conferencia matutina López Obrador “sugirió” que se ratificara a ciertas personas de su gabinete en el nuevo gobierno y Sheinbaum lo hizo, la voluntad de AMLO ha sido la que se impone. Sin embargo, más allá de escenas, el caso de "El Mayo" Zambada ha abierto una puerta que quizás era mejor dejar cerrada y ahora, siguiendo la máxima de Truman referente a que, si no puedes convencer al menos confunde, el posicionamiento del gobierno se ha vuelto difuso.
Primero no se sabía nada. El presidente negó categóricamente saber qué pasó; no dijo que era seguridad nacional ni que por procedimiento era mejor esperar antes de fijar posiciones, dijo que no tenía idea de qué pasó con la entrega de “El Mayo" Zambada y del hijo de “El Chapo”. La noticia era realmente fantasiosa y fue difundida por algunos medios como una entrega voluntaria que respondía al temor del narcotraficante a la Guardia Nacional.
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Después se empezaron a tener más versiones, que si fue entregado por el hijo del “Chapo” y que si fue engañado para ir, y particularmente un artículo de un famoso periodista y otro par de fuentes decían que López Obrador estaba informado por todos los bandos involucrados: por el cartel de Sinaloa, por el gobierno local y por el gobierno de Estados Unidos. A partir de aquí empiezan versiones legales de lo que tendría que pasar si fue secuestrado por el “Chapito” o si Estados Unidos se metió a México y se los llevó.
El tercer acto podría ser la declaración del embajador de Estados Unidos en México, que después de mucha presión salió a decir, entre otras cosas, que no hubo recursos de Estados Unidos en la captura. Cosa que es peculiarmente importante porque si se comprueba que Estados Unidos se metió y se los llevó involucra un rompimiento de relaciones. El cuarto acto es una carta de “El Mayo" Zambada en la que se involucra al gobernador de Sinaloa y a un exalcalde y ex rector en su captura. Básicamente lo que dice es que el conocido narcotraficante mediaría en una reunión. Interesante concepto que define que entre dos políticos que fueron equipo, que incluso trabajó uno para el otro en su gabinete, sea un narcotraficante el encargado de lograr acuerdos
Qué siguió… pues todo Morena a defender al gobernador de Sinaloa que asegura que no hay nada… lo curioso es que el mismo gobernador hace unos años declaró que no se podía gobernar Sinaloa sin tener contacto y acuerdos con los narcotraficantes.
Lo cierto es que la verdad quedó oculta entre tanta confusión y no se puede saber qué pasó por el momento. Todos los dichos del gobernador son cuestionables y la carta de “El Mayo” podría ser apócrifa, pero suponiendo, sin conceder, que la carta sea del narcotraficante en lo personal le creo más a él que al gobernador.