Hoy en día, nuestra Ciudad de México se encuentra inmersa en un panorama de distintos puntos políticos y sociales donde su pluralidad de su gente son la forma en que se mantiene viva, latente y trascendente. La Ciudad de México ha visto una serie de transformaciones, desde que se estableció como capital, ha ido cambiando desde sus trazas urbanas hasta las llegadas de grandes canales de desagües, proyectos que tienen su referencia en los años finales del siglo XIX. Sin embargo, es a partir de los años en curso del siglo XX que nuestra ciudad fue expandiendo su área urbana para darle atención al crecimiento poblacional que buscaba encontrar un lugar en ella.
Con este contexto, la Ciudad de México sigue buscando desesperadamente encontrar espacios para seguir construyendo, creciendo y modernizando su traza para aumentar día con día su número poblacional. Desafortunadamente, en lugar de realizar un proyecto en el cual se busque una ciudad eficiente para la atención de los servicios a sus pobladores, se ha puesto en su lugar una ampliación voraz que genera desigualdad, falta de atención en los servicios públicos que todos merecemos y genera una segregación silenciosa a los pobladores existentes en estas zonas de nuevas edificaciones.
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Ilustración del complejo habitacional CITY TOWERS.
Un ejemplo que llega a ser el ideal es lo que sucede hoy en día en la alcaldía Benito Juárez. En años anteriores esta localidad del sur de la ciudad ha experimentado una abrumadora serie de construcciones las cuales todas caen aparentemente en los mismos problemas: corrupción, falta de interés en la población de bajos recursos y un inhumano plan de incrementar la vivienda para clases con mayor poder adquisitivo. En ello, se han edificado colosales viviendas denominadas como CITY TOWERS los cuales son el pretexto urbano de cubrir todas las necesidades que un habitante de la ciudad necesita; en ellos ofrecen áreas verdes, albercas, recreaciones, gimnasios y lugares para las mascotas. Todo lo anterior suena como el lugar perfecto; sin embargo, estos lugares lo único que generaron fue una gentrificación en las localidades originarias, un alza de precios en el estilo de vida y una carencia en los recursos de la zona.
Gracias a la falta de interés de muchos factores en la sociedad se permiten estas y otras construcciones, las cuales son las responsables de que nuestra ciudad tenga cada día más y más carencias en sus servicios. No es de extrañarse que hoy en día padecemos por varios periodos en el año de falta de agua o que, incluso en algunas localidades, prácticamente no llegue este recurso. Con todo, es de vital importancia que cuando se busquen culpar o adjudicar responsabilidades por la falta de éste y otros recursos públicos de la ciudad no sólo se vea a la población que siempre ha estado y se vea a los nuevos, que cada vez más acaparan con su poder adquisitivo más espacios, los cuales si se hiciera un buen trabajo beneficiarían a todos.
*Roberto Madero es estudiante de la licenciatura en Historia por el Instituto Mora.