La reforma judicial que se anda propalando avizora un panorama complicado para la justicia laboral, los juzgadores recién nombrados apenas vienen llegando y ya preparan sus maletas para irse. Su situación se parece al momento vergonzoso en que un presidente mexicano, del cual su nombre no quiero mencionar, le dijo a Fidel Castro: “Comes y te vas”.
Es una reforma nebulosa porque no queda claro quiénes podrán ser los elegibles. ¿Qué requisitos se les impondrá? ¿Habrá examen de admisión para ser candidato como los que lleva a cabo la UNAM, en el que el 90% se va a la calle?, ¿o será por simple recomendación? ¿con antecedentes laborales o sin ellos?
¿Bastará la cédula profesional de abogado o licenciado en derecho para competir con otros ante un electorado incierto, desinformado, al que se le ha advertido que no habrá campañas de promoción libres, sino a través de medios oficiales?
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¿Habrá casillas de votación para jueces laborales individuales y otra para casos colectivos? ¿O se votará indistintamente por jueces sin conocer su especialidad? ¿Se elegirán en su materia, por sorteo, o donde ellos se quieran anotar?
¿A cuántos votos tendremos derecho los interesados? ¿A un solo voto? Si es así, nos dirán que lo cuidemos, porque dependería el cambio de la justicia en México.
¿Uno o nueve votos para ministros?, ¿un voto por magistrado por el número de Tribunales Colegiados Laborales existentes por cada Circuito Judicial? En el Primer Circuito de Ciudad de México, tenemos 16 Tribunales Colegiados Laborales, y en total son 74 de distintas materias. ¿Cuántas boletas de votación usaremos en ese caso?
¿Cuántos votos? ¿Uno por juez de Distrito en materia de amparo laboral, otro por Juez Laboral individual y uno más por colectivo en materia laboral federal y local? ¿Se harán por separadas las votaciones entre los juzgadores federales y locales?
¿Tendremos derecho a elegir a los más capaces por especialidad? ¿Votar por separado entre los jueces penales, familiares, mercantiles, administrativos o civiles?
¿O serán los votos sin materia solo por nombre de personas? ¿El que tenga más votos escoge su lugar? ¿Existirá un comité que llene los espacios a su arbitrio como si fueran casillas?
¿Qué porcentaje del padrón electoral será necesario agotar para que la votación sea válida?
A muchos jueces que se dicen laborales se les criticó por su falta de preparación en la especialidad de trabajo. Llegaron de todas partes, del área penal, civil, mercantil, familiar, electoral, administrativa, y unos cuantos contaban con un bagaje especializado en la materia laboral.
Sin embargo, se notó que una mayoría tuvo la disponibilidad de conocer más sobre la legislación laboral y su jurisprudencia. Otros, sin embargo, empezaron a experimentar nuevas visiones o analogías de las materias de donde procedían aportando elementos extraños ajenos a la visión social a la que estaban recién comprometidos.
El éxito o fracaso es que la reforma judicial haga llegar a los mejores juzgadores, pero debe aumentarse el presupuesto de manera significativa, así como el procedimientos de selección que requieran perfiles de juzgadores con pleno conocimiento y experiencia sobre asuntos laborales, además de un sentido humano y ético, sin olvidar que detrás de estos juicios está el futuro de muchos trabajadores y sus familias reclamando justicia social, y poder laborar en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.
De otra manera seguiremos padeciendo los juicios largos, resoluciones con premura, con escasez de personal jurídico.
¿Será conveniente llevar una gran reforma judicial que en lugar de ser un avance sea un enorme retroceso?