DOCTOR ANTHONY FAUCI

Batalla por el legado del doctor Fauci

Es difícil decir qué hubiera pasado si no se presentaba la pandemia de covid-19; pero me arriesgaría a decir que el doctor Fauci se hubiera retirado del servicio público con honores; hoy tiene 80 años y existe un intenso debate sobre su legado. | Mauricio Sarmiento

Escrito en OPINIÓN el

Con la llegada del covid-19, en muchas partes del mundo comenzaron a surgir diversos profesionales de la salud que actuaban como voceros del gobierno con relación a las medidas que se tomaron para enfrentar al covid. En México surgió la figura del doctor Hugo López-Gatell y en Estado Unidos el doctor Anthony Fauci. Si bien en muchos países surgió una figura similar, estos personajes eran muy dispares tanto en su currículum como en sus funciones operativas. Ellos terminaron por convertirse en la cara de la lucha contra el covid-19; pero en la realidad operativa del manejo de la pandemia, no eran siempre los que tomaban las decisiones. Como dije anteriormente, cada caso es diferente, en cada país se le dio el puesto (formal o informal) de “vocero” a una persona con un puesto diferente. Por ejemplo, en México, el doctor López-Gatell era subsecretario. En Estados Unidos, el doctor Fauci era director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID por sus siglas en inglés). Casi nunca estas personas tenían el control absoluto de las decisiones que se tomaban; pero, al ser el rostro del gobierno, entonces también se volvieron, en un inicio, en verdaderas celebridades y, posteriormente, el blanco de muchas críticas e incluso insultos y descalificaciones. Sería interesante saber cuántos de ellos salieron de la pandemia con una imagen positiva. 

Antes del covid el doctor Fauci ya era una persona reconocida a nivel mundial por su labor al hacer frente al VIH, los atentados terroristas con ántrax, influenza H1N1, ébola, zika y otras enfermedades infecciosas. Desde 1984 fue director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. Los estudiantes de medicina conocíamos al doctor Fauci como uno de los editores del libro de medicina interna: “Harrison’s Principles of Internal Medicine”. El cual es considerado uno de los pilares de la formación médica en muchos países. 

Es difícil decir qué hubiera pasado si no se presentaba la pandemia de covid-19; pero, me arriesgaría a decir que el doctor Fauci se hubiera retirado del servicio público con honores, como uno de los más reconocidos médicos en la historia de Estados Unidos. Debido a que esto es mera especulación y el covid-19 sucedió, en la actualidad el doctor Fauci tiene ochenta años y existe un intenso debate sobre su legado. 

Para darnos cuenta de esto, sólo hace falta ver su última intervención ante el congreso el día 3 de junio de 2024. En su comparecencia es evidente la enorme división política en aquel país y como su actuación durante el covid-19 e incluso su carrera están en entredicho. Un ejemplo de esto es la manera en que la representante del congreso Marjorie Taylor Greene se dirige al doctor Fauci. Lo cuestiona sin el más mínimo respeto, incluso se niega a reconocer al doctor Fauci como doctor diciendo de manera repetida: “You’re not doctor”. Lo cual llevó a la suspensión momentánea de la comparecencia debido a que no está en duda el título médico del doctor Fauci y en todas las intervenciones se debe guardar respeto. 

En la misma, vemos, por una parte, a algunos (demócratas) reconocer a Fauci como un gran médico y a otros (republicanos como Marjorie Taylor Greene) no sólo haciendo preguntas incómodas, sino incluso tratando de ridiculizarlo y ofenderlo. Uno de los momentos más duros es cuando el doctor tiene que hablar sobre las amenazas de muerte que ha recibido su familia y él como repuesta a su participación en el manejo de la pandemia. Tanto en su biografía como en la comparecencia, el doctor admite que debido a las amenazas que ha recibido es la primera vez en su vida que tiene que contar con seguridad personal. Incluso, que en dos ocasiones las amenazas han sido tan reales e inmediatas que han llevado al arresto de personas. 

Es evidente que el legado del doctor Fauci está en medio de una disputa política mucho más grande. La gente no parece recordar que Fauci trabajó de manera cercana con los dos presidentes Bush y con Donald Trump, todos del Partido Republicano así como con presidentes del Partido Demócrata. 

Es muy difícil evaluar la actuación de los gobiernos durante la pandemia por muchos motivos: uno de ellos es la enorme cantidad de información que se generó con buenas intenciones, otro es la gran cantidad de desinformación cuyo único propósito es crear incertidumbre y golpear al que se percibe como enemigo. Un tercer problema es diferenciar entre estos dos tipos de información.

A continuación, voy a hablar de dos libros de publicación reciente con relación a la vida del doctor Fauci. Textos que hablan del mismo tema, pero que parece tratan de dos personas completamente distintas. Uno es la autobiografía de Fauci titulada “On call: A doctor´s journey in public service” (2024) y otro es “The Real Anthony Fauci: Bill Gates, Big Pharma, and the Global War on Democracy and Public Health” (2021) escrito por Robert F. Kennedy Jr. 

Los dos estuvieron varias semanas en la lista de mejor vendidos del New York Times y ninguno es breve (477 vs 934 páginas). Hace unos años era impensable que un libro sobre un médico dedicado al servicio público llegara a la lista de los más vendidos, en esta época tenemos, por lo menos, dos. 

La autobiografía del doctor Fauci (“On Call”) evidentemente es una versión que le favorece. La información es muy similar al documental de Disney+ sobre su vida. Nos habla de un hijo de inmigrantes italianos que nació en Brooklyn y, a través del esfuerzo, llegó a ser director de un Instituto Nacional en donde ha servido con enorme responsabilidad a su nación. Es evidente que el libro es una respuesta a todo lo que se ha publicado recientemente en contra de él. Me parece que este libro no hubiera existido si no se presentaba la pandemia de covid y los posteriores ataques de los que ha sido blanco.

El libro es interesante y narra, de manera general, la forma en que el gobierno de Estados Unidos se ha enfrentado a múltiples epidemias y amenazas graves relacionadas con enfermedades infecciosas. El texto decepciona, en parte, porque en ningún momento es crítico y todo es narrado como una serie de éxitos. Existen algunos contratiempos, pero nada grave. Esto contrasta con la enorme cantidad de textos y documentos publicados, por ejemplo, con las medidas tomadas por el gobierno de Estados Unidos ante la aparición del VIH. Manejo que en ocasiones es presentado como algo desastroso. El libro no le quiere dar nada a los críticos de Fauci para atacarlo, lo que hace del texto algo entretenido, pero le quita profundidad y reflexión. 

 

Del otro lado del espectro, tenemos el libro de Robert F. Kennedy Jr. Aquí Fauci es un monstruo que no sólo atenta contra la salud de los americanos, sino que conspira activamente para destruir el sistema. Recordemos que el autor es un actor político, parte de una de las familias más reconocidas en la política de Estados Unidos. Es evidente que la finalidad del libro es avanzar las posiciones políticas del autor y desprestigiar a Fauci. Si en la autobiografía notamos una ausencia de crítica y una exageración en el tono emotivo, en este libro encontramos, en los ataques (porque no se pueden llamar argumentos) exageraciones que llegan a lo ridículo. En una parte, incluye lo siguiente: “Durante la pandemia de covid-19, el doctor Fauci sirvió como líder en la demolición diseñada de la economía americana”. 

Por lo que el doctor Fauci no fue negligente, sino que su finalidad era destruir la economía americana; lo cual, sin pruebas suficientes, debe ser catalogado como una conspiración paranoica. 

Las acusaciones llegan a lo ridículo. De alguna manera pretende relacionar la disminución de la inteligencia de la población americana y la disminución de su longevidad con la dirección de Fauci del NIAID: “…mientras Tony Fauci pasó la década de 1990 expandiendo el paradigma farmacéutico y químico –en lugar de la salud pública– el ritmo de la longevidad como la inteligencia se hizo lento.“. 

No sé cómo podría ser posible que un director de un Instituto Nacional de Infectología e Inmunología haya podido lograr todo eso. Esto no es sólo no entender cuál ha sido la verdadera función del director de un Instituto, sino que es una evidente exageración. 

El autor culpa a Fauci de todo. No sólo manejó mal la pandemia, sino que de manera deliberada destruyó la economía de la clase media y llevó a cabo la trasferencia hacia arriba de riqueza más grande de la historia de la humanidad. Además, de alguna manera es responsable del aumento de las enfermedades autoinmunes en Estados Unidos y la disminución de la longevidad y la disminución de la inteligencia de los americanos. 

Leer los dos libros nos deja una sensación de que no hemos aprendido nada del tema. Al parecer nos hemos olvidado un poco de tratar de evaluar qué funcionó y qué no en la pandemia, y nos importa más conseguir alguna ganancia política derivada de la misma. A lo mejor todavía estamos muy cerca de la pandemia para observarla con serenidad y aprender de ella. 

El caso del doctor Fauci es muy interesante, actualmente tiene más de 80 años, ya ha dejado de ser el director del INSAID y su legado está en duda. Existen muchas lecciones por aprender sobre la manera no sólo en que se hizo frente a la pandemia, sino también en la forma en que se comunicó a la población las acciones del gobierno. Desde mi punto de vista, no deberíamos culpar a quienes fueron “voceros” de todas las decisiones (buenas y malas) que se tomaron. Debemos estudiar la pandemia para poder hacer frente a las siguientes amenazas que enfrente la humanidad, no sólo para avanzar nuestras posturas políticas. 

Mauricio Sarmiento

@Sarmientomau