ESTADOS UNIDOS

Estados Unidos bajo la lupa

El debate de Biden con Trump fue un triste espectáculo en donde los dos se vieron muy mal. | Julio Castillo

Escrito en OPINIÓN el

El fin de semana nos sorprendió con un atentado fallido contra Donald Trump y con una imagen digna de una película heroica en donde el precandidato, sangrando, retaba a su agresor rodeado por el Servicio Secreto mientras lo retiraban del templete. Lo que sucedió va más allá de lo normal y si de por sí estaba subiendo y ya encabezaba las encuestas después del debate de hace unas semanas, ahora se ve como el jugador invencible para la presidencia de los Estados Unidos.

Desde los que afirman que es un montaje y hasta quienes empezaron a ver a Trump como un arquetipo de héroe, lo sucedido dice mucho más de lo que vemos en las escenas del evento, algunos comentarios:

Para empezar y lejos del incidente, el debate de Biden con Trump fue un triste espectáculo en donde los dos se vieron muy mal por distintas razones. La opinión que más se consolidó es que Trump ganó, que la edad de Biden no lo deja ya competir y que, aunque Trump fue muy mentiroso logró hablarle a su público. Sin ahondar en juicios de valor lo triste del asunto recae más en los partidos Republicano y Demócrata, que en 8 años no han logrado consolidar a un solo líder que sea competitivo para la presidencial.

Después del debate lo más repetido es la sustitución del candidato Demócrata, y así artistas y líderes de opinión le han pedido abiertamente al presidente de Estados Unidos que decline su aspiración a reelegirse. Es una petición válida dado el desempeño, el problema es ¿quién puede ser competitivo? Y ahí se acaba… que si la vicepresidenta, que si algún gobernador que si Michelle Obama… cualquier caso resulta complejo porque nadie es competitivo y la exposición que ha tenido Biden desde la presidencia le da un piso mayor a cualquier otro. Complejo dilema.

Trump por su parte, con su discurso de odio y su talento para polarizar logró verse mejor en el debate y según mediciones creció de forma contundente. Eso no lo exentó de que se hablara también de ser sustituido en la convención de los demócratas.

Pero todo cambió el sábado que un atentado dijo más que cualquier discurso o debate. La narrativa de odio y polarización que tanto promovió Trump se volvió en su contra y para desgracia de todos los que creemos que se necesita desterrar el discurso de odio, fue el discurso de odio el que le dio la razón.

La escena realmente parece montada y no porque fallará el atentado, sino por lo bien que reaccionó Trump para capitalizarla a su favor. Notó que dispararon, notó que algo pasó y que algo le pasó, se agachó, entró el Servicio Secreto, siguieron el procedimiento y antes de ser retirado levantó el puño en alto.

En declaraciones posteriores Trump dijo que era importante salir del escenario caminando para que el público supiera que estaba bien.

Días después se apareció en la convención republicana (antes de que debiera) y se consolidó como candidato y ya tiene candidato a vicepresidente, siguiendo su fórmula pasada, con alguien que representa las bases de los republicanos y que será el “futuro” del partido. Aunque el final también lo conocemos… futuro como lo fue Pence o Kamala Harris.

Muchas personas me han preguntado sobre qué pasaría si se comprueba que fue un montaje… la respuesta es más simple de lo que parece: no pasaría nada. En un mundo de posverdad como el que se ha construido alrededor de Trump, aunque se comprobara un montaje lo que pasaría es que difuminarían esa verdad con las opiniones de muchos otros que dirán que fue atentado, y así cada uno elegirá qué creer… Todavía hay muchos que creen que le robaron la elección pasada y así pasa en todos lados… en México hay quien cree que López Obrador fue víctima de un fraude en 2006 y es la mentira que más ha repetido AMLO.

Parece que el juego se repite, lo malo es que a partir de la violencia será difícil que surja algo que no sea violencia. Tanto Trump como su fórmula reiterarán su visión más radical y a partir de eso, encabezarán al país democrático más importante del planeta. Sólo quedará desear que ojalá sea más un discurso más que una convicción.

 

Julio Castillo

@JulioCastilloL