A los 95 años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), es un anciano moribundo y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) prácticamente ha dejado de existir, mientras que el Partido Acción Nacional (PAN) tiene la brújula perdida y divisiones que marcan una crisis que dura ya varios años.
¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Centro? Los referentes clásicos del sistema de partidos están diluidos, mezclados, borrados en el nuevo horizonte político mexicano, donde estos tres partidos, en su instinto de sobrevivencia, dejaron de lado ideologías e identidades, para formar la coalición Fuerza y Corazón por México, mejor conocida como el PRIAN, para enfrentarse a otra alianza pluripartidista encabezada por Morena.
Tras la apabullante derrota que sufrieron en las elecciones del 2 de junio, donde Claudia Sheinbaum ganó la Presidencia de la República con casi el 60% de los votos y Morena reforzó su mayoría en el Congreso, estos partidos (PRI, PAN y PRD) quedaron severamente dañados, sobre todo los perredistas que están en proceso de extinción al obtener sólo 1.8% de los votos.
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Una vez que se cumpla la sentencia emitida el 10 de junio por el Instituto Nacional Electoral (INE), el PRD, fundado hace 36 años por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, pasará a formar parte del panteón de los partidos políticos, donde las recientes inhumaciones registran a 25 organizaciones que, entre 1991 y 2018, perdieron su registro al no alcanzar el umbral del 3% de la votación nacional.
Entre estos difuntos están Encuentro Social, Nueva Alianza, Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y el Partido Encuentro Solidario (PES) que perdieron su registro en 2018 y 2021.
En la historia contemporánea de los partidos políticos en México hay casos de largas agonías, muertes violentas y fallecimientos súbitos. Uno de los más antiguos y longevos fue el Partido Comunista Mexicano (PCM); nació en 1919 y fluctuando entre la clandestinidad y el reconocimiento legal, duró hasta 1981, cuando cedió su registro al PSUM y más tarde al PRD, además de formar a muchos jóvenes rebeldes que hoy son veteranos militantes y funcionarios de Morena.
Un caso emblemático fue la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM) fundado en 1945 para respaldar la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán contra Miguel Alemán, pero en 1949 perdió su registro por una reforma a la Ley Electoral que estipulaba contar con al menos 30 mil miembros.
En 1950 logró recuperar su registro, con más de 43 mil militantes, para respaldar a Henríquez contra Adolfo Ruiz Cortines, pero sus simpatizantes fueron reprimidos el 7 de julio 1952 en la “Masacre en La Alameda”, y finalmente en 1954, el gobierno le retiró el registro.
Tal vez pocos lo recuerden, pero hubo un Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) formado en 1954 y que duró hasta 1987 como un “partido paraestatal” apoyando a los candidatos del PRI. Fue el primer partido que en ese año postuló a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la Presidencia y perdió su registro en 1994.
Allí está el viejo edificio del Partido Popular Socialista (PPS), en la avenida Álvaro Obregón 185 en la Ciudad de México. Todavía pertenece al partido que fundó Vicente Lombardo Toledano en 1952 y aunque perdió su registro en 1997, la franquicia presuntamente se mantiene rentando locales y oficinas. Una opción de retiro que podría servir a los priistas para darle un mejor uso, tal vez una plaza comercial, al búnker de Insurgentes Norte.