Ojalá que la presentación del nuevo gabinete presidencial no se convierta en un culebrón, como llaman los españoles a las telenovelas con demasiados episodios que, en este caso, podría extenderse hasta el primero de octubre. Por lo pronto, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dio a conocer la segunda parte de su gabinete, ahora en materia económica y de salud.
Entre los seis funcionarios designados (Raquel Buenrostro en la Secretaría de la Función Pública, Luz Elena González en la de Energía, Jesús Esteva en Infraestructura y Transporte, Edna Vega en Sedatu, Rogelio Ramírez de la O en Hacienda), destaca el nombramiento del doctor David Kershenobich, autoridad médica en gastroenterología y hepatología, que estará en la Secretaría de Salud y tendrá la difícil tarea, que seguramente requerirá de mucho estómago e hígado, de hacer realidad la gran promesa, hasta ahora incumplida de López Obrador, de tener un sistema de salud como el de Dinamarca.
Entrevistado, tras la presentación del segundo paquete del gabinete, el doctor Kershenobich advirtió que el principal reto “sigue siendo que se pueda dar la atención a toda la población, independiente de que tengan o no aseguramiento laboral, para eso, el IMSS – Bienestar va a ser fundamental”.
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-¿Cómo Dinamarca, ahora sí?, le preguntaron los reporteros.
- “Yo no sé si necesariamente como Dinamarca, pero de que vamos a avanzar en tener un sistema de salud sólido y que pueda durar por mucho tiempo para adelante, sí”, respondió.
Una respuesta que, en el lenguaje coloquial mexicano, podríamos interpretar como “ya merito”, es decir, un tiempo inexacto, que no podemos contabilizar, pero que se entiende como “ya casi” o “ya pronto”.
El reto que implica este objetivo, lo comprobó el médico en el primer mitin de la campaña en Chiapas, cuando Sheinbaum preguntó: ¿Qué les falta en salud?, a los habitantes de Tila y le contestaron, en coro, que en los centros de salud falta todo: médicos, enfermeras, equipos, medicamentos, todo.
Además, la pandemia, en 2020, mostró las deficiencias en el servicio de salud pública, el desabasto de medicamentos tuvo su momento crítico a finales de 2021 y casi se duplicó el porcentaje de hogares que incurrieron en gastos catastróficos en salud.
El doctor Kershenobich será el encargado de llevar adelante los nueve puntos centrales del Plan de Salud de Sheinbaum, donde la Secretaría de Salud será la responsable de la normatividad y regulación, en concordancia con el Consejo de Salubridad General, que se encargará de elaborar los catálogos de medicamentos.
El IMSS continuará con la atención a la población con seguridad social; el IMSS – Bienestar de quienes no cuentan con seguridad y Birmex de la compra consolidada, almacenamiento y distribución de medicamentos.
La modernización del sistema de salud, contempla incorporar la “salud digital” y “a través de la tecnología se va a evitar el vía crucis de la tramitología”, garantizando que los pacientes tengan una consulta.
El Plan de Salud, en el papel, es magnífico. Sin embargo, como observó el sociólogo estadounidense Daniel Lerner, en los tiempos de la Alianza para la Producción (1963), “las expectativas crecientes” desembocaron en muchos países latinoamericanos en una “revolución de las frustraciones crecientes”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador había prometido que, para diciembre de 2023, México tendría el mejor sistema de salud, como Dinamarca, pero ante los estragos de la pandemia, alargó el plazo a marzo de 2024 y después dijo que los resultados de la renovación se presentarán hasta finalizar su gobierno. Al tiempo…